Archivo de la categoría: Karate Do

La Filosofia y la esencia del Karate-Do

Los fundamentos del Karate-Do y su relación con la Filosofía, pueden ser motivo de grandes tratados debido a la relación que existe con las líneas de pensamiento oriental, que es milenaria, sin embargo, acá resumiremos algunos puntos trascendentales para entender los fundamentos que influyen en el practicante de Karate-Do.

Partiremos citando al maestro Gichin Funakoshi, considerado el “padre del karate moderno”, quien expone:

“El Karate-Do no consiste tan sólo en adquirir una cierta destreza, sino también en dominar el arte de ser un miembro de la sociedad bueno y honesto”.

Gichin Funakoshi

Lo escrito por el maestro Gichin Funakoshi anteriormente citado resume, en parte, lo que el Karate-Do enseña en sus dojos. Los preceptos filosóficos de la tradición marcial son fundamentos del Karate-Do que practicamos y es sin duda, la esencia de la enseñanza en nuestros dojos. Es por lo demás, una tarea desafiante, ardua, sobre todo en el contexto socio cultural que vivimos, sin embargo, a través de la experiencia de los años de enseñanza que llevan nuestros fundadores creemos que estamos forjando un camino de enseñanza con la impronta Nihon.

Otro aspecto fundamental de la filosofía del Karate-Do es que se basa en los códigos de ética de la tradición japonesa, que pueden ser practicados en nuestra cultura, porque tienen las mismas bases y fundamentos.

La Filosofía del Karate-Do, por lo tanto, se basa en el BUSHIDO: “El Camino del Guerrero”.

El BUSHIDO: es un código de ética que pertenece a la tradición japonesa. Era utilizado por los Samurai, quienes eran en el antiguo Imperio Japonés, guerreros y estrategas de gran valor y referentes para la sociedad imperial del antiguo Japón.

Este código de ética proviene de diferentes pensamientos filosóficos orientales y se pueden reconocer en él 7 valores:

Rectitud

Valentía

Benevolencia

Sinceridad

Respeto

Honor

Lealtad

Aunque en occidente la figura del Samurai es vista como una imagen poética, el Bushido se puede aplicar a nuestra escala de valores y a través de la práctica del Karate-Do, buscar que el carácter de sus practicantes se beneficie de estos preceptos.

Para las escuelas de Karate-Do el principal objetivo no es generar Karatecas de gran destreza, si eso ocurre, es muy bueno, pero lo que en realidad buscamos es entregar buenos ciudadanos y personas de bien.

Arte Marcial vs. deporte

Se puede decir brevemente que el objetivo original del Karate es el dominio de las técnicas de autodefensa. Sin embargo, esto es solo una parte del tema.

Cuando el Karate empezó a popularizarse en Japón, el método de enseñanza no estaba desarrollado y cada maestro mostraba sus conocimientos a su manera. La forma tradicional de enseñar, dando la mayor importancia al dominio de los Kata y sin enseñar muchas técnicas de lucha, aburria a los alumnos. Así pues, y pese a la desaprobación de los maestros, los alumnos “crearon” su propio método de lucha, el Jiyu Kumite (combate libre). Hoy en día, tanto en Japón como en la mayor parte de los paises donde se practica, el Jiyu Kumite es la parte más importante del Karate.

La diferencia entre enseñanza tradicional (Katas) y práctica de combate (Kumite), divide hoy el mundo del Karate en dos variantes: Karate como deporte y Karate como arte. Ambas son válidas, aunque la segunda esté mucho más extendida, pero plantean algunos problemas.

El Karate como deporte es muy espectacular, pero también bastante peligroso. Y dejando aparte el hecho de la posibilidad de accidentes, resulta bastante incompleto en dos sentidos:

A nivel técnico. Poco a poco se filtran y se van dejando de lado aquellas técnicas que no son útiles en competición, pese a que fuera de un ring, y sin árbitros, pueden ser más prácticas.

A nivel mental. Si solo se aprenden técnicas de lucha, dando importancia a ganar en competición, todos los beneficios que trae consigo la práctica del Karate, se reducen al beneficio sobre la salud de la practica regular de un deporte (lesiones a un lado), sin ningún desarrollo colateral del carácter y el autocontrol.

El Karate artístico tradicional, digamoslo claramente, resulta aburrido para el común de la gente. Los beneficios de la repetición monótona y continuada de los Kata no se asimilan hasta después de mucho tiempo de práctica. De hecho, este es el motivo de que actualmente domine el Karate de competición en la mayoría de los gimnasios.

Sin embargo, el Karate es mucho más que estas dos formas de practicarlo, e incluso la suma de ambas. Dedicarse tan solo al estudio del combate o las técnicas de los Kata, es un estudio parcial.

Karate Budo

La diferencia fundamental entre el Karate Budo (el Karate como Arte Marcial) y el Karate deportivo reside, a mi entender, en el hecho de que éste último no tiene contacto alguno con la esencia del Budismo Zen, el cual, en cambio, se encuentra muy presente en el Karate tradicional.

El Karate Goju Ryu de Okinawa está enraizado en el Budismo Zen; concretamente deriva del boxeo chino del templo Shaolin, creado por los monjes de esta religión. En consecuencia, el Goju Ryu tradicional ha heredado el verdadero espíritu del Zen. El maestro Chojun Miyagi, creador de este estilo, afirmó que la meta del Karate es la misma que la del Budismo Zen, es decir, alcanzar la iluminación espiritual.

En la actualidad, el Karate deportivo se ha hecho popular en todo el mundo. Pero si insistimos demasiado en el aspecto deportivo, el espíritu del Budo se perderá, y las técnicas originales del arte marcial quedarán modificadas, perdiendo su significado real. Así, el público tendrá una idea erronea sobre el significado del verdadero objetivo de este arte.

Por esta razón tengo la convicción personal de que todos los karatekas, practiquen el estilo que practiquen, deben conocer el Karate Budo. Sin este punto de referencia, poco a poco, las técnicas y el espíritu del Karate irán muriendo y, en el futuro, el Karate quedará reducido a una simple práctica deportiva de lucha.

Texto del Maestro Toshio Tamano

El Karate no se considera tan solo un método de defensa personal, sino un camino a seguir en la vida, una forma de pensar y de actuar basada en el respeto a los demás.

El practicante de Artes Marciales debe impregnarse del Bushido (código del guerrero). Hay que pensar que, independientemente de nuestra edad, sexo u ocupación, todos nosotros somos en cierto modo guerreros, siendo la vida diaria nuestro campo de batalla. El que salgamos airosos o no del mismo dependerá de cuanto luchemos por mejorarnos en todas las cosas a nuestro alcance: la cultura, conocer nuestro mundo, respetar a los demás y a nosotros mismos.

Para recordarnos esto, en la entrada a los Dojos aparece escrita una serie de “normas”, en realidad un código de conducta en el Dojo, que no ha de quedar limitado a dentro del mismo. Esta serie de normas recibe el nombre de Dojo Kun. Cada estilo de Karate tiene las suyas propias, aunque si se estudian en profundidad puede verse que, aunque las palabras varían, es significado final viene a ser el mismo.

Jutsu y Do

“No existe puerta en el camino de la vida que rehuse abrirse ante aquellos que quieren pasar. Si quieres ir a cualquier parte, no importa qué camino elijas, hay miles y todos son buenos. Si, con suerte, alcanzas tu meta, el camino desaparecerá y tú te convertirás en el camino”.

“No hay un camino para vuestra vida. Vosotros mismos sois el camino”.

Extracto del capítulo “Jutsu y Do – El Arte y el Camino”, del libro de Seikichi Toguchi: “El Zen y el Camino del Guerrero”.

Estos son dos dichos que se oye repetir a menudo a los budistas Zen. Ilustran bien la complejidad del concepto de “Do” -el camino. Sin embargo, también es evidente que el camino es lo bastante accesible como para que se le pueda encontrar en nuestra vida diaria.

Hoy en día, hacemos referencia a la mayor parte de las artes marciales con el apelativo “-Do”: por ejemplo, Karate-Do. En sus orígenes, todas las artes marciales se llamaban “Jutsu” (técnica). La esgrima era Ken-Jutsu, el tiro con arco, Kyu-Jutsu, el Karate, Karate-Jutsu, y así con todas. Cuando Jigoro Kano, el fundador del Kodokan y el Judo moderno, cambia el nombre de Jyu-Jutsu por Jyu-Do (Judo), numerosos artistas marciales siguieron su ejemplo. Ken-Do, Kyu-Do, Karate-Do.

¿Por qué este cambio? Para comprenderlo, hemos de conocer la diferencia entre Jutsu y Do. Jutsu se refiere a la destreza, al grado o al nivel de habilidad, o a la competencia técnica, que solo algunas personas pueden alcanzar en determinadas disciplinas, después de muchos años de un duro entrenamiento especializado. En los tiempos antiguos, los artistas marciales, cualquiera que fuese su disciplina, trataban de lograr este nivel técnico de Jutsu.

Do, por otra parte, vá mucho más lejos. Como ya hemos mencionado, significa “camino”. En un sentido alegórico, este camino es el camino de la vida, el camino que todos los hombres deben seguir para hacer realidad su naturaleza profunda. Para el budismo Zen, la meta de la vida es la iluminación espiritual, y el Do es el camino hacia esta iluminación.

También es esta iluminación la meta de las artes marciales. Incluso en los tiempos antiguos, el practicante de un arte marcial se esforzaba en llegar al Jutsu, no por la técnica en si misma, sino como un medio de seguir el Do y de alcanzar la iluminación. Para revelar al mundo moderno su aspecto profundo, las artes marciales han cambiado sus nombres de Jutsu a Do. Así, Karate-Do significa el camino hacia la iluminación a través de la práctica del Karate.

Seguir el Do puede ser para nosotros algo fácil y natural. Pero debe seguirse este camino toda nuestra vida si queremos realizar nuestra verdadera existencia y ser realmente nosotros mismos. De este modo, seguir el camino puede ser a la vez fácil y natural, y extremadamente difícil. La mayor parte de nosotros no es capaz de encontrar el camino, o, una vez encontrado, mantenerlo. Hace falta un espíritu fuerte, y perseverancia. La vida de los monjes Zen es un ejemplo de, a la vez, la simplicidad y la dificultad del camino.

En el Dojo de Karate siempre somos muy corteses entre nosotros. Una vez fuera de éste, algunos nos dejamos dentro la cortesía y los buenos modales. Somos una persona dentro del Dojo, y otra fuera. Muchos alumnos piensan que es posible que vayamos al Dojo para aprender cortesía y buenos modales al mismo tiempo que las técnicas del Karate. Por supuesto, está bien que se aprendan estos aspectos del Karate: es mejor que no aprender nada en absoluto. Pero este no es el verdadero sentido del Karate. No quiero decir que no tengais necesidad de aprender cortesía y modales: más bien que ya deberiais conocerlos antes de entrar al Dojo.

