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La Filosofia y la esencia del Karate-Do

Los fundamentos del Karate-Do y su relación con la Filosofía, pueden ser motivo de grandes tratados debido a la relación que existe con las líneas de pensamiento oriental, que es milenaria, sin embargo, acá resumiremos algunos puntos trascendentales para entender los fundamentos que influyen en el practicante de Karate-Do.

Partiremos citando al maestro Gichin Funakoshi, considerado el “padre del karate moderno”, quien expone:

“El Karate-Do no consiste tan sólo en adquirir una cierta destreza, sino también en dominar el arte de ser un miembro de la sociedad bueno y honesto”.

Gichin Funakoshi

Lo escrito por el maestro Gichin Funakoshi anteriormente citado resume, en parte, lo que el Karate-Do enseña en sus dojos. Los preceptos filosóficos de la tradición marcial son fundamentos del Karate-Do que practicamos y es sin duda, la esencia de la enseñanza en nuestros dojos. Es por lo demás, una tarea desafiante, ardua, sobre todo en el contexto socio cultural que vivimos, sin embargo, a través de la experiencia de los años de enseñanza que llevan nuestros fundadores creemos que estamos forjando un camino de enseñanza con la impronta Nihon.

Otro aspecto fundamental de la filosofía del Karate-Do es que se basa en los códigos de ética de la tradición japonesa, que pueden ser practicados en nuestra cultura, porque tienen las mismas bases y fundamentos.

La Filosofía del Karate-Do, por lo tanto, se basa en el BUSHIDO: “El Camino del Guerrero”.

El BUSHIDO: es un código de ética que pertenece a la tradición japonesa. Era utilizado por los Samurai, quienes eran en el antiguo Imperio Japonés, guerreros y estrategas de gran valor y referentes para la sociedad imperial del antiguo Japón.

Este código de ética proviene de diferentes pensamientos filosóficos orientales y se pueden reconocer en él 7 valores:

Rectitud

Valentía

Benevolencia

Sinceridad

Respeto

Honor

Lealtad

Aunque en occidente la figura del Samurai es vista como una imagen poética, el Bushido se puede aplicar a nuestra escala de valores y a través de la práctica del Karate-Do, buscar que el carácter de sus practicantes se beneficie de estos preceptos.

Para las escuelas de Karate-Do el principal objetivo no es generar Karatecas de gran destreza, si eso ocurre, es muy bueno, pero lo que en realidad buscamos es entregar buenos ciudadanos y personas de bien.

Arte Marcial vs. deporte

Se puede decir brevemente que el objetivo original del Karate es el dominio de las técnicas de autodefensa. Sin embargo, esto es solo una parte del tema.

Cuando el Karate empezó a popularizarse en Japón, el método de enseñanza no estaba desarrollado y cada maestro mostraba sus conocimientos a su manera. La forma tradicional de enseñar, dando la mayor importancia al dominio de los Kata y sin enseñar muchas técnicas de lucha, aburria a los alumnos. Así pues, y pese a la desaprobación de los maestros, los alumnos “crearon” su propio método de lucha, el Jiyu Kumite (combate libre). Hoy en día, tanto en Japón como en la mayor parte de los paises donde se practica, el Jiyu Kumite es la parte más importante del Karate.

La diferencia entre enseñanza tradicional (Katas) y práctica de combate (Kumite), divide hoy el mundo del Karate en dos variantes: Karate como deporte y Karate como arte. Ambas son válidas, aunque la segunda esté mucho más extendida, pero plantean algunos problemas.

El Karate como deporte es muy espectacular, pero también bastante peligroso. Y dejando aparte el hecho de la posibilidad de accidentes, resulta bastante incompleto en dos sentidos:

A nivel técnico. Poco a poco se filtran y se van dejando de lado aquellas técnicas que no son útiles en competición, pese a que fuera de un ring, y sin árbitros, pueden ser más prácticas.

A nivel mental. Si solo se aprenden técnicas de lucha, dando importancia a ganar en competición, todos los beneficios que trae consigo la práctica del Karate, se reducen al beneficio sobre la salud de la practica regular de un deporte (lesiones a un lado), sin ningún desarrollo colateral del carácter y el autocontrol.

El Karate artístico tradicional, digamoslo claramente, resulta aburrido para el común de la gente. Los beneficios de la repetición monótona y continuada de los Kata no se asimilan hasta después de mucho tiempo de práctica. De hecho, este es el motivo de que actualmente domine el Karate de competición en la mayoría de los gimnasios.

Sin embargo, el Karate es mucho más que estas dos formas de practicarlo, e incluso la suma de ambas. Dedicarse tan solo al estudio del combate o las técnicas de los Kata, es un estudio parcial.

Karate Budo

La diferencia fundamental entre el Karate Budo (el Karate como Arte Marcial) y el Karate deportivo reside, a mi entender, en el hecho de que éste último no tiene contacto alguno con la esencia del Budismo Zen, el cual, en cambio, se encuentra muy presente en el Karate tradicional.

El Karate Goju Ryu de Okinawa está enraizado en el Budismo Zen; concretamente deriva del boxeo chino del templo Shaolin, creado por los monjes de esta religión. En consecuencia, el Goju Ryu tradicional ha heredado el verdadero espíritu del Zen. El maestro Chojun Miyagi, creador de este estilo, afirmó que la meta del Karate es la misma que la del Budismo Zen, es decir, alcanzar la iluminación espiritual.

En la actualidad, el Karate deportivo se ha hecho popular en todo el mundo. Pero si insistimos demasiado en el aspecto deportivo, el espíritu del Budo se perderá, y las técnicas originales del arte marcial quedarán modificadas, perdiendo su significado real. Así, el público tendrá una idea erronea sobre el significado del verdadero objetivo de este arte.

Por esta razón tengo la convicción personal de que todos los karatekas, practiquen el estilo que practiquen, deben conocer el Karate Budo. Sin este punto de referencia, poco a poco, las técnicas y el espíritu del Karate irán muriendo y, en el futuro, el Karate quedará reducido a una simple práctica deportiva de lucha.

