El Fundador del AIKIDO profesabá un gran amor por el budo, por lo que durante su juventud jamás dejo de visitar o de invitar a cualquier budoka que fuera a su provincia natal y pedir que le instruyera, y peregrinó por diferentes escuelas de artes marciales.
Su primer maestro fue Tokusaburo Tozawa, de la Kyto Ryu Jujutsu.
El siguiente fue Masakatsu Nakai, de la Goto-Ha Yagyu Ryu de Jujutsu, que en esa época vivía en la ciudad de Sakai. El fundador tenía entonces veinte años. Hay vestigios de esta escuela en los movimientos de pies y manos del Aikido.
En 1903 interrumpió sus estudios para incorporase al 61º Regimiento del Ejército Japonés. Al terminar la guerra Ruso-Japonesa regresó de Manchuria y fue destinado a Hamadera, reanudando sus estudios con Nakai. Nakai era descendiente de la familia Yagyu, famosa por su tradición en el arte del sable. Era también un hombre de refinado espíritu guerrero. El fundador obtuvo un certificado de este ryu en julio de 1908.
Más tarde, en mayo de 1916, obtuvo un nuevo certificado, esta vez de Sokaku Takeda, de la Daito Ryu de Jujutsu. Este período de estudio tiene una profunda relación con el nacimiento del Aikido.
Hasta 1924 ó 1925, el Fundador estuvo absorto en el estudio de la lanza. Probaba entonces innumerables variaciones y movimientos corporales que luego fueron básicos en las técnicas de Aikido con bastón y en el IRIMI.
El fundador estudió a fondo el antigui jujutsu, especialmente durante el período de 1910 a 1925, pero si hubiera permanecido en cualquiera de las ryu o tradiciones, el Aikido no habría nacido, porque, si bien el Aikido utiliza elementos de esas viejas tradiciones, es un aspecto dinámico de los modernos conceptos sociales.
El ki en el aikido
El concepto del ki es equivalente al chino chi o qì, el hinduísta prana o el griego pneuma y se traduce generalmente como «energía vital» o por analogías adecuadas a los diferentes contextos encontrados dentro de la practica, como «aliento» o «espíritu», intención emocional, tensión muscular, dinámica y alineación corporal con la dirección/ ángulo del ataque, etc.
El aikido trabaja con el concepto de ki awasé (来合わせ) o mezcla del ki de nage y de uke, ki awasé es asimismo la denominación de una serie de ejercicios en pareja con el bastón medio o jō, y con el de ki no musubi (気の結び), o conjunción del ki de ambos participantes. Se atribuye al maestro Kōichi Tōhei haber popularizado el uso del término a través de sus libros y conferencias y al maestro Morihiro Saito la práctica de ejercicios con sable para el Ki no Musubi.
El armónico fluir del ki en el cuerpo del aikidoka durante la realización de una técnica y la combinación del ki de ambos participantes se consideran objetivos esenciales de la práctica del aikido. El kiai es una exhalación sonora que es parte del fluir de la energía vital, una intención emocional durante la ejecución de una técnica. El kiai es igualmente usado asiduamente en las artes marciales japonesas del Kendo(Esgrima) y del karate-Do (lucha a manos vacias).
Enfoque de la práctica
Aunque las técnicas del aikido pueden usarse como defensa personal ante cualquier posible agresión (el aikido es un arte marcial completo y eficaz, afirmó el maestro Kisshomaru Ueshiba); el fundador, el maestro Morihei Ueshiba no las creó solamente como parte de un método mas de lucha cuerpo a cuerpo. Su intención fue desarrollar un arte marcial capaz de integrar a la persona en todos sus aspectos: físico, mental y energético. Llegado el caso, el practicante buscara defenderse con proporcionalidad (dentro de lo indicado por la ley), con firmeza pero con serenidad, procurando mantener el respeto hacia si mismo, impidiendo que la propia rabia o miedo lleguen a dominarle.
En el aikido no se utiliza la palabra «enemigo»; se le dice oponente, compañero, o simplemente uke (‘el que es dirigido’, ‘el que ataca’, ‘el que se sacrifica’ para desarrollar la técnica), pues mientras se entrena, si la mente ve un contrincante en la persona que realiza el ataque, el sentido competitivo impedirá una respuesta respetuosa hacia él. Por esto en la gran mayoría de estilos de aikido no hay competiciones que enfrenten un aikidoka contra otro.
Nage (de lanzar, proyectar, el que lanza), llamado en algunas escuelas tori (defensor), o sea quien realiza la técnica, busca evitar que, por descuido, rabia o descontrol, se inflija más daño sin sentido al uke. Los practicantes deben ser conscientes de la responsabilidad que adquieren al aprender técnicas de origen marcial, muchas de ellas potencialmente letales para sus compañeros. La persona que entrena aikido asume que desea cultivar sus capacidades para mejorar su calidad de vida, no para maltratar a quien se le ponga por delante.