Debo añadir que en un Dojo de Karate debeis aprender algo más elevado que las técnicas y que las cortesías, si pretendeis encontrar allí el camino. El Karate debe impregnar por completo vuestra vida, tanto dentro como fuera del Dojo. Debeis convertios en una sola persona, vosotros mismos, vuestro auténtico “yo”.

 

Extracto de Post de hpinven y publicación del blog de Karate USACH

Profesor de Karate: Una labor difícil

Resultado de imagen para karateca sensei

Con este artículo quiero romper una lanza a favor de esos Profesores de karate cuya labor no trasciende a las páginas de las revistas por no ganar sus alumnos grandes campeonatos, pero que día a día en sus clubs realizan una gran misión, educando, entrenando y desarrollando a numerosos niños y adultos a través de este deporte.

La labor de estos hombres y mujeres no es fácil, pues a menudo tienen que hacer que sus clases gusten a gente que busca en el karate un medio de defensa, un medio de mantenimiento físico, un método para relacionarse con nuevos amigos y muchas cosas más, sin permitir que el karate aparezca de forma equivocada y dentro de la disciplina y filosofía de éste. a menudo, todo esto no concuerda del todo con lo que la mayoría busca en este Arte Marcial, pero el profesor tampoco puede traicionarse a sí mismo, ni a su Arte y su labor se hace más difícil.

ANTE TODO EDUCADOR

Un profesor ha de ser ante todo un educador, debe ser un almacén de ideas que sepa transmitirlas alumno. No es necesario, como a menudo se piensa, que sea un gran competidor o que tenga un alto «Dan», esto lo único que le va a producir es una mejor propaganda que llegará más a la gente desconocedora del tema. Lo que debe tener es una gran capacidad para transmitir sus conocimientos, que por supuesto los debe poseer, de manera clara y con la adecuada progresividad, metodología, etc… El profesor ha de demostrar unas cualidades físicas y humanas también, pues el alumnos, a veces involuntariamente tiende a imitar al profesor en muchos aspectos. Este los debe conocer bien y descubrir qué es lo que verdaderamente tiene que dar a cada uno dentro del karate. Bajo mi punto de vista, el profesor debe saber mantener un ambiente agradable en clase que permita al alumno estar relajado y a gusto, pero esto dentro de la disciplina que un arte como éste tiene y debe tener. Un profesor debe idear las clases de forma amena, completa, teniendo en cuenta todos los aspectos del karate y la progresión deseada en relación con las actividades del club. La clase no es un minicursillo aislado, sino que debe guardar relación la anterior, con la posterior, con el ambiente, con la época del año… y siempre manteniendo un margen de improvisación por si hay gente nueva en clase, por si los alumnos piden algo especial o por si, simplemente, el profesor tiene un día desanimado por cualquier cosa.

Un buen profesor nunca dejará en ridículo a ninguno de sus alumnos mareándole con técnicas o preguntas, pero a veces el alumno adelantado sí intentará «cogerlo» en algo que éste no sepa. El profesor no se puede permitir el lujo de no saber algo, ya que a los ojos del alumno debe ser una máquina perfecta, y si en algo falla, el alumno creerá, injustamente, que su profesor es malo. De todas formas, siempre debe salir airoso de esas situaciones con explicaciones anejas que convenzan a su alumno y que hagan parecer que en esa pregunta, como en todas, su profesor lo sabe todo. Es triste a veces que el profesor tenga que recurrir a estos trucos de «zorro viejo» para salir a flote de situaciones que el alumno debería comprender normalmente.

Pero bien es cierto, también, que hay profesores que no merecen tal calificativo, enfocando únicamente el estilo y la forma de la clase a alguna faceta determinada, bien por gusto personal, conveniencia económica, publicidad… Estos no enseñan el karate verdadero, y a menudo esto hace que el espíritu del Budo se vaya perdiendo. Un profesor ha de saber cuándo las críticas que reciben son merecidas y cuándo no, y no cambiar la forma del karate y perder su espíritu simplemente para tener mayor aceptación en número, que es lo que le llenará cada mes el bolsillo. Yamaguchi Gogen, 10.º Dan, enfatiza, según dice, el karate como arma educacional, para él lo más importante es el ser humano y su estabilidad, y ésta la puede ayudar a través de la filosofía del karate.

Resultado de imagen para karateca sensei

CON EL ALUMNO Y NO CONTRA EL

El hecho de tener en los mismos grupos a alumnos interesados en el karate como competición, deporte, gimnasia, arte, filosofía…, así como principiantes, adelantados y superiores, hace la misión del Sensei muy difícil para agradar a todos.

Personalmente siempre he pensado que una clase no debe ser algo con demasiada y exagerada disciplina y dureza de ambiente, sino que al contrario debe ser algo a lo que los alumnos les guste asistir relajadamente y disfrutando, que, en definitiva, es a lo que se tiende y así debe ser. Pero claro tampoco se puede perder la tradicional disciplina del karate, ni se debe, que instituyó el maestro Kentsu Yabu hace muchos años ya. Ligeras bromas, amabilidad… ayudan a que el alumno, que generalmente ha «sufrido» ya ocho horas de trabajo antes de venir al Dojo, disfrute, aprenda y se desarrolle de manera natural, progresiva y voluntaria. Hay que estar con el alumno y no, como sucede a veces, contra el alumno. Se trata de gobernar una clase, no de «mandarla». El verdadero espíritu del Budo no se pierde por esto, dentro de unos límites, claro, pues éste, si es de verdad y profundo, se adapta a las circunstancias de cada individuo y profesor. Pero también debe saber cortar a veces una excesiva confianza que a la postre perjudicaría el normal desarrollo de la clase. Puede ocurrir, como se dice, que «des la mano y te tomen el brazo», y esto puede producir que el profesor retire incluso la mano, con lo que la clase puede hacerse aburrida, tensa e incluso insoportable.

El trabajo del Profesor puede llevarse a cabo de diferentes maneras como vemos, por lo que no estaría de más, a veces, las muestras un poco más cariñosas de los alumnos a los muchos profesores que día a día se esfuerzan por hacer una y otra clase trabajada, amena, distinta… y que se dieran cuenta los pupilos que podría no ser así, y que de hecho en muchas ocasiones no lo es. A veces, algunos profesores quisieran que sus alumnos pasaran una temporada con otros, para que después valoren y vean la diferencia de trato que existe entre muchos. Explicaciones, coloquios, diapositivas, películas…, son organizadas y expuestas a menudo con el deseo de agradar y completar la formación, pero también a menudo, no son valoradas como se debe. Y no es que se busquen palmaditas en la espalda, pero tampoco desea algunas «puñaladas traperas» que a veces recibe por parte de comentarios de sus alumnos.

Con frecuencia, los alumnos valoran el aprovechamiento de una clase por la cantidad de sudor que genera y así, las explicaciones, enseñanza de katas nuevos o ejercicios complicados que hay que hacer al principio lentamente, son considerados pérdida de tiempo. ¿No sería mejor que esos alumnos que sólo buscan sudar, hicieran unas sesiones sauna? Así el karate seguiría desarrollándose con todos sus ingredientes de manera normal.

Imagen relacionada

Lo cierto es que se haga lo que se haga, nunca llueve a gusto de todos, y de eso deben darse cuenta los alumnos. El profesor de karate es una persona con interés, ideas y vocación, pero a veces puede perder parte de ello si el trato que se le da es injusto.

Es indudable que el karate y su clase deben funcionar con una importante dosis de disciplina, como corresponde a un arte conjunto, estructurado, con diferentes categorías. La disciplina ayuda además al progreso e impide que la clase llegue a ser un «caos». Todo el protocolo, saludos, reverencias, permisos para entrar o salir del tatami… ayudan al desarrollo mental a través del respeto, humildad… El alumno debe comprender esto y favorecer la tarea al Profesor. A menudo los «incordios», que siempre hay alguno en todo tatami, son los que luego se quejan de cosas. Pensemos todos un poco en eso.

Para terminar, quiero señalar dos casos generales que pueden darse, que se dan y que a menudo no se justifican en un Arte como el karate. Uno es cuando el alumno llega al nivel técnico de Cinturón Marrón. La cercanía de la barrera psicológica del Negro les crece y a menudo creen que están superando al Profesor, con lo que se vuelven a veces impertinente, maliciosos, arrogantes… incurriendo en los «males del Budo». En ese momento creen estar en un pedestal que les da derecho a «incordiar» al profesor, criticarle o corregirle. Si el profesor sabe tratarle y hablar con él, se dará cuenta el alumno de que el C. Negro es un paso más, y en vez de una llegado lo que es es una nueva salida en una carrera más larga e importante, y en la que su Profesor, a pesar de llevar un Cinturón del mismo color, lleva ya mucha ventaja.

El otro caso, y termino con él, es cuando un alumno aventaja por diferentes motivos a su profesor en grado, trofeos, etc… Esto no quiere decir en absoluto que su desarrollo como karateka sea mejor, pues tras la fase física y técnica, la espiritual es más importante y la que marca el verdadero desarrollo. a menudo los alumnos comentan el poco entrenamiento que su profesor hace en clase. No se dan cuenta, por ejemplo, de que a ciertos niveles algunas prácticas deben ser sustituidas por otras, de que en clase el profesor no debe de entrenar normalmente, porque desatendería la clase, porque su entrenamiento es diferente, no se dan cuenta de que aunque los alumnos de un turno vengan tres horas por semana, el profesor a menudo realiza veinte horas semanales de clase… De todas formas, y a largo plazo, creo que los alumnos deben sobrepasar técnicamente al profesor, por los nuevos métodos, por basarse en él y para que el arte no vaya cada vez a menos.

Espero con este artículo haber explicado un poco algunas cosas que la mayoría de los profesores han sentido alguna vez, y que éstos y sus alumnos lleven a feliz término cada una de las miles de clases de karate que día a día se dan en este país, ayudándose y entendiéndose unos a otros.

Autor: SALVADOR HERRAIZ / Publicado: KARATEKA

La velocidad en el Karate

Resultado de imagen para Karate shotokan

El presente trabajo tiene como objetivo hacer un estudio que pueda ser aplicado en la práctica para mejorar esta cualidad de suma importancia en el Karate-Do. A su vez que sirva de directriz para aquellos practicantes que precisen el desarrollo de este condicionante en el que hay que insistir una y otra vez (la mejora de la velocidad).

La velocidad aplicada a cada movimiento. Esto constituye la base resolutiva de la potencia de impacto en las técnicas de Karate-Do, por este mismo motivo, la práctica continua  debe fundamentarse más que nada en adquirir velocidad y más velocidad.