Texto del Maestro Toshio Tamano

El Karate no se considera tan solo un método de defensa personal, sino un camino a seguir en la vida, una forma de pensar y de actuar basada en el respeto a los demás.

El practicante de Artes Marciales debe impregnarse del Bushido (código del guerrero). Hay que pensar que, independientemente de nuestra edad, sexo u ocupación, todos nosotros somos en cierto modo guerreros, siendo la vida diaria nuestro campo de batalla. El que salgamos airosos o no del mismo dependerá de cuanto luchemos por mejorarnos en todas las cosas a nuestro alcance: la cultura, conocer nuestro mundo, respetar a los demás y a nosotros mismos.

Para recordarnos esto, en la entrada a los Dojos aparece escrita una serie de “normas”, en realidad un código de conducta en el Dojo, que no ha de quedar limitado a dentro del mismo. Esta serie de normas recibe el nombre de Dojo Kun. Cada estilo de Karate tiene las suyas propias, aunque si se estudian en profundidad puede verse que, aunque las palabras varían, es significado final viene a ser el mismo.

Jutsu y Do

“No existe puerta en el camino de la vida que rehuse abrirse ante aquellos que quieren pasar. Si quieres ir a cualquier parte, no importa qué camino elijas, hay miles y todos son buenos. Si, con suerte, alcanzas tu meta, el camino desaparecerá y tú te convertirás en el camino”.

“No hay un camino para vuestra vida. Vosotros mismos sois el camino”.

Extracto del capítulo “Jutsu y Do – El Arte y el Camino”, del libro de Seikichi Toguchi: “El Zen y el Camino del Guerrero”.

Estos son dos dichos que se oye repetir a menudo a los budistas Zen. Ilustran bien la complejidad del concepto de “Do” -el camino. Sin embargo, también es evidente que el camino es lo bastante accesible como para que se le pueda encontrar en nuestra vida diaria.

Hoy en día, hacemos referencia a la mayor parte de las artes marciales con el apelativo “-Do”: por ejemplo, Karate-Do. En sus orígenes, todas las artes marciales se llamaban “Jutsu” (técnica). La esgrima era Ken-Jutsu, el tiro con arco, Kyu-Jutsu, el Karate, Karate-Jutsu, y así con todas. Cuando Jigoro Kano, el fundador del Kodokan y el Judo moderno, cambia el nombre de Jyu-Jutsu por Jyu-Do (Judo), numerosos artistas marciales siguieron su ejemplo. Ken-Do, Kyu-Do, Karate-Do.

¿Por qué este cambio? Para comprenderlo, hemos de conocer la diferencia entre Jutsu y Do. Jutsu se refiere a la destreza, al grado o al nivel de habilidad, o a la competencia técnica, que solo algunas personas pueden alcanzar en determinadas disciplinas, después de muchos años de un duro entrenamiento especializado. En los tiempos antiguos, los artistas marciales, cualquiera que fuese su disciplina, trataban de lograr este nivel técnico de Jutsu.

Do, por otra parte, vá mucho más lejos. Como ya hemos mencionado, significa “camino”. En un sentido alegórico, este camino es el camino de la vida, el camino que todos los hombres deben seguir para hacer realidad su naturaleza profunda. Para el budismo Zen, la meta de la vida es la iluminación espiritual, y el Do es el camino hacia esta iluminación.

También es esta iluminación la meta de las artes marciales. Incluso en los tiempos antiguos, el practicante de un arte marcial se esforzaba en llegar al Jutsu, no por la técnica en si misma, sino como un medio de seguir el Do y de alcanzar la iluminación. Para revelar al mundo moderno su aspecto profundo, las artes marciales han cambiado sus nombres de Jutsu a Do. Así, Karate-Do significa el camino hacia la iluminación a través de la práctica del Karate.

Seguir el Do puede ser para nosotros algo fácil y natural. Pero debe seguirse este camino toda nuestra vida si queremos realizar nuestra verdadera existencia y ser realmente nosotros mismos. De este modo, seguir el camino puede ser a la vez fácil y natural, y extremadamente difícil. La mayor parte de nosotros no es capaz de encontrar el camino, o, una vez encontrado, mantenerlo. Hace falta un espíritu fuerte, y perseverancia. La vida de los monjes Zen es un ejemplo de, a la vez, la simplicidad y la dificultad del camino.

En el Dojo de Karate siempre somos muy corteses entre nosotros. Una vez fuera de éste, algunos nos dejamos dentro la cortesía y los buenos modales. Somos una persona dentro del Dojo, y otra fuera. Muchos alumnos piensan que es posible que vayamos al Dojo para aprender cortesía y buenos modales al mismo tiempo que las técnicas del Karate. Por supuesto, está bien que se aprendan estos aspectos del Karate: es mejor que no aprender nada en absoluto. Pero este no es el verdadero sentido del Karate. No quiero decir que no tengais necesidad de aprender cortesía y modales: más bien que ya deberiais conocerlos antes de entrar al Dojo.

Debo añadir que en un Dojo de Karate debeis aprender algo más elevado que las técnicas y que las cortesías, si pretendeis encontrar allí el camino. El Karate debe impregnar por completo vuestra vida, tanto dentro como fuera del Dojo. Debeis convertios en una sola persona, vosotros mismos, vuestro auténtico “yo”.

 

Extracto de Post de hpinven y publicación del blog de Karate USACH

Profesor de Karate: Una labor difícil

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Con este artículo quiero romper una lanza a favor de esos Profesores de karate cuya labor no trasciende a las páginas de las revistas por no ganar sus alumnos grandes campeonatos, pero que día a día en sus clubs realizan una gran misión, educando, entrenando y desarrollando a numerosos niños y adultos a través de este deporte.

