El practicante llega a una academia o escuela de artes marciales con diferentes objetivos, primero que todo casi en la totalidad de los casos no ha tenido un contacto previo con el arte marcial y mucho menos conoce la diferencia entre Taekwondo, karate, kung fu o judo, en su mayoría sólo llegan porque alguien les recomendó la academia, viven cerca, o se sintió algún interés en ponerse a practicar.
La idiosincrasia en nuestros países latinoamericanos nos ha instituido el estándar del fútbol soccer como deporte del pueblo, el deporte nacional de masas, el practicante novato llega con miles de expectativas, si ha visto alguna película pretenderá ser como Bruce Lee con dos o tres sesiones de entrenamiento, pero el camino no es tan fácil como un anuncio publicitario.
En la práctica el estudiante habrá pagado su mensualidad al matricularse, seguramente estará estrenando dobok desconociendo básicamente todo sobre la disciplina, luce orgulloso su cinturón blanco, la primera pregunta que le pasa por la mente al principiante cuando ve a un cinturón negro es ¿Cuándo seré como él?
El practicante de acuerdo a la probabilidad y estadística básica tiene la posibilidad de seguir en la disciplina o abandonar la práctica, pero independientemente de cual sea la actitud que tome el nuevo practicante es claro que se habrá conceptualizado con una división de grados la cual en el mejor de los casos se dedicará a ir obteniendo grados con la finalidad de llegar a la preciada cinta negra que le dará respeto entre los practicantes y una satisfacción por ser el portador de un buen rango.
Muchos practicantes se ven atraídos por la competición, en la cual logran vencer a otros rivales y demuestran lo aprendido en el dochang para lo que se requiere una buena técnica, un gran espíritu de lucha y sobretodo un entrenamiento a conciencia.
En muchas «escuelas» o «centros» de práctica se prepara al estudiante para que cada dos o tres meses presente su examen de grado, lo cual es muy llamativo, el lograr convertirse como por arte de magia en un «experto» del Taekwondo en dos años y medio aumenta la proyección de currículo para cualquier aspirante, pero es un arma de doble filo pues la preparación no ha sido desarrollada a plenitud cayendo desgraciadamente en el refrán de «El Maestro ciruela que no sabía leer y puso escuela», que zahiere a los que con poca instrucción se meten a enseñar.
Las razones de esta práctica son variadas entre otras se encuentra «mantener el interés de los alumnos», «que la academia no baje la cantidad de los alumnos matriculados», » o simplemente para que la academia pueda subsistir» dejando de lado “el impartir clases para enseñar, no para sobresalir”.
La explosión de las competencias deportivas ha dado origen al renacimiento de una gran cantidad de entrenadores de la competencia deportiva del Taekwondo, de los cuales muy pocos han logrado alcanzar el nivel de instructor y mucho menos el de profesor; sin embargo, la misma idiosincrasia del ser humano tiende a otorgar los títulos de profesor o maestro a personas que ni siquiera han recibido una preparación para esto, lo cual no escapa a nuestro amado arte marcial, de ahí la necesidad de hacer un llamado a mantener el espíritu marcial en la práctica del Taekwondo.
El reconocer los grados existentes en el Taekwondo, valorar al instructor y denunciar al farsante también es parte de la marcialidad que hay que rescatar en estos días, de marcada comercialización del arte que ha venido a dar al traste con los más altos valores de la sociedad.
El Master Jesús Adilio López Castillo se dio a la tarea de corregir varios conceptos tanto de una forma global como a lo que concierne a la práctica del Taekwondo, a continuación se trascribe parte de la terminología dada en el boletín «MDK, News» (Escuela de Taekwondo Moo Duk Kwan Costa Rica).
De acuerdo con la Real Academia Española, valga la oportunidad para referirnos a los siguientes términos:
Entrenador: m. El que entrena.
Entrenar: v. y t. Ejercitar, preparar para un deporte. Ciclista mal entrenado.
Instructor(ra): adj y s. Que instruye. -m. y f. Persona encargada de hacer la instrucción militar en un cuartel o gimnástica de un colegio. Juez instructor, Juez encargado de instruir a un preso.