Resultado de imagen para Karate shotokan

         Está científicamente demostrado que la potencia la constituye, el producto de la masa por la velocidad al cuadrado (P = M · V2). Es por ello que debemos de insistir una y otra vez en la práctica para desarrollar velocidad. Sin velocidad, el dominio técnico y la habilidad no son nada. Si somos veloces, nos sentiremos más seguros, y con mayor poder de resolución.

Cuándo un Karateka se encuentra en bajo nivel, se suele ver con claridad por la forma de moverse, pues éste desarrolla unos patrones de movimiento lento y pesado, esto es claramente apreciable al inicio de las técnicas (explosión de la energía) y en los encadenamientos (El movimiento del cuerpo no suele ir de acorde a las técnicas ni los desplazamientos). Así pues debemos de consagrar una gran parte de nuestro entrenamiento al desarrollo de esta cualidad motriz tan primordial.

La velocidad sufre variaciones importantes y continuas en el curso de un combate, cada acción requiere un patrón distinto de influjo nervioso. Para un mejor entendimiento, podemos analizar este dominio desglosando su aplicación en tres partes fundamentales:

La velocidad de ejecución (Influjo nervioso): Es la manifestación del poder a través del movimiento, el desarrollo de la explosividad que nos permitirá atacar con las mínimas posibilidades de defensa para nuestro adversario, ejecutando nuestras técnicas con un espíritu de decisión desbordante.

Esto está ampliamente relacionado con el concepto “ataque”, dónde la velocidad prima por su importancia, ya que una acción ofensiva ante un contrincante de alto nivel, sin la rapidez de ejecución adecuada, nunca será igual de efectiva que un ataque veloz y explosivo.

Esta cualidad se consigue potenciando el inicio de los movimientos, a modo de arrancada procurando sacar las técnicas de una manera explosiva, sobre todo en la primera fase del recorrido, así el resultado final será demoledor e inatajable.

La velocidad refleja (Reacción): La velocidad de respuesta neuromotriz, después de percibir hay que aplicar en milésimas de segundo la réplica correcta, esto no debe ser confundido con la precipitación desordenada, la auténtica maestría debe llegar por una cierta instrucción del reflejo mecánico e instintivo. Esta cualidad está ampliamente relacionada con la capacidad para aplicar un contraataque, (toma subsiguiente de la iniciativa Go-no-sen).

Esta  aptitud se desarrolla a través de ejercicios de respuesta (Reacción). Tras percibir el ataque (estímulo), éste es anulado con una defensa o esquiva, pasando a la acción ofensiva sin dar tiempo a nuestro oponente a recuperar el control.

La velocidad perceptiva (Intuición y Vivacidad): Quizás sea esta cualidad la más difícil de conseguir. Se trata de descubrir vertiginosamente la intención de nuestro contrincante para poder aplicar instantáneamente la mejor contrapartida, atajando a tiempo la acción adversa. La instrucción sobre esta cualidad,  nos aportará el poder de anticipación, abordando la iniciativa contraria con nuestra iniciativa (Sen-no-sen).

Un trabajo ideal para desarrollar este aspecto, consiste en la aplicación de continuados ataques en anticipación, ante cualquier gesto técnico de nuestro oponente, hasta llegar a conseguir adivinar la intención del mismo, simplemente a través de su actitud, posición del cuerpo (Kamae), distribución del peso, expresión del rostro etc.

Los ejercicios para conseguir velocidad pueden ser específicos, es decir utilizando movimientos y acciones propias de Karate o bien trabajando de una forma general utilizando los principios básicos del atletismo.

Evidentemente la velocidad es una función del estado físico general, pero está sujeta además y aun más a medida que avanza la edad, de las cualidades de orden psíquico.

Cuando ejecutamos cualquier técnica decisiva, debe existir una potencia repentina y portentosa. Todas las técnicas básicas del Karate-Do, están influenciadas fuertemente por la velocidad aplicada. Al entrenarlas, la rapidez aplicada debe acaparar casi toda la importancia. Se puede afirmar que el objetivo de la enseñanza se asienta fundamentalmente en la adquisición del máximo de velocidad.

Teniendo claro que la potencia golpeadora proviene del incremento de la rapidez en la ejecución de los movimientos, la utilización de los músculos implicados debe de ser acertada, ya que la velocidad depende ante todo del control muscular, cuando unos músculos se contraen otros se relajan para que la energía que llegue al golpe o defensa alcance su más alto nivel, si no existe una coordinación entre uno y otro estado, el desplazamiento del brazo o la pierna no será uniforme, incapacitándonos para ejecutar una técnica efectiva.

Imagen relacionada

         Suele ser un fallo común entre los principiantes, tender utilizar músculos innecesarios, que solo actúan como freno al desarrollo del movimiento, con el consiguiente desgaste de energía.

Es esencial acatar los consejos de los expertos y aprender a controlar el conjunto con exactitud absoluta, siempre en concordancia con el nivel de instrucción adquirido.

La velocidad se consigue a través del trabajo de Ki-hon (altas repeticiones de una determinada técnica), pero luego hay que aprender a aplicar esta velocidad adquirida, al combate, para ello el trabajo de técnicas para desarrollar la capacidad de anticipación, reacción y ejecución son de una importancia fundamental.

Existen muchos y variados ejercicios para desarrollar estas cualidades, nuestra propia inventiva nos ayudará a encontrar los más apropiados a nuestras necesidades, si tenemos claro que tipo de velocidad nos precisa adquirir y cuales son sus condicionantes.

El entrenamiento de la velocidad debe acentuarse sobre estímulos cortos de máxima intensidad, suponiendo un trabajo totalmente anaeróbico con un gran desgaste de energía, por lo que se hace necesario respetar los periodos de recuperación entre las series de ejercicios.

Los ejercicios para adquirir velocidad son conveniente realizarlos cuando los músculos están descansados.

El trabajo de “Pasillos” (tramos largos de técnicas encadenadas, repetidas de manera lineal o quebrada), enfatizando sobre la ejecución veloz, es también un método eficaz para conseguir velocidad. Consiste pues en la realización de series de acciones en el menor tiempo posible, la fuerza y la rapidez de la contracción muscular es aquí muy superior a la de cualquier otro tipo de trabajo, por lo que es sumamente importante hacer siempre un buen pre-calentamiento para disminuir un posible riesgo de lesiones musculares y articulares (Tirones musculares, desgarros y roturas de fibras).

Resultado de imagen para Karate shotokan

         Está demostrado que la velocidad mejora a través de la automatización del gesto, existiendo una perfecta armonía y coordinación muscular (cuando unos músculos se contraen otros se relajan) para facilitar el movimiento. La automatización del gesto se consigue, provocando éste, siempre con el mismo estímulo, llegando a convertirse en una respuesta del sistema nervioso central.

Aunque la respuesta motriz transige a una función mental, cuando la conducta motora ha sido adquirida, la acción se desarrolla casi sin participación cerebral (Acto reflejo).

Para adquirir velocidad en la ejecución de los Katas, es conveniente hacer un desglose de los mismos por partes de dificultad, separar las acciones dando prioridad a las partes que se trabajan continuadas y sin pausas, intentando realizarlas cada vez más rápidas sin perder la forma (técnica adquirida).

Un aspecto que hace que el Kata resulte lento es la falta de coordinación entre los desplazamientos y la ejecución de las técnicas. Para mejorar esta descompensación conviene practicar los Katas o las acciones de estas, sólo con desplazamientos, insistiendo en realizarlos rápidos y explosivos.

El nivel de forma física se aprecia con facilidad en la realización de los Katas. Cuando un Karateka está en bajo nivel suele acelerar el ritmo del Kata y disminuir en la ejecución de las técnicas. De esta manera el Kata da una sensación de pesadez. En cambio cuándo el nivel de forma es optimo el Kata se realiza con el ritmo adecuado y la ejecución de las técnicas son de una manera enérgica y explosiva. Así el Kata está vivo y da una sensación de poder.

Tengamos siempre en cuenta al programar un entrenamiento para velocidad, la duración del mismo, la intensidad del esfuerzo, frecuencia y número de repeticiones, esfuerzo en fase aeróbica y anaeróbica y los tiempos de recuperación.

Por Fernando Rivera Román /Miembro de: J.K.A.(WF), E.S.K.A., W.S.K.A.
Fuente: Hemeroteca de las Artes Marciales web.

La importancia de la Kata

Resultado de imagen para karate

La cosa mas importante en el Karate son las Katas. Dentro de ellas todas las técnicas de defensa y ataque son juntamente entrelazadas. Por esta razón, nosotros debemos conocer perfectamente su significado analítico y debemos practicarlas correctamente.

Aunque por ahí debe haber aquellos que piensan que esta bien ignorar las Katas mismas y practicar solamente el combate libre, un producto analítico de las Katas, esta actitud nunca conducirá al progreso verdadero del Karate.

Esto se debe a que los golpes y bloqueos, las técnicas ofensivas y defensivas, tienen miles de variaciones, todas las cuales serian imposibles de usarse en simples prácticas de combate.

La abundancia de entrenamiento apropiado en Katas será una buena función para acciones efectivas en cualquier situación.

Imagen relacionada

No obstante el entrenamiento solamente de Katas, no basta como acción suficiente. Una variedad de entrenamientos es necesaria para hacer los movimientos de pies y manos fuerte y vivaces. Por añadidura, uno debe aprender a cambiar posiciones y hacerlo rápido o quedará corto en una situación real.

Dos o tres Katas es todo lo que una persona necesita si las practica apropiadamente y hasta el punto en que pasen a ser parte de el mismo. Las otras Katas servirán entonces para estudio o referencia. Por muy amplia que sea la experiencia de una persona, de nada le servirá sin profundidad.

Haciendo caso omiso de cuantas Katas debe conocer y saber una persona, si su entrenamiento en ellas es insuficiente, serán inútiles. Aprende apropiadamente y profundiza enteramente en dos o tres Katas y cuando llegue el momento de hacer uso de ellas, sin que tu estés consciente de ello, estas Katas serán mas efectivas de lo que tú podrías haber imaginado.

Otro punto en el cual debemos hacer hincapié y poner especial énfasis es en un entrenamiento apropiado y formal. Si tus métodos de entrenamiento son incorrectos no hace ninguna diferencia en cuantas prácticas de pelea tu participes o cuantas piedras o maderas intentes romper porque tus malos hábitos te traerán fracaso.

Aun cuando es cierto que las Katas son la parte más importante del Karate, esto no debe hacer que se descuide o abandone la practica de la pelea y el entrenamiento en rompimiento de piedras y madera, etc. El camino al verdaderamente efectivo Karate es el evitar la ociosidad e inutilidad y practicar seriamente con la idea de que las Katas son el cincuenta por ciento y lo restante de tu entrenamiento es el otro cincuenta por ciento.