La labor de estos hombres y mujeres no es fácil, pues a menudo tienen que hacer que sus clases gusten a gente que busca en el karate un medio de defensa, un medio de mantenimiento físico, un método para relacionarse con nuevos amigos y muchas cosas más, sin permitir que el karate aparezca de forma equivocada y dentro de la disciplina y filosofía de éste. a menudo, todo esto no concuerda del todo con lo que la mayoría busca en este Arte Marcial, pero el profesor tampoco puede traicionarse a sí mismo, ni a su Arte y su labor se hace más difícil.

ANTE TODO EDUCADOR

Un profesor ha de ser ante todo un educador, debe ser un almacén de ideas que sepa transmitirlas alumno. No es necesario, como a menudo se piensa, que sea un gran competidor o que tenga un alto «Dan», esto lo único que le va a producir es una mejor propaganda que llegará más a la gente desconocedora del tema. Lo que debe tener es una gran capacidad para transmitir sus conocimientos, que por supuesto los debe poseer, de manera clara y con la adecuada progresividad, metodología, etc… El profesor ha de demostrar unas cualidades físicas y humanas también, pues el alumnos, a veces involuntariamente tiende a imitar al profesor en muchos aspectos. Este los debe conocer bien y descubrir qué es lo que verdaderamente tiene que dar a cada uno dentro del karate. Bajo mi punto de vista, el profesor debe saber mantener un ambiente agradable en clase que permita al alumno estar relajado y a gusto, pero esto dentro de la disciplina que un arte como éste tiene y debe tener. Un profesor debe idear las clases de forma amena, completa, teniendo en cuenta todos los aspectos del karate y la progresión deseada en relación con las actividades del club. La clase no es un minicursillo aislado, sino que debe guardar relación la anterior, con la posterior, con el ambiente, con la época del año… y siempre manteniendo un margen de improvisación por si hay gente nueva en clase, por si los alumnos piden algo especial o por si, simplemente, el profesor tiene un día desanimado por cualquier cosa.

Un buen profesor nunca dejará en ridículo a ninguno de sus alumnos mareándole con técnicas o preguntas, pero a veces el alumno adelantado sí intentará «cogerlo» en algo que éste no sepa. El profesor no se puede permitir el lujo de no saber algo, ya que a los ojos del alumno debe ser una máquina perfecta, y si en algo falla, el alumno creerá, injustamente, que su profesor es malo. De todas formas, siempre debe salir airoso de esas situaciones con explicaciones anejas que convenzan a su alumno y que hagan parecer que en esa pregunta, como en todas, su profesor lo sabe todo. Es triste a veces que el profesor tenga que recurrir a estos trucos de «zorro viejo» para salir a flote de situaciones que el alumno debería comprender normalmente.

Pero bien es cierto, también, que hay profesores que no merecen tal calificativo, enfocando únicamente el estilo y la forma de la clase a alguna faceta determinada, bien por gusto personal, conveniencia económica, publicidad… Estos no enseñan el karate verdadero, y a menudo esto hace que el espíritu del Budo se vaya perdiendo. Un profesor ha de saber cuándo las críticas que reciben son merecidas y cuándo no, y no cambiar la forma del karate y perder su espíritu simplemente para tener mayor aceptación en número, que es lo que le llenará cada mes el bolsillo. Yamaguchi Gogen, 10.º Dan, enfatiza, según dice, el karate como arma educacional, para él lo más importante es el ser humano y su estabilidad, y ésta la puede ayudar a través de la filosofía del karate.

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CON EL ALUMNO Y NO CONTRA EL

El hecho de tener en los mismos grupos a alumnos interesados en el karate como competición, deporte, gimnasia, arte, filosofía…, así como principiantes, adelantados y superiores, hace la misión del Sensei muy difícil para agradar a todos.

Personalmente siempre he pensado que una clase no debe ser algo con demasiada y exagerada disciplina y dureza de ambiente, sino que al contrario debe ser algo a lo que los alumnos les guste asistir relajadamente y disfrutando, que, en definitiva, es a lo que se tiende y así debe ser. Pero claro tampoco se puede perder la tradicional disciplina del karate, ni se debe, que instituyó el maestro Kentsu Yabu hace muchos años ya. Ligeras bromas, amabilidad… ayudan a que el alumno, que generalmente ha «sufrido» ya ocho horas de trabajo antes de venir al Dojo, disfrute, aprenda y se desarrolle de manera natural, progresiva y voluntaria. Hay que estar con el alumno y no, como sucede a veces, contra el alumno. Se trata de gobernar una clase, no de «mandarla». El verdadero espíritu del Budo no se pierde por esto, dentro de unos límites, claro, pues éste, si es de verdad y profundo, se adapta a las circunstancias de cada individuo y profesor. Pero también debe saber cortar a veces una excesiva confianza que a la postre perjudicaría el normal desarrollo de la clase. Puede ocurrir, como se dice, que «des la mano y te tomen el brazo», y esto puede producir que el profesor retire incluso la mano, con lo que la clase puede hacerse aburrida, tensa e incluso insoportable.

El trabajo del Profesor puede llevarse a cabo de diferentes maneras como vemos, por lo que no estaría de más, a veces, las muestras un poco más cariñosas de los alumnos a los muchos profesores que día a día se esfuerzan por hacer una y otra clase trabajada, amena, distinta… y que se dieran cuenta los pupilos que podría no ser así, y que de hecho en muchas ocasiones no lo es. A veces, algunos profesores quisieran que sus alumnos pasaran una temporada con otros, para que después valoren y vean la diferencia de trato que existe entre muchos. Explicaciones, coloquios, diapositivas, películas…, son organizadas y expuestas a menudo con el deseo de agradar y completar la formación, pero también a menudo, no son valoradas como se debe. Y no es que se busquen palmaditas en la espalda, pero tampoco desea algunas «puñaladas traperas» que a veces recibe por parte de comentarios de sus alumnos.

Con frecuencia, los alumnos valoran el aprovechamiento de una clase por la cantidad de sudor que genera y así, las explicaciones, enseñanza de katas nuevos o ejercicios complicados que hay que hacer al principio lentamente, son considerados pérdida de tiempo. ¿No sería mejor que esos alumnos que sólo buscan sudar, hicieran unas sesiones sauna? Así el karate seguiría desarrollándose con todos sus ingredientes de manera normal.