Profesor(ra): m y f. (Lat. professor) Persona que enseña o ejerce una ciencia o arte cualquiera (SINON. v. Maestro)
Maestro(tra): adj. (Lat. Magíster) Muy principal o perfecto. El que enseña un arte o ciencia. maestro de armas. (SINON. Profesor, catedrático, preceptor, ayo, dominé, regente, pedagogo, pasante)
En los tiempos modernos y tomando en cuenta los avances científico-tecnológicos, el que instruye, debe ser una persona preparada no solo en el ámbito de la especialidad que pretenda enseñar, sino en el campo de la comunicación y comportamiento. Un instructor capacitado es creíble y por ende logrará la confianza y respeto de sus educandos, además de lograr la efectividad en los objetivos que han sido propuestos.
Así las cosas, es importante hacer énfasis especial en las diferentes nominaciones que mantiene el Taekwondo para evitar caer en errores a los estudiantes y con más razón no cometerlos uno.
Evaluaciones, calificaciones y nominaciones especiales.
1.KUP: El kup es un grado de evaluación directa por parte del instructor o escuela correspondiente.
2.PUM: El pum es un grado de cinturón negro que se otorga a aquellos estudiantes menores de 15 años mediante convocatoria de organizaciones reconocidas y autorizadas por la WTF.
3.DAN: El Dan debe cumplir los mismos requisitos que el pum, pero se otorga a mayores de 16 años y deberá ser conducido por un cinturón negro 6º Dan o mayor. Los grados de cinturón negro hasta el 5º Dan pueden ser entregados por organizaciones reconocidas y autorizadas por la WTF. Cualquier grado del 6º Dan o superior, sólo podrá ser otorgado por el Kukkiwon en convocatorias previamente anunciadas.
4.COMPETICIÓN DEPORTIVA: En las competiciones deportivas organizadas por la WTF, solo se aceptan aquellos grados del 1º al 3º Dan.
5.SONSEGNIM: son quienes ostentan el grado de 1º a 3º Dan y han recibido el curso de instructor en el ámbito nacional, pueden desempeñar la función de INSTRUCTOR-ASISTENTE en las escuelas de Taekwondo.
6.SABOMNIM: La WTF denomina INSTRUCTORES DE TAEKWONDO a quienes ostentan del 4º al 6º Dan, y han recibido el curso de instructor internacional de la WTF y además ostentan diversos cursos de instructor nacional, arbitraje, entrenador y administración del deporte.
7.MASTER o MAESTRO: quienes ostentan el grado de 7º y 8º Dan, reciben la calificación de Master o Maestro y deben ostentar diversos cursos internacionales avalados por la WTF como: instructor internacional, referee internacional, coach internacional, administración y organización deportiva entre otros. En el ámbito nacional deben ser líderes en la disciplina del Taekwondo y tener como mínimo 20 años de experiencia en eventos como lo es la dirección de Escuelas de Taekwondo, organización de eventos de renombre internacional, haber competido en eventos internacionales, tener dominio de al menos dos idiomas, gran habilidad para el manejo de la terminología del Taekwondo, gran capacidad para resolver situaciones de alto grado de dificultad liderativa.
8.KWAN YANG NIM: Representa al director de Taekwondo de más alto grado en una organización.
9.GRAN MASTER O GRAN MAESTRO: Es el mayor rango que otorga la WTF a quienes ostentan el 9º Dan y son distinguidos dirigentes y líderes mundiales de la disciplina del Taekwondo.
Entonces retomando el hilo temático de la marcialidad conviene preguntarse de donde surgió toda esta clasificación de los cinturones, los grados, el tiempo en el que comercialmente se debe ser un cinturón negro, así como si los orientales hubieran alcanzado semejante nivel de desarrollo en artes marciales si hubiesen estado condicionados al pago de una mensualidad con la esperanza de graduarse en dos años y medio, tal vez menos.