Autor: Kenwa Mabuni.

Editado: Shitokai Murayama

Karate y Zen

Karate y Zen es uno

Extracto del capítulo “Jutsu y Do – El Arte y el Camino”, del libro de Seikichi Toguchi: “El Zen y el Camino del Guerrero”. “No existe puerta en el camino de la vida que rehúse abrirse ante aquellos que quieren pasar. Si quieres ir a cualquier parte, no importa qué camino elijas, hay miles y todos son buenos. Si, con suerte, alcanzas tu meta, el camino desaparecerá y tú te convertirás en el camino”. “No hay un camino para vuestra vida. Vosotros mismos sois el camino”. Estos son dos dichos que se oye repetir a menudo a los budistas Zen. Ilustran bien la complejidad del concepto de “Do” -el camino. Sin embargo, también es evidente que el camino es lo bastante accesible como para que se le pueda encontrar en nuestra vida diaria. Hoy en día, hacemos referencia a la mayor parte de las artes marciales con el apelativo “-Do”: por ejemplo, Karate-Do. En sus orígenes, todas las artes marciales se llamaban “Jutsu” (técnica).

karate photography portrait | TopDawgPhoto's Blog

La esgrima era Ken-Jutsu, el tiro con arco, Kyu-Jutsu, el Karate, Karate-Jutsu, y así con todas. Cuando Jigoro Kano, el fundador del Kodokan y el Judo moderno, cambia el nombre de Jyu-Jutsu por Jyu-Do (Judo), numerosos artistas marciales siguieron su ejemplo. Ken-Do, Kyu-Do, Karate-Do. ¿Por qué este cambio?. Para comprenderlo, hemos de conocer la diferencia entre Jutsu y Do. Jutsu se refiere a la destreza, al grado o al nivel de habilidad, o a la competencia técnica, que solo algunas personas pueden alcanzar en determinadas disciplinas, después de muchos años de un duro entrenamiento especializado. En los tiempos antiguos, los artistas marciales, cualquiera que fuese su disciplina, trataban de lograr este nivel técnico de Jutsu. Do, por otra parte, va mucho más lejos. Como ya hemos mencionado, significa “camino”. En un sentido alegórico, este camino es el camino de la vida, el camino que todos los hombres deben seguir para hacer realidad su naturaleza profunda. Para el budismo Zen, la meta de la vida es la iluminación espiritual, y el Do es el camino hacia esta iluminación. También es esta iluminación la meta de las artes marciales. Incluso en los tiempos antiguos, el practicante de un arte marcial se esforzaba en llegar al Jutsu, no por la técnica en si misma, sino como un medio de seguir el Do y de alcanzar la iluminación. Para revelar al mundo moderno su aspecto profundo, las artes marciales han cambiado sus nombres de Jutsu a Do. Así, Karate-Do significa el camino hacia la iluminación a través de la práctica del Karate. Seguir el Do puede ser para nosotros algo fácil y natural. Pero debe seguirse este camino toda nuestra vida si queremos realizar nuestra verdadera existencia y ser realmente nosotros mismos. De este modo, seguir el camino puede ser a la vez fácil y natural, y extremadamente difícil.

Karate kid

La mayor parte de nosotros no es capaz de encontrar el camino, o, una vez encontrado, mantenerlo. Hace falta un espíritu fuerte, y perseverancia. La vida de los monjes Zen es un ejemplo de, a la vez, la simplicidad y la dificultad del camino. En el Dojo de Karate siempre somos muy corteses entre nosotros. Una vez fuera de éste, algunos nos dejamos dentro la cortesía y los buenos modales. Somos una persona dentro del Dojo, y otra fuera. Muchos alumnos piensan que es posible que vayamos al Dojo para aprender cortesía y buenos modales al mismo tiempo que las técnicas del Karate. Por supuesto, está bien que se aprendan estos aspectos del Karate: es mejor que no aprender nada en absoluto. Pero este no es el verdadero sentido del Karate. No quiero decir que no tengas necesidad de aprender cortesía y modales: mas bien que ya deberias conocerlos antes de entrar al Dojo. Debo añadir que en un Dojo de Karate debes aprender algo más elevado que las técnicas y que las cortesías, si pretendes encontrar allí el camino. El Karate debe impregnar por completo nuestra vida, tanto dentro como fuera del Dojo. Debes convertirte en una sola persona, vosotros mismos, nuestro auténtico “yo”.

Maestros Marciales.: mayo 2010

 

 

 

KARATE DO, ARTE, MEDIO DE VIDA, DEPORTE Y ESTRUCTURAS ORGANIZATIVAS

Karate Kid by papajack.deviantart.com on @deviantART

Para todos nosotros, los que en algún momento de nuestras vidas hemos iniciado el camino de las artes marciales y en mi caso específico el karate do, más tarde o más temprano nos hemos dado cuenta de que este arte estaba siendo “gestionado” por un tipo u otro de organización.

En el más numeroso de los casos por las federaciones deportivas, pues estas son las que en un principio gestionan el ámbito deportivo del arte marcial. También se ha observado que existen a nivel tanto nacional como internacional un sin fin de organizaciones mas o menos prestigiosas y cuyas finalidades buscan un enfoque diferente al de las federaciones deportivas.

La Real Federación Española de Karate, a la cual llevo adscrito desde hace un montón de años, treinta para ser más exactos, ha sido y es la principal artífice, la promotora e impulsora del gran desarrollo y auge que el karate ha obtenido actualmente en nuestro país. A ella también debemos los grandes logros que en el ámbito deportivo a nivel europeo y mundial se han conseguido. Siendo considerada, respetada y una de las más fuertes del mundo.

Personalmente y aún con los problemas que puedan existir, me considero una persona perfectamente integrado dentro de este sistema federativo, aunque no es la única alternativa que contemplo.

Una vez mencionado esto también quiero añadir, que la federación está haciendo un único y exclusivo enfoque hacia la competición deportiva, lo cual hace doce o más años no representaba ningún problema porque los gimnasios estaban de bote en bote, era el auge del karate do y tanto profesores como federación estaban contentos, los unos por los ingresos que sus alumnos o atletas les proporcionan y que les permitía vivir y los otros porque había un gran número de licencias que permitían financiar eventos deportivos.

Hoy día y ya desde hace unos años, esta única política en relación a karate do, lo que está consiguiendo es que un gran sector de practicantes, abandone pues no ven satisfechas sus demandas e inquietudes, diferentes éstas de las que puedan tener los grupos que si son competidores y que están en disonancia evidentemente con las directrices marcadas por la federación.  En ese sentido cada profesor dentro de su “dojo” o gimnasio, me imagino que habrá intentado corregir sus planteamientos para evitar la pérdida de alumnos, sobre todo si este pretende vivir del karate do. Si no hay alumnos no es bueno para los profesionales, pero tampoco para las federaciones.

         Creo que algo hay que cambiar dentro del sistema, sino este se autodestruirá.

El uno de julio de 2006  he obtenido por examen, el grado de sexto dan, llevo dedicado a la enseñanza veintiún años y creo que conozco un poco ciertos problemas que hoy día afectan, tanto a federaciones como a profesionales, el más acuciante la gran disminución de licencias con respecto a épocas anteriores. Hablando con compañeros de distintos puntos de nuestra geografía, existe una preocupación generalizada por el problema que supone esto para quienes vivimos profesionalmente de la enseñanza del karate do.

Es frecuente el comentario de compañeros que abandonaron la enseñanza después de un montón de años, gente con muy altos grados (quinto y sexto dan) , gente que lo ha dado todo por el karate do, porque esta no generaba suficientes ingresos para poder vivir. Teniendo que dedicarse por lo tanto a otras actividades.

También he observado sin embargo que gente en ocasiones con menor rango en karate (segundos, terceros y cuartos danes), tienen sus centros a fecha de hoy con mucha gente, cuando digo mucha gente no me refiero a ciento y no se cuantos alumnos, sino a un amplio grupo que permita generar unos ingresos dignos que nos permitan vivir.

Este fenómeno puede ser debido a muy diferentes causas, vamos a exponer algunas de ellas

Culturales

Mala imagen del karate do, los niños y muchos padres lo ven como algo violento, a causa de las películas de artes marciales,  video juegos, etc. Además de esto, las instituciones públicas, los medios y los colectivos de profesionales ofrecen sesgada o nula información que pueda anular la anteriormente citada. Como mucho en estos ámbitos sólo se informa de los campeonatos y de la clasificación de tal o cual club. Esto es necesario y lícito, pero a todas luces insuficiente.

Debemos de “vender” el karate do, además de cómo un deporte, como una disciplina educativa, como proyecto de salud, de integración social, de superación, de autonomía personal, de adquisición de principios y valores, de bienestar, y de “bien ser”. En definitiva de una mayor calidad y cualidad de vida a través de la práctica continuada (karate do para todas las edades). Debemos de proponer la organización de eventos tales como charlas, conferencias, donde intervengan los profesionales y además consigamos involucrar a los medios de comunicación, personalidades de la política local (alcaldes, concejales), médicos, psicólogos, etc. creando así foros de participación donde se valoren desde otros puntos de vista las aportaciones de nuestro arte o disciplina a la sociedad. No yendo a desembocar siempre y como única alternativa al mundo de la competición.

Kim Seng Kyokushin Karate In-House Tournament #03

Personales:

Entre ellas, el desánimo, falta de interés, pérdida del entusiasmo, un enfoque unidireccional erróneo, falta de crecimiento personal (estudio, práctica continua, investigación) paralelo a la obtención de grados, titulaciones varias etc.

Sociales:

Como lo es la competencia desleal, ese grupo de gente para la cual la enseñanza del karate no representa su actividad económica vital principal, ya que tienen otra profesión, obteniendo de la enseñanza del karate unos ingresos extras.

Salvo raras excepciones no pagan impuestos ni cotizan un seguro específico para ejercer dicha actividad. Con lo que por regla general, les da lo mismo hacerlo mejor o peor, ya que tienen asegurado su medio de vida. Resumiendo, no son buenos profesionales, pues solo les mueve el interés económico y no la vocación.

Conceptuales

El karate como deporte es lícito y debe de existir, pues ha ayudado a difundir el karate do a nivel mundial pero debe de convivir con el karate arte o disciplina educativa, las dos ideas deben de coexistir, pero nunca el deporte debe de suplantar al arte o forma de vida.