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Lo cierto es que se haga lo que se haga, nunca llueve a gusto de todos, y de eso deben darse cuenta los alumnos. El profesor de karate es una persona con interés, ideas y vocación, pero a veces puede perder parte de ello si el trato que se le da es injusto.

Es indudable que el karate y su clase deben funcionar con una importante dosis de disciplina, como corresponde a un arte conjunto, estructurado, con diferentes categorías. La disciplina ayuda además al progreso e impide que la clase llegue a ser un «caos». Todo el protocolo, saludos, reverencias, permisos para entrar o salir del tatami… ayudan al desarrollo mental a través del respeto, humildad… El alumno debe comprender esto y favorecer la tarea al Profesor. A menudo los «incordios», que siempre hay alguno en todo tatami, son los que luego se quejan de cosas. Pensemos todos un poco en eso.

Para terminar, quiero señalar dos casos generales que pueden darse, que se dan y que a menudo no se justifican en un Arte como el karate. Uno es cuando el alumno llega al nivel técnico de Cinturón Marrón. La cercanía de la barrera psicológica del Negro les crece y a menudo creen que están superando al Profesor, con lo que se vuelven a veces impertinente, maliciosos, arrogantes… incurriendo en los «males del Budo». En ese momento creen estar en un pedestal que les da derecho a «incordiar» al profesor, criticarle o corregirle. Si el profesor sabe tratarle y hablar con él, se dará cuenta el alumno de que el C. Negro es un paso más, y en vez de una llegado lo que es es una nueva salida en una carrera más larga e importante, y en la que su Profesor, a pesar de llevar un Cinturón del mismo color, lleva ya mucha ventaja.

El otro caso, y termino con él, es cuando un alumno aventaja por diferentes motivos a su profesor en grado, trofeos, etc… Esto no quiere decir en absoluto que su desarrollo como karateka sea mejor, pues tras la fase física y técnica, la espiritual es más importante y la que marca el verdadero desarrollo. a menudo los alumnos comentan el poco entrenamiento que su profesor hace en clase. No se dan cuenta, por ejemplo, de que a ciertos niveles algunas prácticas deben ser sustituidas por otras, de que en clase el profesor no debe de entrenar normalmente, porque desatendería la clase, porque su entrenamiento es diferente, no se dan cuenta de que aunque los alumnos de un turno vengan tres horas por semana, el profesor a menudo realiza veinte horas semanales de clase… De todas formas, y a largo plazo, creo que los alumnos deben sobrepasar técnicamente al profesor, por los nuevos métodos, por basarse en él y para que el arte no vaya cada vez a menos.

Espero con este artículo haber explicado un poco algunas cosas que la mayoría de los profesores han sentido alguna vez, y que éstos y sus alumnos lleven a feliz término cada una de las miles de clases de karate que día a día se dan en este país, ayudándose y entendiéndose unos a otros.

Autor: SALVADOR HERRAIZ / Publicado: KARATEKA

La velocidad en el Karate

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El presente trabajo tiene como objetivo hacer un estudio que pueda ser aplicado en la práctica para mejorar esta cualidad de suma importancia en el Karate-Do. A su vez que sirva de directriz para aquellos practicantes que precisen el desarrollo de este condicionante en el que hay que insistir una y otra vez (la mejora de la velocidad).

La velocidad aplicada a cada movimiento. Esto constituye la base resolutiva de la potencia de impacto en las técnicas de Karate-Do, por este mismo motivo, la práctica continua  debe fundamentarse más que nada en adquirir velocidad y más velocidad.

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         Está científicamente demostrado que la potencia la constituye, el producto de la masa por la velocidad al cuadrado (P = M · V2). Es por ello que debemos de insistir una y otra vez en la práctica para desarrollar velocidad. Sin velocidad, el dominio técnico y la habilidad no son nada. Si somos veloces, nos sentiremos más seguros, y con mayor poder de resolución.

Cuándo un Karateka se encuentra en bajo nivel, se suele ver con claridad por la forma de moverse, pues éste desarrolla unos patrones de movimiento lento y pesado, esto es claramente apreciable al inicio de las técnicas (explosión de la energía) y en los encadenamientos (El movimiento del cuerpo no suele ir de acorde a las técnicas ni los desplazamientos). Así pues debemos de consagrar una gran parte de nuestro entrenamiento al desarrollo de esta cualidad motriz tan primordial.

La velocidad sufre variaciones importantes y continuas en el curso de un combate, cada acción requiere un patrón distinto de influjo nervioso. Para un mejor entendimiento, podemos analizar este dominio desglosando su aplicación en tres partes fundamentales:

La velocidad de ejecución (Influjo nervioso): Es la manifestación del poder a través del movimiento, el desarrollo de la explosividad que nos permitirá atacar con las mínimas posibilidades de defensa para nuestro adversario, ejecutando nuestras técnicas con un espíritu de decisión desbordante.

Esto está ampliamente relacionado con el concepto “ataque”, dónde la velocidad prima por su importancia, ya que una acción ofensiva ante un contrincante de alto nivel, sin la rapidez de ejecución adecuada, nunca será igual de efectiva que un ataque veloz y explosivo.

Esta cualidad se consigue potenciando el inicio de los movimientos, a modo de arrancada procurando sacar las técnicas de una manera explosiva, sobre todo en la primera fase del recorrido, así el resultado final será demoledor e inatajable.

La velocidad refleja (Reacción): La velocidad de respuesta neuromotriz, después de percibir hay que aplicar en milésimas de segundo la réplica correcta, esto no debe ser confundido con la precipitación desordenada, la auténtica maestría debe llegar por una cierta instrucción del reflejo mecánico e instintivo. Esta cualidad está ampliamente relacionada con la capacidad para aplicar un contraataque, (toma subsiguiente de la iniciativa Go-no-sen).

Esta  aptitud se desarrolla a través de ejercicios de respuesta (Reacción). Tras percibir el ataque (estímulo), éste es anulado con una defensa o esquiva, pasando a la acción ofensiva sin dar tiempo a nuestro oponente a recuperar el control.