Siendo de personas inteligentes saber apreciar lo que piensan o sienten los demás, un aikidoka nunca menospreciará a su oponente, pues él/ ella / ellos le da la oportunidad de desarrollar su propio crecimiento personal. Se podría decir que uke es como un espejo, el estado físico y psíquico en el que se deja al compañero al acabar la técnica indicará en que estado estába el nage. Dependiendo del grado de control que se tenga en el cuerpo y sobre las acciones, dependerán los resultados.
Entre aikidokas experimentados siempre surge la duda si la filosofía del aikido es la que crea las técnicas, o es al revés; las técnicas llevan a la filosofía. Las dos razones son ciertas: al principio, cuando se accede al aikido ignorando su espíritu, las técnicas hacen comprender que hay formas más armoniosas de defenderse que simplemente golpeando con saña al agresor. Con el tiempo, sin embargo se descubre que la persona no necesita, ni desea realmente hacer daño a los demás para protegerse, así que es una opción personal comportarse de forma violenta. Se comprende que las técnicas de aikido contienen el espíritu de la Paz, puesto que educa el instinto primario de la agresividad. Al conseguir llegar aquí, el aikidoka se esfuerza porque las técnicas contengan el grado máximo de armonía.
Otro aspecto relevante en la practica de este Arte es el hecho de experimentar los dos papeles, atacante y defensor con el mismo ánimo, desde una perspectiva no solo de aprendizaje técnico, sino también como una experiencia que forma nuestro carácter. El papel de nage, no es mas importante que el de uke, bien al contrario se cree que si no desarrollamos primero la actitud de un uke que ataca de manera sincera, sin dudar; no se podra llegar a ser unos buenos nage. Esto es así debido a la particular forma de las técnicas de aikido, que buscan convencer antes que dominar, lo cual nos obliga a entender que le ocurre a uke cuando le realizamos una técnica.
Enfoque del aprendizaje
A diferencia de la gran mayoría de artes marciales tradicionales o modernas y deportes de combate, que buscan condicionar o mecanizar los diferentes gestos de defensa y ataque, el aikido busca despertar nuestra conciencia reprogramándonos física, mental y emocionalmente hacia un proceso de contínua creación. Por esto el maestro Mitsugi Saotome afirma: «El aikido busca la educación de nuestro instinto agresivo»; entrenando nuestra percepción, desarrollando nuestra decisión, dando lugar a una ejecución / neutralización adecuada. Por esta razón se comienza por las tomas de muñeca, los agarres y retenciones, para dar lugar a los agarres en movimiento, a los ataques tipo te- gatana o de mano sable; luego se dan los ataques armados tradicionales (sable, sable de madera, puñal, porra, lanza corta). Posteriormente se permiten los ataques en solitario con puñetazos, patadas, estrangulaciones así como sus combinaciones. Y finalmente se llega a las respuestas frente a uno o más oponentes. Permitiendo así el acercarse a la «realidad» del conflicto de manera progresiva, segura y gradual. Todas estas etapas del aprendizaje, se realizan dentro del marco/ patrón cíclico de la metodología ‘kaisen’ o de observación – repetición – análisis – retroalimentación / correción – ejecución – repetición, en búsqueda de un mejoramiento contínuo, la cual es usada así mismo, en el marco de la enseñanza de las artes marciales japonesas tradicionales formativas o gendai budo. Como el kendo, el karate do, el kobudo, el kyudo y el judo.
Respecto a la táctica (desplazamientos y ubicación corporal respecto al opuesto(s); ésta es fundamental en el aikido, pues se busca absorber y recanalizar la energía/inercia, mientras que a la vez se evita el/(los) ángulo(s) de ataque del opuesto por: anticipación, encuentro o anclaje, y/o dispersión. Dentro de círculos y espirales de movimiento conjunto.
Las técnicas del aikido se desarrollan teniendo en cuenta los aspectos en común entre sí mismas, de manera simultánea con la táctica; además de aplicar un acondicionamiento físico diferente al estar basado en la relajación, la alineación corporal, los giros, las torsiones y extensiones, además del desarrollo de una tensión dinámica muy específica. Logrando una fusión sincronizada de las trayectorias de ataque y defensa dentro de circuitos horizontales, verticales o diagonales de movimientos en elipse, circulares y/o en espiral. Ésta es la razón fundamental por la cual se califica y critica al aikido como demasiado sofisticado, demasiado suave, algunas veces como complicado, y poco práctico de aprender y aplicar a corto plazo, ya que es necesario el desarrollo de una gran percepción física y emocional, además de mucha práctica constante para aplicarlo efectivamente en situaciones de defensa personal; en comparación a los requerimientos en materia de relajación, sensibilidad y percepción interna de varios de los deportes de contacto. (Los cuales hacen un mayor énfasis en la mecanización y adaptación de los movimientos basándose en el desarrollo de las capacidades físicas como: la fuerza, la velocidad, la resistencia/aguante, y la flexibilidad específica, y los límites respecto al tiempo y golpes permitidos incluidos en su reglamento; algunos ejemplos de estas disciplinas deportivas son: el boxeo, la lucha olímpica, el kickboxing, y las artes marciales mixtas).