De integración organizativa

Todos sabemos que hoy en día, numerosos grupos humanos practicantes de karate do, gente que lleva muchos años en esto, se han apartado de la Federación Española de Karate por diferentes motivos, integrándose en otro tipo de organizaciones. No por ello han dejado de tener alumnos, ni de vivir del karate, organizar sus campeonatos, sus exámenes, cursos de formación etc. en el ámbito de sus organizaciones. Me imagino que muchos de ellos se han sentido poco considerados o bien han juzgado que era más lo que daban que lo que recibían. Es un fenómeno difícil de evaluar y más complejo de lo que parece, en cualquier caso no es mi intención hacer una valoración, sino reflejar una realidad innegable.

Todos estos datos invitan a la reflexión por parte de aquellas personas con responsabilidades y con autoridad dentro de las federaciones y cuyo objetivo es aglutinar o integrar  al mayor número posible de técnicos de prestigio y con experiencia en aras de llevar al karate do por el mejor de los derroteros. Son bastantes los que se han ido y detrás de ellos su grupo, otros quizás ya se lo estén pensando, está muy claro que las federaciones tendrán que “mover ficha”, sino el tema se les irá de las manos.

Conclusión

Los que vivimos exclusivamente del karate do seguimos tirando fuertemente del “carro”, pero sobre todo de “nuestro carro” pues de ello depende nuestra subsistencia. Nuestro prestigio como “maestros”, como formadores de personas o preparadores de atletas, según en que casos, no va a depender de si estamos en una u otra organización, sea esta la federación o cualquier otro grupo. Sólo dependerá de nuestro esfuerzo personal, de nuestro trabajo, de nuestra dedicación, de nuestro empeño en el día a día y de tener una idea muy clara de aquello que consideramos lo mejor para la mayoría de nuestros alumnos y no exclusivamente para un pequeño grupo elitista.

Las federaciones deportivas muchas veces se pasan “tres pueblos” hay que darles un tirón de orejas y recordarles que todos formamos parte de ellas, no sólo aquellos grupos de gente que están ocupando cargos dentro de la misma (seleccionadores, directores de grados, directores de arbitraje, técnicos de las escuelas autonómicas de preparadores, etc.), a los que por supuesto hay que reconocerles y agradecerles la gran labor que están llevando a cabo, pues en la mayoría de los casos lo hacen de forma altruista. Lo que pretendo decir es que no existan “vacas sagradas”. Que todo el mundo se sienta considerado y respetado, hablar con los técnicos, pedir opiniones, comparar puntos de vista, fomentar reuniones donde cada cual pueda expresar sus inquietudes, elaborar proyectos comunes y en definitiva actividades que paralelamente a las competiciones fomenten la “cultura del karate do”, no sólo el deporte del karate.

De no ser así, vamos a pensar que sólo estamos para pagar religiosamente las reafiliaciones, las licencias, las tasas de examen etc. y que la mayoría de componentes de un colectivo está generando un dinero que sólo revierte en una muy pequeña parte del mismo.

Las organizaciones, en teoría, son grupos alternativos cuya búsqueda diferenciadora en cuanto a planteamientos técnicos y al desarrollo del karate do tiene su propia identidad. Estas hacen una propuesta en una línea más romántica de karate do, intentando preservar los principios filosóficos, técnicos, tácticos y la tradición, cada uno dentro de su estilo. Intentando buscar la pureza de la técnica y la esencia del arte como desarrollo de Budo. Esta es la parte positiva, y es la forma y búsqueda de karate do con la que me identifico plena y personalmente.

Dicho esto, también conviene recordar que algunos de estos grupos funcionan como pequeños reinos de taifas, donde nadie se mueve sin permiso del jefe, tienen unas estructuras completamente herméticas, donde como señores feudales no consienten a nadie disentir de las directrices que marcan “los señores de la guerra”.

Aprovechándose e intentando dogmatizar a todo aquel que se acerca de forma sincera, romántica e idealista. A menudo algunos de sus “adeptos” que no es lo mismo que alumno o discípulo “comulgan con ruedas de molino”. Esta es la parte negativa.

Sobre todo lo expuesto con anterioridad, debemos de reflexionar y obtener una conclusión:

Las Federaciones controlan, dirigen y gestionan una parte del karate (el deporte), dándole un rango de oficialidad y de seriedad, a través de la obtención de grados y demás titulaciones (monitor, entrenador, etc.). En el ejercicio de esa gestión cometen fallos, muchas veces estamos en manos de burócratas que solo escuchan y obedecen a quienes les han puesto en el “sillón”, haciendo caso omiso de cualquier propuesta que aún siendo de interés para el colectivo del karate do, no provenga de quienes “cortan el bacalao” por miedo a perder el puesto.

Recordémoselo y hagamos grupos de presión para que de forma seria y responsable se intenten corregir los mismos si no quieren que más grupos se bajen del barco.

Las organizaciones ofrecen estructuras organizativas con muy buenas expectativas a nivel técnico debido al gran prestigio, el carisma y a los conocimientos de los maestros que las dirigen, respetémosles, aprendamos de ellos todo lo que podamos, mostrémosles nuestro agradecimiento, nuestra humildad, pero siempre desde una posición de libertad de acción y de pensamiento.

Actualmente y cada vez más vivimos en un mundo abierto, donde hay plena libertad para asociarse a cualquier tipo de organización. Donde las tecnologías y la comunicación (Internet) hacen que la información no tenga barreras y llegue a cualquier punto del mundo. Esto propicia que la gente con inquietudes en karate do, se relacione con grupos afines a sus expectativas y donde cada vez es más difícil engañar o poner cortapisas a instructores y practicantes, pues estos están mucho más preparados e informados.

Mejoremos karate do entre todos, no nos dejemos engañar por “cantos de sirenas” sigamos trabajando fuerte en el día a día, eso nos dará la fuerza, expresemos nuestras opiniones con respeto, pero sin miedo, sin el seremos más libres, si somos más libres seremos más felices y este es un derecho irrenunciable del ser humano.

José Ramón Álvarez Ruiz-Huidobro

Instructor, 6º dan de karate do

Fuente: jlgarcia.galeon.com

Nobuyoshi Murata

Resultado de imagen para Nobuyoshi Murata

El 5 de marzo de 1932 nace en Osaka Japón el Sensei Nobuyoshi Murata. Su aprendizaje del Karatedo Shitoryu comenzó a los 21 años de edad en la escuela del Sensei Kenei Mabuni, el SOKE del Estilo Shito Ryu en Osaka, Japón en 1953.

 En 1958 fue enviado a México como director de la Compañía de Exportación de Takeda, en aquel momento era segundo Dan de Shitoryu. En enero 1959, el Club japonés de la Asociación mexicano japonés se fundó en la Ciudad de Aguilas. Subsiguientemente, la Embajada de Japón pidió al Sensei Murata que diera una demostración de karate en el Club japonés. Después de la demostración, tres jóvenes mexicanos (Manuel Mondragon, Carlos Vila y Juan Farias) pidieron al Sensei Murata que les enseñara Karate Shitoryu, y así empezó el karate Shitoryu en México en noviembre 1959.

 La primera Asociación mexicana de Karate de Shitoryu se estableció en 1960, y Sensei Jorge Sosa invitó a Sensei Nobuyoshi Murata a dar numerosos seminarios de Shitoryu sobre los próximos 20 años. Como resultado, el estilo de Shitoryu comenzó a aparecer por todas partes de América Central, donde hoy es muy popular.

Falleció el 26 de Abril de 2005

 

Remembranza del Shihan Nobuyoshi Murata

 

El 5 de marzo de 1932 nace en Osaka, Japón el Sensei Nobuyoshi Murata. Fue el hijo menor de 7 hermanos, y su papá fue Kinjiro Murata y su mamá fue Tsuta Morishita.  Durante su formación de educación primaria recibió bases de Kendo y Judo.

De joven vivió uno de los conflictos y horrores más tristes de la humanidad, la segunda guerra mundial (1939-1945). Su niñez fue muy diferente a la de muchos niños actuales, dado que parte de su educación primaria era la de armar hélices, bombas, aviones, etc., para la guerra. No termino la secundaria por motivos de la guerra. Fue muy tímido y tranquilo, le chocaba ir a la escuela, porque sus compañeros se burlaban mucho de él, por tener una constitución débil y una actitud demasiado calmada. Se salvó de formar parte del grupo de Kamikases, por no tener la edad reglamentaria. Durante la guerra bombardearon su casa y sufrió mucho la escasez de alimentos.

Después de la segunda guerra mundial, el desprecio de algunos militares de Estados Unidos a los japoneses, fue muy dura. Por ejemplo, el Sensei Murata nos relataba que cuando era joven, la escasez de alimentos fue todavía más mayor, los militares en muchas ocasiones enfrente de los jóvenes japoneses hambrientos, sacaban tabletas de chocolate y plátanos, para comerlos en frente de ellos, con el fin de humillarlos y pisotearlos emocionalmente. En ocasiones, lo único que comían al día, era un triángulo de arroz. En aquella época, el Sensei Murata se prometió que él, algún día, tendría acceso a esos alimentos y nunca haría lo que algunos militares de Estados Unidos hacían con ellos.

 En aquella época, tuvo la oportunidad de escuchar la música de los Tríos Mexicanos como los Panchos, los Dandy, etc., así como, aprender a bailar el Tango Argentino. Tal era su interés en la música y el baile latino, que decidió estudiar en la Universidad “Osaka Gaikokugo Daigaku” en 1950, con el objetivo de entender las letras de las canciones de los Tríos y claro del Tango. En los comienzos de la universidad tuvo varios altercados con algunos grupos de beisbolistas que lo envidiaban a él, por su habilidad en los idiomas y por qué una muchacha, novia de uno de los beisbolistas le pidió, que le ayudara en su aprendizaje del idioma inglés. Lo que propicio que un cierto día, lo llevaran al techo de la universidad y le preguntaran muy enojados del porque aprendía inglés y por qué andaba con su novia. Posteriormente varios de los beisbolistas por envidia y odio, se fueron sobre él, para golpearlo y patearlo en el piso. Después llego a su casa muy mal herido, su hermano Ryochi Murata, lo vio muy ensangrentado y golpeado, y le pregunto que quien le había hecho eso, sensei Murata le contesto temeroso que se había caído y su hermano le dijo, “no me mientas dime realmente quien te hizo esto”. El sensei Murata, le contó posteriormente la verdad a su hermano, el cual le recomendó, lo siguiente, “busca una escuela de Karatedo, para que aprendas a defenderse” y nunca te dejes de una injusticia.

 Así es, como en 1950 a la edad de 19 años, Sensei Nobuyoshi Murata comenzó su aprendizaje del Karatedo Shito Ryu bajo la instrucción del 2do. Soke (Familia Fundadora) del Shito Ryu, el Gran maestro Kenei Mabuni, con el fin de aprender a defenderse de los que lo habían golpeado despiadadamente. Las clases en aquella época eran muy intensas y duraban de tres a cuatro horas de lunes a viernes.