La velocidad perceptiva (Intuición y Vivacidad): Quizás sea esta cualidad la más difícil de conseguir. Se trata de descubrir vertiginosamente la intención de nuestro contrincante para poder aplicar instantáneamente la mejor contrapartida, atajando a tiempo la acción adversa. La instrucción sobre esta cualidad,  nos aportará el poder de anticipación, abordando la iniciativa contraria con nuestra iniciativa (Sen-no-sen).

Un trabajo ideal para desarrollar este aspecto, consiste en la aplicación de continuados ataques en anticipación, ante cualquier gesto técnico de nuestro oponente, hasta llegar a conseguir adivinar la intención del mismo, simplemente a través de su actitud, posición del cuerpo (Kamae), distribución del peso, expresión del rostro etc.

Los ejercicios para conseguir velocidad pueden ser específicos, es decir utilizando movimientos y acciones propias de Karate o bien trabajando de una forma general utilizando los principios básicos del atletismo.

Evidentemente la velocidad es una función del estado físico general, pero está sujeta además y aun más a medida que avanza la edad, de las cualidades de orden psíquico.

Cuando ejecutamos cualquier técnica decisiva, debe existir una potencia repentina y portentosa. Todas las técnicas básicas del Karate-Do, están influenciadas fuertemente por la velocidad aplicada. Al entrenarlas, la rapidez aplicada debe acaparar casi toda la importancia. Se puede afirmar que el objetivo de la enseñanza se asienta fundamentalmente en la adquisición del máximo de velocidad.

Teniendo claro que la potencia golpeadora proviene del incremento de la rapidez en la ejecución de los movimientos, la utilización de los músculos implicados debe de ser acertada, ya que la velocidad depende ante todo del control muscular, cuando unos músculos se contraen otros se relajan para que la energía que llegue al golpe o defensa alcance su más alto nivel, si no existe una coordinación entre uno y otro estado, el desplazamiento del brazo o la pierna no será uniforme, incapacitándonos para ejecutar una técnica efectiva.

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         Suele ser un fallo común entre los principiantes, tender utilizar músculos innecesarios, que solo actúan como freno al desarrollo del movimiento, con el consiguiente desgaste de energía.

Es esencial acatar los consejos de los expertos y aprender a controlar el conjunto con exactitud absoluta, siempre en concordancia con el nivel de instrucción adquirido.

La velocidad se consigue a través del trabajo de Ki-hon (altas repeticiones de una determinada técnica), pero luego hay que aprender a aplicar esta velocidad adquirida, al combate, para ello el trabajo de técnicas para desarrollar la capacidad de anticipación, reacción y ejecución son de una importancia fundamental.

Existen muchos y variados ejercicios para desarrollar estas cualidades, nuestra propia inventiva nos ayudará a encontrar los más apropiados a nuestras necesidades, si tenemos claro que tipo de velocidad nos precisa adquirir y cuales son sus condicionantes.

El entrenamiento de la velocidad debe acentuarse sobre estímulos cortos de máxima intensidad, suponiendo un trabajo totalmente anaeróbico con un gran desgaste de energía, por lo que se hace necesario respetar los periodos de recuperación entre las series de ejercicios.

Los ejercicios para adquirir velocidad son conveniente realizarlos cuando los músculos están descansados.

El trabajo de “Pasillos” (tramos largos de técnicas encadenadas, repetidas de manera lineal o quebrada), enfatizando sobre la ejecución veloz, es también un método eficaz para conseguir velocidad. Consiste pues en la realización de series de acciones en el menor tiempo posible, la fuerza y la rapidez de la contracción muscular es aquí muy superior a la de cualquier otro tipo de trabajo, por lo que es sumamente importante hacer siempre un buen pre-calentamiento para disminuir un posible riesgo de lesiones musculares y articulares (Tirones musculares, desgarros y roturas de fibras).

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         Está demostrado que la velocidad mejora a través de la automatización del gesto, existiendo una perfecta armonía y coordinación muscular (cuando unos músculos se contraen otros se relajan) para facilitar el movimiento. La automatización del gesto se consigue, provocando éste, siempre con el mismo estímulo, llegando a convertirse en una respuesta del sistema nervioso central.

Aunque la respuesta motriz transige a una función mental, cuando la conducta motora ha sido adquirida, la acción se desarrolla casi sin participación cerebral (Acto reflejo).

Para adquirir velocidad en la ejecución de los Katas, es conveniente hacer un desglose de los mismos por partes de dificultad, separar las acciones dando prioridad a las partes que se trabajan continuadas y sin pausas, intentando realizarlas cada vez más rápidas sin perder la forma (técnica adquirida).

Un aspecto que hace que el Kata resulte lento es la falta de coordinación entre los desplazamientos y la ejecución de las técnicas. Para mejorar esta descompensación conviene practicar los Katas o las acciones de estas, sólo con desplazamientos, insistiendo en realizarlos rápidos y explosivos.

El nivel de forma física se aprecia con facilidad en la realización de los Katas. Cuando un Karateka está en bajo nivel suele acelerar el ritmo del Kata y disminuir en la ejecución de las técnicas. De esta manera el Kata da una sensación de pesadez. En cambio cuándo el nivel de forma es optimo el Kata se realiza con el ritmo adecuado y la ejecución de las técnicas son de una manera enérgica y explosiva. Así el Kata está vivo y da una sensación de poder.

Tengamos siempre en cuenta al programar un entrenamiento para velocidad, la duración del mismo, la intensidad del esfuerzo, frecuencia y número de repeticiones, esfuerzo en fase aeróbica y anaeróbica y los tiempos de recuperación.

Por Fernando Rivera Román /Miembro de: J.K.A.(WF), E.S.K.A., W.S.K.A.
Fuente: Hemeroteca de las Artes Marciales web.