Las practicas originales de Arte Marcial se ejercían en la familia, cuya dirección estaba a cargo de la persona con mayor edad, no se contaba con cinturones de colores, solamente se ponía una cinta a los niños cuando comenzaban a practicar para amarrar el pantalón, la cual era de color blanca, a lo largo de muchos años se empezaban a adquirir ciertas destrezas en la práctica, a medida que el cinturón se iba ensuciando, de este modo los jefes de las familias poseían un cinturón tan oscuro que de ahí surgió el término de cinta negra para la persona de mayor experiencia en la disciplina.
El pretender que un estudiante domine cierta cantidad de técnicas en un lapso establecido, que se sepa los nombres de las posiciones en coreano como si estuviera recitando el padre nuestro y maneje las poomses con presencia de arte pareciera muy prometedor si lo comparamos los objetivos de la evaluación en el tiempo de práctica.
Para el arte marcial no hay tiempo, lo cual no significa que nos vamos a sentar a esperar la prodigiosa venida de un hecho celestial para comenzar a practicar, el color de un cinturón no te va a hacer patear más alto, más bonito, con más fuerza, o de una forma más precisa, vistosa o elegante, en teoría el surgimiento de los cinturones se da como un estímulo al esfuerzo realizado por el practicante.
Un concepto occidental se contrapone a la filosofía oriental, esta es «para que entrenar sino hay ningún objetivo tangible por ello, entiéndase un título o cinturón», la creación del sistema de rangos y evaluación se da precisamente por esa falta de interés del occidental, está claro que si alguien entrena durante tres años buscando un objetivo va a adquirir ciertas destrezas mayores a las que tendría si no entrenase del todo, pero querer llamarse maestro del arte con dos años de práctica resulta contradictorio con la sabiduría popular de «el hábito no hace al monje».
Occidente ha hecho de las artes marciales solo producciones cinematográficas, donde patadas voladoras y movimientos acrobáticos marcan la valía de un practicante marcial, la creación del “superman de importación” ha sido la pauta de dichas producciones, dejando de lado, el momento para meditar, y en sí toda la estructura marcial del arte.
Asimismo conviene hacer un llamado de atención a quienes con reconocimiento oficial o careciendo de este se valen de la portación de un cinturón negro y entregan cinturones sin considerar el daño que un ascenso a destiempo puede provocar.
Se le hace un daño al practicante si se le engaña dándole un grado que no está preparado para defender, sea por cuestiones de estímulo, economía, o tiempo, el fin de las evaluaciones es medir el avance, si algo no se domina lo malo no está en no dominarlo sino en querer simular lo contrario para la obtención de determinado cinturón, es más adecuado que se reconozca cuando el alumno no está en condiciones de presentar para la posesión de un determinado grado.
Es preferible que un estudiante este varios años en cinto blanco, si las bases que ha obtenido han sido bien asimiladas, a que pase dos cintas por año en las que mostrará deficiencias en su marcialidad.
El Master Ricardo Cruz Sauma mencionó en una ocasión que en realidad «sólo existe dos clasificaciones para el cinturón el blanco y el negro, se sabe o no se sabe”, la cinta blanca es la más importante de todas, pues sin ella no hay cimientos en la edificación marcial del estudiante, tener un grado “superior” puede considerarse análogamente a una bomba de tiempo que más allá de lucir un trofeo podría acarrear una lesión o un daño mayor.
El considerarse un cinturón blanco es de mayor provecho que lucir grados superiores en el entrenamiento, el cinturón de color o el negro deberían usarse en competiciones, para nivelar los participantes en los encuentros, un entrenamiento donde el practicante entrena con el cinturón blanco aumenta las ganas de trabajar y como mencionó en una ocasión el Master Ricardo Cruz Sauma al respecto «…no consiste en humillarse, sino en mostrar humildad…» siendo esto un motivo de superación, no de exhibicionismo.
Del mismo modo el adquirir el nivel de cinturón negro podría ser considerado como alguien experto en el Taekwondo, pero es solamente el comienzo del camino si se compara con la vida misma, de hecho, algunos maestros manejan el concepto que el cinturón negro es solo el principio de la práctica, donde lo anterior fueron las bases formadoras del espíritu de lucha y el no doblegarse ante los obstáculos de la vida.