 Entre 1950 y 1952 tuvo la fortuna de recibir las enseñanzas del 1er. Soke del Shito Ryu, el gran maestro Kenwa Mabuni.

 Continúo entrenando, sin descanso y sin faltar ningún día a clases, y gracias a la influencia de sus maestros Kenei Mabuni y Yoshio Umezawa, comprendió que el odio y el rencor no llevan a nada bueno. Así, él vislumbró, que la filosofía y el arte no era simplemente dar patadas y golpes.

En 1954 se graduó de la Universidad, obteniendo la licenciatura en filosofía y lengua en español y ese mismo año entro a trabajar a las Industrias Químicas Takeda, Ltd.

Años después, el Sensei Mabuni lo recomienda para que enseñara Karatedo a los policías de su localidad.

 En julio de 1958 llegó a México el Sensei Nobuyoshi Murata como Gerente de Exportación de Takeda de México, S.A. de C.V. Fue enviado a México por su compañía, por su habilidad de hablar en español, con lo que se hizo realidad el sueño que tenía de vivir en un país de habla hispana. En esta fecha ya ostentaba el grado de 2o. Dan Cinta Negra.

El 31 de enero de 1959 se inauguró el Club Japonés (Nichiboku Kaikan) de la Asociación México – japonesa en la colonia las Águilas y para ese acto, la Embajada de Japón pidió a Sensei Murata que diera una demostración de Karatedo. En aquella demostración los espectadores se interesaron mucho y varios de ellos le pidieron al Sensei Murata que les enseñara, pero inicialmente no tenía la intención de enseñar Karate do en México, sino cumplir con su trabajo, pero fue convencido por quienes tenían la inquietud de practicarlo y a partir de aquí empezó a dar instrucción en su hogar a tres alumnos mexicanos seleccionados en Noviembre de 1959.

En octubre de 1959, el Sensei Nobuyoshi Murata con 27 años de edad, dio su primera clase de Karatedo a tres jóvenes mexicanos Manuel Mondragón y Kalb (25 años), Carlos Vila (27 años) y Juan Jorge Farías (23 años). Este es el comienzo de la historia del Karatedo en México, constituyéndose en el primer país fuera de Japón en enseñarse el Karatedo Shito Ryu, convirtiéndose el Sensei Nobuyoshi Murata en el Padre y Fundador del Karatedo en México, así como el primer japonés en venir a México a enseñar el primer estilo en Karatedo.

En 1960, Sensei Nobuyoshi Murata, ayudo a establecer la primer Asociación Mexicana de Karatedo y Artes afines, A. C. con la valiosa ayuda del padre del Dr. Mondragón.

 El 11 de enero de 1961 se casó con Yukiko Ohmura en Japón y tuvo tres hijas. Yoshie, Makiko y Kazumi. Actualmente Yoshie se casó con un japonés y vive en Japón, Makiko y Kazumi se casaron con mexicanos y viven en la Ciudad de México.

En 1963 el Soke, Kenei Mabuni con apenas 45 años de edad inicia su enseñanza a nivel internacional visitando México por primera vez para apoyar y enseñar al Sensei Murata dando seminarios con él, además el Soke Kenei Mabuni enseño a todos los miembros de la Asociación Mexicana de Karatedo, A.C. quedándose cuatro meses.

De 1963 a 1965 el Soke, Kenei Mabuni, junto con otros instructores vino en varias ocasiones a México para enseñar, haciendo una buena base para el desarrollo de la asociación. Naturalmente, para ese punto había varios estudiantes mexicanos cinta negra, que podrían asistir a la enseñanza.

En noviembre de 1965, el Sensei Murata asciende al Grado de 5o. Dan y a finales de julio de 1967 regresa a Japón por motivo de trabajo.

En 1971, se ascendió a 6º Dan al Sensei Nobuyoshi Murata.

 

 Actividades del maestro Nobuyoshi Murata relacionadas con Karatedo, Economía y Relaciones Comerciales Internacionales

 

En 1972, Sensei Murata regresa a México para ocupar el Cargo de Director General de Takeda de México, S.A. de C. V., y en ese mismo año es establecida la Federación Mexicana de Karatedo y artes a fines, A.C., el maestro Murata trabajo como un miembro fundador (Su último puesto fue consejero ejecutivo de la Federación).

En 1973, Sensei Murata recibe el RECONOCIMIENTO de Televisa como “Padre y Fundador del Karatedo en México”.

En 1977, Sensei Murata recibe un premio de la industria y del comercio del ministerio de Japón, por sus esfuerzos al desarrollo económico y comercial en México y América Latina.

En octubre de 1978, Sensei Murata asciende al grado de 7o. Dan, y es nombrado juez Oficial de la WUKO (The World Union of Karatedo Organization), en Tokyo Japón.

En 1979, fue nombrado maestro oficial de Karatedo de la Dirección Federal de la Seguridad de la Secretaria de Gobernación de México en el campo militar del No. 1 de la Secretaria de la Defensa Nacional de México.

En 1984, Sensei Murata recibe un reconocimiento de promoción de la cultura de Secretaría de Educación Pública en México. En este mismo año también, recibe el reconocimiento de la CODEME como “Fundador del Karate do en México”.

En 1985 nace la organización Seikikai (Asociación en busca del origen), la cual asumió la función de retornar a los practicantes del Shito Ryu a la práctica seria y profesional del Shito Ryu, y fue liderado por el Shihan Nobuyoshi Murata.

Entre 1988 y 1992, Sensei Murata ocupa el cargo de “Coordinador Académico en Karatedo” del Centro de Educación Superior en el Deporte de la UNAM.

En noviembre de 1989, Sensei Murata es ascendido a 8o. Dan (Grand Master) Cinta Negra.

En 1994, durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, el secretario del de la SECOFI (Secretaría de Comercio y Fomento Industrial), el Dr. Herminio Blanco nombró al maestro Nobuyoshi Murata como uno de sus consejeros, a cargo del «consejo mexicano de inversiones», eventualmente el maestro Murata asistió al Dr. Blanco para aumentar las inversiones japonesas en México, y hacer el FTA (Tratado de Libre Comercio) entre ambos países. El maestro Murata viajó más de 15 veces a Japón con el Dr. Herminio Blanco como su consejero con el fin de alcanzar los objetivos mencionados.

En 1995, se funda la Federación Mundial de Karatedo Shito Ryu, donde el maestro Murata ocupa el cargo de Vicepresidente Ejecutivo. Para dicho evento, el sensei Murata fue acompañado por 3 mexicanos. Entre los que destaca el Shihan German Mendoza.

En 1996 se disuelve la organización Seikikai y otras organizaciones para formar el 24 de marzo de del mismo año a la Organización más grande de México, denominada “UNIÓN MURATA KARATEDO SHITO RYU”, la cual tiene el fin de preservar el verdadero Karatedo Shito Ryu. Así como, promover la diversidad de conocimiento en Shito Ryu (Kata, y Kumite de competencia, Defensa Personal, filosofía aplicada a los negocios y a la vida cotidiana, manejo de conflictos, etc.) y es liderado por el Shihan Nobuyoshi Murata. Dicha organización está compuesta por más de 15 organizaciones mexicanas y dos internacionales.

 La UNIÓN MURATA promueve la enseñanza de técnicas del combate de Karate do como un deporte y como Defensa Personal, pero se da mucha importancia a las técnicas básicas del Karatedo e Ippon-Kumite. La filosofía que se promueve es «gozar la vida con Karatedo», esto se da porqué en cada entrenamiento evitamos lesiones y preservamos la salud física, mental y espiritual de los estudiantes.

 En Julio de 1996 se funda el Gimnasio Central (Hombu Dojo) “SEISHUU-KAN”, que está localizado en la parte central de la Ciudad de México, este Dojyoo fue establecido con la grandiosa participación y cooperación del Arq. Kimihide Taquimura, amigo cercano del maestro Murata. El Arq. Kimihide es 3er. Dan Cinta Negra en Karatedo Shito Ryu. Así como también se reconstituye, el grupo colegiado de cintas negras de la Unión Murata teniendo como base SEISHUU-KAN, donde el Maestro Murata tiene el puesto de Saiko Shihan, es decir, Jefe de maestros Shihan. Dicho grupo esta compuesto de 3 sexto Dan, 30 quinto Dan y demás grados de cuarto, tercer, segundo y primer Dan. La filosofía del SEISHUU-KAN es aprender a obtener sentido de agradecimiento, cortesía y respecto a nuestros semejantes, ese es el espíritu de los artes marciales japoneses y después enseñar KIHON (técnicas básicas).

 Aunque en SEISHUU-KAN se tiene altos grados, la práctica diaria del KIHON es necesaria. Después del entrenamiento del KIHON, se aprenden y practican las Katas tradicionales del Shito Ryu junto con su Bunkai (análisis y explicación) varias veces; aquí es donde se encuentra el conocimiento profundo del combate.

La organización Unión Murata, ha viajado a diversos países a impartir instrucción por medio de seminarios y cursos, de entre los cuales destacan, seminarios realizados en Canadá, Cuba, EU, España, Venezuela, Guatemala, Francia y Japón.

 A partir de 1998, se tiene la misión de realizar cada año o cada dos intercambios en México, de 50 Karatedokas japonés, estudiantes de la Universidad de Tecnológica de Osaka Japón (Osaka Koogyoo Daigaku) liderados por el Sensei de Hiroshi Tani, 8º Dan, amigo íntimo del maestro Murata, durante sus visitas, se realizan varios entrenamientos y torneos de amistad entre ellos, y la Unión Murata.

 En 1998, se realiza una exhibición oficial de la UNIÓN MURATA KARATEDO SHITO RYU, al secretario de la SECOFI, el Dr. Herminio Blanco, al honorable Sr. Tanaka, embajador de Japón en México, al secretario de la SEP (Secretaría de Educación Pública), Lic. Limón Rojas y se edita el video por parte de la SEP, Los Valores y el Karatedo.

En el año 2000, se realiza una exhibición oficial al honorable Sr. Horimura, embajador de Japón en México.

 En el 2000, después de la administración de presidente Zedillo, el Dr. Herminio Blanco se retiró de su cargo en la SECOFI pero sigue siendo consejero internacional, para muchas de las compañías de Japón, los EU., Europa y las instituciones en México y el maestro Murata continuo siendo uno de sus consejeros, trabajando y viajando junto con él, a Japón. Además, siendo ellos una autoridad del mundo en el tratado de libre comercio, el Dr. Herminio Banco es al mismo tiempo un amigo de Japón, él ama el Karatedo, especialmente la filosofía de las artes marciales japonesas. Actualmente él es un estudiante del maestro Murata y tiene el 4to. Dan en Karatedo Shito Ryu.