Koryu Uchinadi: tradición clásica, comprensión moderna

1. ORIGEN E INTERPRETACIÓN

Koryu Uchinadi Kenpo-jutsu (古流沖縄手拳法術) es una interpretación moderna de las disciplinas de lucha históricas de Okinawa. Representa la visión del karate de Patrick McCarthy, Hanshi 9Dan, alumno directo de Kinjo Hiroshi, reconocido mundialmente en su labor de historiador del karate y autoridad en las tradiciones civiles de lucha de Okinawa.

Koryu Uchinadi es una forma de entender el karate fuertemente anclada en la tradición y basado en un contexto de defensa personal sin reglas. Esto se compagina con una evolución constante mediante la cual se incorporan grupos técnicos necesarios en la actualidad. Solamente hay un criterio por el que se añaden o quitan técnicas, ya sean antiguas o modernas: la funcionalidad. Lo que funciona se queda. Lo que no, se descarta.

Esquema de Koryu Uchinadi

2. LA FORMA DEL KARATE

El karate es un arte marcial muy popular, cuya forma más conocida por el público general es la que nos ha legado la tradición japonesa. En su traspaso de Okinawa a Japón a principios del s.XX se optó por modelar el karate para convertirlo en un sistema homologable a otros budo japoneses ya existentes, como el judo y el kendo.

Para cumplir con este objetivo se priorizaron algunos aspectos, como por ejemplo las posiciones muy abiertas y físicamente exigentes, subordinando la función a la forma. Se puso énfasis en la idea de acabar con el adversario de un solo golpe y en la uniformidad de la práctica. Las técnicas de golpeo tomaron un gran protagonismo, hasta prácticamente hacer desaparecer cualquier otro grupo técnico. También se incluyó en su práctica una gran cantidad de estética y ritualización.

En contraste, Koryu Uchinadi expresa un karate de tradición china. Los frecuentes intercambios culturales entre China y Okinawa facilitaron la transmisión de distintas formas de Quan-Fa que los uchinanchu, los habitantes de Okinawa, incorporaron a sus eclécticas tradiciones de combate.

Estas tradiciones históricas de combate de Okinawa estaban enfocadas a la defensa personal a mano vacía y en el uno contra uno, en un contexto de agresiones físicas sin restricciones ni reglas. El objetivo de Koryu Uchinadi es continuar esta tradición y su forma de práctica, ampliándola y actualizándola sin renunciar a sus principios.

Entrenamiento de Koryu Uchinadi

3. KORYU UCHINADI. ALCANCE DEL ESTUDIO

Como resultado de esta tradición china, en Koryu Uchinadi los movimientos se ejecutan de forma flexible, fluida y continua, con un uso bastante particular de la cadera para la generación de potencia, coordinación de los golpes, continuidad de movimientos y entreno del núcleo corporal, tan importante en las artes marciales.

La aproximación a la resolución de la agresión es totalmente pragmática, incorporando el trabajo de todas las distancias y grupos técnicos. La lógica es hasta cierto punto inapelable: más vale conocer algo y no necesitarlo que necesitar algo y no conocerlo.

De este modo, el alcance del estudio en Koryu Uchinadi incluye (pero no se limita a):

  • Negociación de la distancia.
  • Dar y recibir impactos percusivos.
  • Gestión del clinch.
  • Contacto permanente y control del agarre.
  • Desplazamiento del equilibrio.
  • Lucha en el suelo.
  • Manipulación de las articulaciones.
  • Ataque a estructuras anatómicamente vulnerables.
  • Restricción de circulación sanguínea y respiratoria.
  • Escapes y contraataques.
  • Aumentación (tirones de pelo, morder, atacar a los ojos, atrapar los testículos, etc.).

Estos grupos técnicos se estudian exhaustivamente. Todos tienen su lugar en la resolución de la agresión y, por lo tanto, no se considera que ninguno tenga una importancia secundaria. Para hacerlos funcionar en conjunción se trabajan bajo unos principios tácticos homogéneos y una forma coherente y consistente de movimiento.

El sustrato de la práctica se basa en hechos inalterables: 1) la anatomía humana es la misma en cualquier momento y lugar, por lo que los métodos para impedir la función motora y las reacciones predeterminadas son universales, 2) los principios mecánicos de aplicación están regidos por la física y 3) los motivos defensivos son finitos, se pueden sistematizar y estudiar (estrangulaciones, agarres, golpes, derribos, etc).

Visto de este modo, en su versión más pura y aprendido correctamente, Koryu Uchinadi puede mejorar la profundidad y valor del currículum de cualquier dojo sin afectar negativamente su aspecto externo ni eliminar nada de su herencia cultural.

4. KORYU UCHINADI. EL MÉTODO DE ESTUDIO

El grueso del estudio técnico se organiza alrededor del kata. En Koryu Uchinadi el kata no es una repetición sin sentido del movimiento (o con un sentido esencialmente físico, estético o ritual), sino que representa la culminación del aprendizaje.

El alumno empieza trabajando en pareja una acción: una agresión y su respuesta. Cuando ha entendido el funcionamiento de ambas se unen diversas acciones, formando un kata en pareja o drill. Estos drills permiten al alumno trabajar progresivamente en un contexto cada vez menos colaborativo y con más resistencia, hasta acercarse a la realidad de la agresión. Los drills suelen ser circulares, es decir, que el final del drill para un alumno enlaza con el principio del mismo drill para el otro alumno, lo que permite una práctica sin interrupciones.

Finalmente, cuando el alumno ha estudiado y comprendido todas las acciones y sus repercusiones se consolida el trabajo mediante una versión del drill en solitario, lo que comúnmente se entiende como kata. Mediante este proceso, el kata en solitario se ejercita contando con el conocimiento adquirido durante la práctica previa, lo que le otorga vida y pleno sentido a la ejecución.