El Taekwondo tristemente se encuentra dividido por una cuestión de cúpulas, inclinaciones políticas metieron al arte de por medio, desafortunadamente esta división continua aún después de la muerte del general Choi Hong Hi padre del Taekwondo Moderno.
Los colores en los cinturones que maneja la ITF (International Taekwondo Federation)son el amarillo, verde, azul, rojo y negro. Mientras que la WTF (World Taekwondo Federation) maneja un sistema de rangos un tanto distinto, en teoría los cinturones son blanco, amarillo, azul, rojo (en algunos países se toma como marrón) y negro, pero en la práctica el cinto verde se ha incluido en muchas escuelas sea por desconocimiento del estatuto de la WTF o por el seguimiento del sistema tradicional.
De la misma manera se incluyen cinturones intermedios que son dejados a criterio del instructor, ya sea mediante la combinación de dos colores en la cinta (horizontalmente) o agregando el kup (grado para cinto de color) correspondiente en los extremos del cinturón. La existencia de estos cinturones se da en principio como mérito especial al esfuerzo hecho por el practicante, aunque en otros casos su clasificación obedece a patrones como el Po-Dan (rojo-negro) se establece para los grados Poom(cinturones negros menores de 15 años) o competidores Amateurs.
Con lo anterior se manifiesta que dicha división únicamente ha sido producto del manejo de cúpulas y que el Taekwondo debería ser motivo de unión entre los practicantes como ocurrió en las olimpiadas de Sydney 2000 donde el comité olímpico y el Taekwondo hicieron grandes avances para la unificación de las dos Coreas.
La marcialidad debe marcar la pauta en la reestructuración del Arte, si bien la competición ha traído grandes beneficios al Taekwondo y sobre todo mayor difusión que cualquier otra arte marcial, también es cierto que se han olvidado los más importantes valores que hicieron grande este noble arte.
En la mayoría de escuelas hay que recurrir a las llamadas Biblias del Taekwondo para encontrar algunos tratados sobre los principios del Taekwondo, a saber “Cortesía, Modestia, Honor, Paciencia, Autocontrol y Coraje son solo seis estructuras actualmente desconocidas que enumera Aquiles Wong Kung Yang en su libro “Taekwondo” editado por la Universidad de Costa Rica en 1973.
En las escuelas hay excelente material de competición prueba de ello es que por primera vez nuestro país contará con un representante en las justas olímpicas de Atenas en este año, sin embargo, muchos de estos practicantes no tienen la mínima noción de respeto, atropellan a las demás personas dentro y fuera del dochang, valiéndose de un grado cuyo significado ignoran para pasar por encima del que tenga la osadía de estar cerca de ellos. El Taekwondo no se trata de mostrar poderío ni atropellar a alguien, pues siempre habrá alguno mejor sino de formar los principios básicos para triunfar en la vida y ser ciudadanos de valor para la sociedad, ese es el verdadero enfoque de competir, la lucha diaria en la vida.
Es donde se debe hacer hincapié en que no se puede pretender ser una persona distinta dentro y fuera del dochang, si no se tiene la cortesía de ceder el asiento a una persona mayor en el colectivo, no se es un buen practicante de Taekwondo y aunque se sea capaz de saltar a tres metros de altura se es una basura como persona.
El Master Ricardo Cruz Sauma hace énfasis especial en ser un testimonio con las obras, en la vida y los entrenamientos, de otro modo la práctica de Taekwondo no sirve para más que para calistenia y enfatiza también en que estamos practicando “defensa personal” no “agresión personal”, es así como el practicante de Taekwondo deberá mostrar una forma de ser alegre y jovial tal como se aprende con los entrenamientos, de modo que le permita desarrollarse efectivamente en la sociedad, ya que no estamos para ser prepotentes ni para crear bravucones pues como decía el Master Jesús Adilio López el Taekwondo mal empleado puede ser letal.
La marcialidad está a nuestro alrededor, solo hay que saber identificarla.
Fernando Alejandro León Avelar / Hemeroteca de las Artes Marciales.