En 2003, el Sensei Murata realizó una visita oficial a la Unión Murata España, para instruir en Karatedo Shito Ryu.

 En marzo del 2003, se realizó uno de los viajes más representativos de la Unión Murata Karatedo Shito Ryu, que comando el gran Maestro Nobuyoshi Murata, el cual fue un viaje de 20 días, donde el grupo colegiado de cintas negras de la Unión Murata compuesto en su mayoría por maestros Shihan, triunfa en Japón. Dicha delegación entreno en el Dojyoo del periódico NIKKEI de Tokyo, liderado por el gran maestro Yoshio Umezawa, 9º Dan alumno directo de Kenwa Mabuni. Además, dicha delegación entreno con el gran maestro Soke Kenei Mabuni, en el Dojyoo central “Yooshuu-Kan” en Osaka y el 26 de marzo del mismo año se tuvo la gran experiencia y honor de ser invitados por la honorable Guardia Imperial de Policía de Japón, para demostrar el Karatedo en el Dojyoo SAINEI-KAN, el cual tiene 120 años de historia en el Palacio Imperial en Tokyo. Lo más importante de este majestuoso lugar, desde que se fundo es que nunca un Karatedoka había puesto un pie en dicho lugar y para fortuna de nosotros, los primeros en entrar fueron en su mayoría mexicanos. El resultado de este viaje produjo la anexión del grupo del Shihan Masahiko Yokohama, 5º Dan y a partir de ese año, existe Unión Murata Japón. Por dicho motivo, el Karatedo ahora se exporta de México a Japón.

 En el 2004, se realizó una visita oficial a Japón, para ayudar en el crecimiento de la filial de Unión Murata Japón, por medio de seminarios, con el Sensei Murata y el Sensei German Mendoza (6º Dan), Coordinador Técnico de la Unión Murata.

En febrero del 2005, se realiza una exhibición oficial de la UNIÓN MURATA KARATEDO SHITO RYU, al honorable Sr. Mitsuyoshi Nishimura, embajador de Japón en México.

 El 26 de abril del 2005, falleció el Sensei Murata, a las 8:30 a.m. Su excelentísimo el Sr. Mitsuyoshi Nishimura, embajador de Japón brindó sus respetos a la familia Murata y a la Unión Murata.

Fuente: redmarcial.com.ar

 

 

Motobu Choki, una verdadera leyenda

Nació en Febrero de 1871 en la ciudad de Shuri, siendo el tercer hijo de la familia Samurai «Motobu-Goden» Lº Kahira. En esta familia tradicional el heredero del título y responsabilidades del cargo de su padre recibía una educación esmerada, tanto en la cultura china y japonesa como en artes marciales; pero al ser el tercero su educación no fue tan cuidada, dejándole campar a sus respetos y él respondió ante estas circunstancias entrenando con gran intensidad pero de una forma propia, sin sometimiento a una escuela determinada.

EL FAMOSO MAESTRO

Su interés por el entrenamiento en artes marciales se desarrolló enormemente y para mostrar esto más expresivamente es conocida la anécdota de su infancia, en la que cada vez que el jefe de policía iba a su casa a tomar el té e informar a su superior de las novedades, él lo esperaba para recibir con ansia orientaciones, o la instrucción que sobre artes marciales gustosamente le fuera entregada. Así continuó durante largos años entrenándose a fondo en el MAKIWARA y los instrumentos propios de OKINAWA para la formación corporal, CHISHI, CHASHI, ISHI-GETA, etc, y durante la noche buscaba oponentes de mayor fuerza y tamaño en los barrios bajos, adquiriendo poco a poco fama de excelente combatiente, recibiendo el apelativo de MOTOBU-SARU (MOTOBU el mono) por su agilidad y originalidad.

SUS PRIMEROS PROBLEMAS

Lo que antecede le crearía problemas con su primer maestro, el gran revitalizador y reordenador del karate SHURI: ITOSU ANKO, pues era grande su deseo de probar cada técnica o combinación aprendida en combate, por lo que pierde la orientación del maestro y debe entrenar, de nuevo, en solitario.

En una de estas ocasiones se enfrentó a un experto llamado ITARASIKI, que era cinco o seis años mayor que él, y por un pelo perdió el combate. Esa noche no pudo dormir pensando y recordando cada una de las facetas del combate, sus errores técnicos y sus fallos de táctica, especialmente aquellos que le llevaron a la derrota.

UN NUEVO MAESTRO

Más tarde conoció al maestro TOKUMINE, un excelente artista del TE y del BO, el cual era amante de la bebida, y MOTOBU, conociendo su debilidad, le llevaba SAKE (vino de arroz), y así recibió durante un tiempo instrucción de este maestro, el cual, cuando bebía, se volvía agresivo y en múltiples ocasiones había combatido en la calle causando lesiones. En la última de ellas, y ante el intento de deternerlo por parte de un policía, lo proyectó y le causó heridas, siendo necesario que varios policías en actuación conjunta lo detuvieran y presentaron al juez. Ante un expediente en el cual constaba lesiones a más de veinte personas, le fue impuesto el castigo del destierro a la isla de YAEYAMA, donde años más tarde murió.

CONTINUACIÓN DEL ENTRENAMIENTO

Otra vez MOTOBU debía continuar su entrenamiento sin la orientación de sus maestros y decide buscar un maestro famoso, éste será MATSUMORA KOSAKU de TOMARI-TE y debido a que era muy conocido su nombre como combatiente nocturno, se presentó con otro. Más tarde, el maestro lo llamó a su presencia, pués había sido reconocido debido a su mala fama de peleón y MATSUMORA le preguntó por qué se había presentado con el nombre de SESOKO siendo éste el nombre falso, a lo que contestó MOTOBU que éste no era falso, sino que, cuando era pequeño y mientras se estaba criando en casa de su madre, le llamaban así, El maestro le permitió recibir su enseñanza, especialmente en KUMITE y las KATAS NAIFANCHIN y PASSAI que más tarde serían sus favoritas.

EL PRIMER COMBATE

Al carecer de condiciones para llevar un negocio, que intenta y fracasa en OKINAWA, y ante grandes dificultades económicas, marcha a OSAKA en 1921. Algo más tarde, en KYOTO, se celebraba un combate de exhibición entre un boxeador profesional de origen ruso y de 1.80 metros de estatura y los aficionados a las artes marciales que quisieran enfrentarse a él. Cuando se hizo el anuncio entre el público nadie contestó y preguntado MOTOBU poe el dueño de la casa donde se alojaba, si aceptaría el reto, el maestro se decidió (en aquel entonces tenía cincuenta y dos o cincuenta y tres años), subió al ring no aceptando colocarse los guantes; durante dos asaltos estudió a su oponente con una estrategia meramente defensiva, a la espera de su oportunidad. El boxeador, mientras tanto, iba ganando puntos y confiándose, comenzando a tomar a broma ese «pequeñajo» que no contraatacaba, y en un momento de descuido fue sorprendido por un extraordinario KIAI, y el público vio cómo el boxeador cayó al suelo sin conocimiento; la acción de MOTOBU había sido tan rápida que su KEIKOKEN a la sien del oponente no había sido visto. Publicado el evento en una revista de aquel entonces y ante su fama decide trasladarse sa TOKYO y abrier un DOJO llamado RYUKYU BUJUTSU-TODE, así como dar clases a la policía metropolitana de TOKYO y dirigir algunos clubs de karate, como el de la Universidad de TOYO DAIGAKU.

ÚLTIMA ETAPA DE FORMACIÓN

En 1936 vuelve a OKINAWA para recibir instrucción en katas antiguas y KOBUYUTSU de OKINAWA con el maestro KENTSU-YABU, con el que habla de las transformaciones que han sufrido los katas de OKINAWA en Japón, deplorando esta actitud, informando de ello a todos los grandes maestros de OKINAWA de aquella época.

Vuelve a TOKYO y continúa su enseñanza. Justo antes de comenzar la II Guerra Mundial, en el año SHOWA 14, vuelve a OKINAWA.

Se conserva un opúsculo sobre KUMITE dictado por este maestro y publicado por la TODE JUTSU FUKYUKAY, titulado «OKINAWA KEMPO TODE JUTSU KATA DE KUMITE».

Más adelante escribiría otro libro, que se perdió antes de ser editado y que constaba de las siguientes partes: «Historia de Karate», «katas», «Análisis de katas» y «HENTE-KUMITE»; este libro habría causado un enorme impacto, siendo una verdadera desgracia su desaparición.

UN PRECURSOR

Este maestro es uno de los precursores de la faceta deportiva del KUMITE y un gran maestro en el combate real.

En general es conocido como un maestro robusto y agresivo pero era un hombre que apreciaba la cortesía y las buenas maneras, y la exigía a sus alumnos en grado elevado; después de su iluminación en la que comprendió que el Arte del Karate era un camino de perfección propia y no de vencer a los demás, sino a sí mismo, a través de un contínuo esfuerzo, alcanzó la madurez.

Murió, siendo en vida una verdadera leyenda del karate, en la ciudad de NAHA. el 2 de septiembre de 1944, a la edad de setenta y tres años.

Autor: JUAN ANTONIO BISH LORENZO

Publicado: KARATEKA/jlgarcia.galeon.com

Guía completa Shotokan Karate-Do

Shotokan (松濤館 Shōtōkan, lit. «Escuela de Shōtō») es un estilo de karate desarrollado por el maestro Gichin Funakoshi y su hijo Yoshitaka (Gigō) Funakoshi. El estilo shotokan es considerado uno de los primeras escuelas de karate organizadas a nivel internacional, y es actualmente el estilo de karate-dō más practicado del mundo. Recibe su nombre del primer dōjō inaugurado por Funakoshi en 1936.