Es obvio que este escenario de aprendizaje da pie a la creación de infinitas variedades de kata. En vez de eso, en Koryu Uchinadi existen ya una serie de kata y drills sintetizados por Hanshi McCarthy que sirven como método de aprendizaje y entreno. Estos ejercicios se pueden dividir básicamente en dos grupos:

Por un lado tenemos el nyumon, la introducción a Koryu Uchinadi, que representa aproximadamente el programa hasta 1er Dan. En él se encuentran técnicas de golpeo, de pierna, posiciones, desplazamientos, defensas, ataques a mano abierta y mano cerrada, defensas, etc. Cada grupo técnico contiene alrededor de 10 a 20 técnicas distintas, y cuenta con su drill y kata solitario correspondiente.

Por otro lado tenemos los llamados kata contextuales. Estos kata son en pareja solamente y permiten el estudio pormenorizado de un grupo técnico concreto. Algunos de ellos son:

  • Uke waza: dar y recibir impacto percusivo/contusiones (29 técnicas).
  • Tegumi: chequear, desviar, atrapar, puentear y acondicionamiento de brazos (36 técnicas).
  • Kansetsu/Tuite waza: luxaciones, inmovilizaciones y puntos de dolor (72 técnicas).
  • Shime waza: estrangulaciones, privación de aire y sangre (36 técnicas).
  • Nage waza: desplazamiento del equilibrio y gestión del clinch (55 técnicas).
  • Ne waza: lucha en el suelo y sumisión (72 técnicas).
  • Gyaku waza: escapes y contraataques (36 técnicas).

También se incluyen en el programa los kata clásicos heredados de la tradición del karate: bassai, happoren, hakutsuru, seisan, nepai, naifanchi, etc. Recordemos que los kata en solitario se consideran la consolidación del aprendizaje, de modo que los movimientos y el sentido de cada uno de estos kata tradicionales se ha estudiado previamente a través del nyumon y los kata contextuales.

Ésto representa una parte del programa de estudio, que se ha querido exponer a modo de ejemplo para ayudar a comprender el enfoque de la práctica.

Patrick McCarthy entrenamiento

5. Y TODO LO DEMÁS

Por razones de espacio en este artículo hemos puesto el foco en describir someramente el trabajo a mano vacía, pero el universo de Koryu Uchinadi ofrece mucho más material para explorar y estudiar.

Desde el punto de vista técnico, el tratamiento de las armas (kobudo) siempre ha sido una parte integral del karate, y no es diferente en Koryu Uchinadi. Así, en el programa se incluye el estudio de distintas armas como, por ejemplo, sai, nunchaku, eku, tambo o tanto.

El trabajo con el bo merece una mención distintiva por la gran relevancia que tiene en la práctica y aprendizaje de Koryu Uchinadi, contando con diversas kata en solitario y en pareja.

En estrecha relación con Koryu Uchinadi, la International Ryukyu Karate Research Society se encarga del estudio académico del karate: su historia, pioneros, influencias culturales, evolución, etc. A través esta organización se puede acceder a una extensa bibliografía y repositorio de documentación para el estudio teórico e intelectual del karate.

Patrick McCarthy reflexivo

CONCLUSIÓN

Hemos explicado superficialmente el origen y objetivos de Koryu Uchinadi. Sobre todo, hemos querido trasladar el carácter holístico de su práctica, su coherencia teórica y práctica, y su pragmatismo a la hora de abordar el complejo mundo de la defensa personal.

Es imposible abordar en un solo artículo todos los aspectos interesantes que ofrece, ya sean históricos, teóricos o prácticos. Esperamos, sin embargo, haber podido ayudar a que el lector pueda aproximarse a la disciplina, ya sea mediante la práctica o el estudio de los múltiples recursos que se encuentran disponibles.

 

Fuente: Marc Galer/fight-time. com

La importancia de la Kata

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La cosa mas importante en el Karate son las Katas. Dentro de ellas todas las técnicas de defensa y ataque son juntamente entrelazadas. Por esta razón, nosotros debemos conocer perfectamente su significado analítico y debemos practicarlas correctamente.

Aunque por ahí debe haber aquellos que piensan que esta bien ignorar las Katas mismas y practicar solamente el combate libre, un producto analítico de las Katas, esta actitud nunca conducirá al progreso verdadero del Karate.

Esto se debe a que los golpes y bloqueos, las técnicas ofensivas y defensivas, tienen miles de variaciones, todas las cuales serian imposibles de usarse en simples prácticas de combate.

La abundancia de entrenamiento apropiado en Katas será una buena función para acciones efectivas en cualquier situación.

Imagen relacionada

No obstante el entrenamiento solamente de Katas, no basta como acción suficiente. Una variedad de entrenamientos es necesaria para hacer los movimientos de pies y manos fuerte y vivaces. Por añadidura, uno debe aprender a cambiar posiciones y hacerlo rápido o quedará corto en una situación real.

Dos o tres Katas es todo lo que una persona necesita si las practica apropiadamente y hasta el punto en que pasen a ser parte de el mismo. Las otras Katas servirán entonces para estudio o referencia. Por muy amplia que sea la experiencia de una persona, de nada le servirá sin profundidad.

Haciendo caso omiso de cuantas Katas debe conocer y saber una persona, si su entrenamiento en ellas es insuficiente, serán inútiles. Aprende apropiadamente y profundiza enteramente en dos o tres Katas y cuando llegue el momento de hacer uso de ellas, sin que tu estés consciente de ello, estas Katas serán mas efectivas de lo que tú podrías haber imaginado.

Otro punto en el cual debemos hacer hincapié y poner especial énfasis es en un entrenamiento apropiado y formal. Si tus métodos de entrenamiento son incorrectos no hace ninguna diferencia en cuantas prácticas de pelea tu participes o cuantas piedras o maderas intentes romper porque tus malos hábitos te traerán fracaso.

Aun cuando es cierto que las Katas son la parte más importante del Karate, esto no debe hacer que se descuide o abandone la practica de la pelea y el entrenamiento en rompimiento de piedras y madera, etc. El camino al verdaderamente efectivo Karate es el evitar la ociosidad e inutilidad y practicar seriamente con la idea de que las Katas son el cincuenta por ciento y lo restante de tu entrenamiento es el otro cincuenta por ciento.

Autor: Kenwa Mabuni.