El karate estilo Shotokan nace en el Dojo Shotokan fundado por el maestro Gichin Funakoshi, siendo es una combinación de dos estilos propios de Okinawa (Shorin Ryu y Shorei Ryu o Naha-te) y, además de las innovaciones propuestas por otros instructores del Dojo como el hijo del sensei Funakoshi, Yoshitaka, Y el maestro Masatoshi Nakayama. A Gichin Funakoshi se le considera como el padre del Karate-Dō moderno, por su difusión del mismo en Japón y hacerlo formar parte de las artes marciales modernas formativas japonesas o gendai budō. Sensei Funakoshi unió el estilo Shuri-te de Yasutsune Itosu y el estilo Shorei-te o Naha-te de Ankō Azato, sus dos maestros, quienes eran a su vez estudiantes del guerrero noble Pechin Sokon Matsumura. Del estilo del maestro Itosu mantuvo el uso de la penetración y torsión / torque en todas las técnicas de golpeo y de bloqueo, haciendo énfasis en el «golpe único» o ‘ikken ikkatsu’ (idea de la máxima eficacia del golpe a similitud de una estocada o corte de sable). Del estilo del maestro Ankō Asato(conocido como Shorei o Naha Te, con raíces más chinas, quien a su vez practicó el estilo de sable clásico japonés o kenjutsu), estilo Jigen Ryu. Mantuvo el movimiento corporal o ‘tai sabaki’ aplicado en la defensa y contrataque. Ejemplos de esto son los pasos semicirculares (desarrollados para guardar el equilibrio del cuerpo sobre cualquier superficie, que se encuentran en los katas), los varios desplazamientos y las angulaciones del cuerpo (al defender, por ejemplo se gira el torso lateralmente). Siendo estas algunas las principales diferencias del estilo Shōtōkan con todas las otras variantes tanto Okinawenses, japonesas y hasta coreanas del arte marcial original desarrollado en la isla llamado anteriormente: Tode/Te/Tuite o Shuri Te; como: el karate Shorin Ryu, el karate Shito Ryu, el Tangsudo/ Tang Soo Do, y el Taekwondo. Sin embargo las características más notorias del karate shotokan, como las posturas de piernas amplias y bajas, patadas altas, kumite deportivo, etc… fueron introducidas por otros instructores de su Dojo, como por ejemplo su hijo Yoshitaka Funakoshi. Y el maestro Nakayama.

Funakoshi incluyó en el karate una filosofía propia influenciada por el Confucionismo y el Budismo Zen, estableciendo reglas de comportamiento y moral entre los practicantes. En sus inicios a principios del siglo XX, la diferencia principal entre el ‘karate’ del Sensei Funakoshi y el divulgado por los muchos otros maestros de Okinawa era el énfasis en incluir una formación moral y filosófica, no solo la transmisión de un método de combate.

A principios del siglo XX las visitas a Okinawa del comisionado escolar del Japón Shintaro Ogawa y el Capitán Naval Rokuro Yashiro ayudaron a dar a conocer en Japón el karate de Funakoshi, tras la visita y exhibición ante el príncipe Emperador Shōwa a Isla de Okinawa. Y con la ayuda del fundador del Judo, el maestro Jigorō Kanō, amigo de Funakoshi; se creó el Kime-No Kata del Judō, donde se incluyeron varias técnicas de golpes (Atemi-waza) al sistema de Kano,; a la vez que en el Karate-Do se adaptaron varios de los barridos del Judo, y se perfeccionaron algunos lanzamientos y derribos que ya tenía el karate. Igualmente se decidió imitar el diseño del uniforme y el sistema de grados por cinturones de colores (kyu – Dan) del Judo. Entonces vendrían los años dorados (1930 – 1960) de la enseñanza del maestro Funakoshi, y con ellos, la fundación de la escuela Shōtō.

El Maestro Higaonna, Karateca de Nacimiento.

https://i0.wp.com/en.gashuku.ru/zadmin_data/foto.image/1656_1575_1552.jpg

Morio Higaonna comenzó el estudio del karate a la edad de 15 años bajo la dirección de su padre, un policía de Okinawa. Continuó su entrenamiento en el colegio de secundaria y posteriormente en la escuela comercial de Naha. Karatekas de diferentes estilos se encontraron y practicaron juntos el Shorin Ryu (ancestro de la Shotokan) y goju ryu.
A los 17 años es invitado a entrenar bajo la dirección de Miyazato Sensei, en un dojo situado en la casa personal de Chojun-Miyagi. El entrenamiento tiene lugar la mayor parte del tiempo en el jardín donde hay varios makiwaras y pesas para musculación. Entrena ocho horas al día y el entrenamiento es tan intenso que sufrirá desfacclecimientos y fatiga psíquica.
Cuando pasa a la escuela superor Hogaonna comienza a estudiar Kobu-jutsu okinawense bajo la dirección de Kasahara Sensei. Después de terminar sus estudios comerciales. Higaonna entra en el Banco del Naha, después de un año lo deja y decide consagrarse al karate.
En 1959, cuando Higaonna ha pasado el examen de tercer Dan, abandona Okinawa para ir a Japón. Entra en la Universidad Takushoku Dai Gaku en 1960. Sale unos años más tarde con la licencia de exportador-importador.
Durante sus estudios se entrena en Yoyogi, un barrio de Tokyo, en el dojo del Maestro Aragaki, estilo Shoriu Tyu. Aragaki se fija en el joven okinawense y le pide que enseñe al estilo goju ryu. Higonna parte la semana en dos: el da los cursos los jueves, viernes y sábados, y en menos de dos meses después setecientos estudiantes siguen sus enseñanzas. Alcanza el título de Higaonna Sensei. Paralelamente a sus cursos continúa su entrnamiento en Kobudo bajo la dirección de Taira Shiuken Sensei, experto okinawense en Kobujutsu.


Higaonna comienza igualmente a dar clases en numerosos gimnasios y una sección de la Universidad de Takushuki. También imparte sus enseñanzas a extranjeros que son siempre bien acogidos en el dojo.
No disocia el Kumite y la Kata. El karate es un todo que se debe descubrir progresivamente. Los profesores okinawenses son generalmente opuestos al karate de competición. Higaonna piensa que es una etapa en el progreso y que debe ser uno mismo el que juzgue su importancia.
Jamás ha fumado o bebido alcohol y continúa entrenándose diariamente. Cada año vuelve a Okinawa para trabajar con su maestro y camaradas.
Él ha definido el karate como «un estudio de relaciones humanas».

EL KARATE ES UN ESTUDIO DE RELACIONES HUMANAS
– ¿ Quién ha sido el maestro que más le ha influido ?
– El maestro Haichi ha sido el que más me ha influido entre todos los que he tenido.
– ¿Cómo se metió dentro de las artes marciales?
– Por circunstancias. Mi padre también practicaba karate y yo quería también aprender para defensa personal, para tener buena salud física, etc. Así que empecé a los 15 años y a los 17 me metí en el goju ryu, desde entonces éste ha sido el único estilo que he practicado.
– Usted tiene un cargo federativo de cierta importancia en Japón. ¿Cree que algún día el karate será olímpico?
– No creo que sea algo que se pueda realizar a corto plazo, aunque personalmente estoy de acuerdo en la adhesión al Comité Olímpico, pero sin perder el espíritu del karate, lo que ocurre es que si se respeta esto nunca será deporte, habría que aguardar a ver lo que ocurre en el futuro, pues si se enfoca bien será muy positivo.

– Cree que en occidente se comprende el espíritu del karate. ¿No se ha enfocado como deporte desde hace años?
– Bueno, los jóvenes es indiscutible que lo han enfocado todo hacia la competición, por tanto, más hacia el camino deportivo , pero hay gente, que ya no es tan joven y lleva años entrenando, que empezaron a profundizar hace tiempo, llegando a comprender el auténtico espíritu marcial, para estos no es un deporte.
– ¿Qué diferencias hay entre el goju ryu de Okinawa y la escuela de Japón?
– Ninguna, son las dos la misma sólo existen unas pequeñas variaciones en los katas.
– Para un maetro como usted ¿qué significa un kata?
– El karate en sí es el kata, cuando se realiza, aunque sea de pocos movimientos, a base de repetirlos te cuestiona a ti mismo, entrenando día tras día, llega el momento en que encuentras el auténtico espíritu. Este es el momento más importante de todos los años de práctica.

-Creo que los katas de la goju ryu han permanecido inalterables desde su creación, cosa que no ha ocurrido con otros estilos ¿Es esto cierto?
– Han sufrido variaciones, pues no se ejecutan igual que cuando los creó el maestro Miyagi. cuando éste regresó de China hizo las bases de los katas. Pero luego evolucionando hizo algunas variaciones en ellos, hoy en día se ejecutan prácticamente igual, aunque es posible que algún maestro haya considerado variar algunos movimientos, para hacerlos más perfectos. Pero en su contexto la goju ryu sigue efectuando los katas y la técnica básicamente a como lo enseñó el creador, el gran maestro Miyagi.
– Hay gente que piensa que por guardar la tradición hay estilos que se han quedado anticuados. Hoy por hoy se ha comprobado que los más efectivos luchadores en un ring son los de Tahi Boxing, ¿qué pasa, que el karate no es válido a la hora de pelear en la calle?
Depende, el más fuerte es el más fuerte, aunque sea de Thai boxing, full contact, karate, también depende de quien pelee y las cualidades que tenga.

– ¿Cree que tal y como se enseña el karate en occidente la gente llegará algún día a alcanzar el nivel de Yamaguchi Godan «El gato»?
– En Okinawa el máximo exponente de la goju ryu es el maestro Miyagi, adquirir su nivel o intentar compararse con él es ridículo.
– ¿Por qué hay tanta diferencia técnica entre los japoneses y los occidentales, sobre todo a la hora de ejecutar un kata?
– Creo que es algo que se lleva dentro, por ejemplo, aquí vienen muchos japoneses a aprender danza y a tocar la guitarra, por muy bien que lo hagan nunca se podrán comparar con ustedes. Es posible que algún día destaque uno, pero será la excepción, igual pasa en karate, creo que algo que llevamos dentro nos hace sentir el karate de forma diferente a los occidentales.

– ¿Qué opina de la competición deportiva?
– Es una etapa por la que se pasa al principio, después cuando alcanzas otro nivel buscas otras cosas diferentes, en la actualidad la veo muy limitada, pues no se puede golpear con codos, rodilla y ciertas patadas efectivas. Entonces hay muchos profesores que enseñan sólo a competir y olvidan las técnicas eficaces del karate que cada día son menos conocidas y practicadas, creo que sería algo bueno el construir unas protecciones eficaces y hacer más amplio el reglamento de las competiciones, para que el público pudiera presenciar un mayor número de técnicas y los competidores estuvieran menos limitados a la hora de pelear.
– ¿Qué opina del karate kiukushinkai?
– Es un estilo que abarca el karate digamos tradicional y el moderno, se trabaja con pesas, sacos, etc., y se cultiva también el Do, el karate espiritual. Dentro de los combates se busca una realidad, es uno de los estilos más practicados en el mundo.
– ¿Qué nos puede decir sobre el creador de la kiukushinkai, M. Oyama, pues él practicó durante años el goju ryu?
– No sé mucho de él, tan sólo que entrenó con Yamaguchi Goden.
– Por último, ¿qué le gustarís decir a nuestros lectores?
– Que entrenando es la única forma de obtener resultados, que siempre tengan esto en cuenta.
– Gracias por todo, maestro.

Autor: PEDRO CONDE
Publicado: KARATEKA/ jlgarcia.galeon.com