Editado: Shitokai Murayama

Karate y Zen

Karate y Zen es uno

Extracto del capítulo “Jutsu y Do – El Arte y el Camino”, del libro de Seikichi Toguchi: “El Zen y el Camino del Guerrero”. “No existe puerta en el camino de la vida que rehúse abrirse ante aquellos que quieren pasar. Si quieres ir a cualquier parte, no importa qué camino elijas, hay miles y todos son buenos. Si, con suerte, alcanzas tu meta, el camino desaparecerá y tú te convertirás en el camino”. “No hay un camino para vuestra vida. Vosotros mismos sois el camino”. Estos son dos dichos que se oye repetir a menudo a los budistas Zen. Ilustran bien la complejidad del concepto de “Do” -el camino. Sin embargo, también es evidente que el camino es lo bastante accesible como para que se le pueda encontrar en nuestra vida diaria. Hoy en día, hacemos referencia a la mayor parte de las artes marciales con el apelativo “-Do”: por ejemplo, Karate-Do. En sus orígenes, todas las artes marciales se llamaban “Jutsu” (técnica).

karate photography portrait | TopDawgPhoto's Blog

La esgrima era Ken-Jutsu, el tiro con arco, Kyu-Jutsu, el Karate, Karate-Jutsu, y así con todas. Cuando Jigoro Kano, el fundador del Kodokan y el Judo moderno, cambia el nombre de Jyu-Jutsu por Jyu-Do (Judo), numerosos artistas marciales siguieron su ejemplo. Ken-Do, Kyu-Do, Karate-Do. ¿Por qué este cambio?. Para comprenderlo, hemos de conocer la diferencia entre Jutsu y Do. Jutsu se refiere a la destreza, al grado o al nivel de habilidad, o a la competencia técnica, que solo algunas personas pueden alcanzar en determinadas disciplinas, después de muchos años de un duro entrenamiento especializado. En los tiempos antiguos, los artistas marciales, cualquiera que fuese su disciplina, trataban de lograr este nivel técnico de Jutsu. Do, por otra parte, va mucho más lejos. Como ya hemos mencionado, significa “camino”. En un sentido alegórico, este camino es el camino de la vida, el camino que todos los hombres deben seguir para hacer realidad su naturaleza profunda. Para el budismo Zen, la meta de la vida es la iluminación espiritual, y el Do es el camino hacia esta iluminación. También es esta iluminación la meta de las artes marciales. Incluso en los tiempos antiguos, el practicante de un arte marcial se esforzaba en llegar al Jutsu, no por la técnica en si misma, sino como un medio de seguir el Do y de alcanzar la iluminación. Para revelar al mundo moderno su aspecto profundo, las artes marciales han cambiado sus nombres de Jutsu a Do. Así, Karate-Do significa el camino hacia la iluminación a través de la práctica del Karate. Seguir el Do puede ser para nosotros algo fácil y natural. Pero debe seguirse este camino toda nuestra vida si queremos realizar nuestra verdadera existencia y ser realmente nosotros mismos. De este modo, seguir el camino puede ser a la vez fácil y natural, y extremadamente difícil.

Karate kid

La mayor parte de nosotros no es capaz de encontrar el camino, o, una vez encontrado, mantenerlo. Hace falta un espíritu fuerte, y perseverancia. La vida de los monjes Zen es un ejemplo de, a la vez, la simplicidad y la dificultad del camino. En el Dojo de Karate siempre somos muy corteses entre nosotros. Una vez fuera de éste, algunos nos dejamos dentro la cortesía y los buenos modales. Somos una persona dentro del Dojo, y otra fuera. Muchos alumnos piensan que es posible que vayamos al Dojo para aprender cortesía y buenos modales al mismo tiempo que las técnicas del Karate. Por supuesto, está bien que se aprendan estos aspectos del Karate: es mejor que no aprender nada en absoluto. Pero este no es el verdadero sentido del Karate. No quiero decir que no tengas necesidad de aprender cortesía y modales: mas bien que ya deberias conocerlos antes de entrar al Dojo. Debo añadir que en un Dojo de Karate debes aprender algo más elevado que las técnicas y que las cortesías, si pretendes encontrar allí el camino. El Karate debe impregnar por completo nuestra vida, tanto dentro como fuera del Dojo. Debes convertirte en una sola persona, vosotros mismos, nuestro auténtico “yo”.

Maestros Marciales.: mayo 2010

 

 

 

KARATE DO, ARTE, MEDIO DE VIDA, DEPORTE Y ESTRUCTURAS ORGANIZATIVAS

Karate Kid by papajack.deviantart.com on @deviantART

Para todos nosotros, los que en algún momento de nuestras vidas hemos iniciado el camino de las artes marciales y en mi caso específico el karate do, más tarde o más temprano nos hemos dado cuenta de que este arte estaba siendo “gestionado” por un tipo u otro de organización.

En el más numeroso de los casos por las federaciones deportivas, pues estas son las que en un principio gestionan el ámbito deportivo del arte marcial. También se ha observado que existen a nivel tanto nacional como internacional un sin fin de organizaciones mas o menos prestigiosas y cuyas finalidades buscan un enfoque diferente al de las federaciones deportivas.

La Real Federación Española de Karate, a la cual llevo adscrito desde hace un montón de años, treinta para ser más exactos, ha sido y es la principal artífice, la promotora e impulsora del gran desarrollo y auge que el karate ha obtenido actualmente en nuestro país. A ella también debemos los grandes logros que en el ámbito deportivo a nivel europeo y mundial se han conseguido. Siendo considerada, respetada y una de las más fuertes del mundo.

Personalmente y aún con los problemas que puedan existir, me considero una persona perfectamente integrado dentro de este sistema federativo, aunque no es la única alternativa que contemplo.

Una vez mencionado esto también quiero añadir, que la federación está haciendo un único y exclusivo enfoque hacia la competición deportiva, lo cual hace doce o más años no representaba ningún problema porque los gimnasios estaban de bote en bote, era el auge del karate do y tanto profesores como federación estaban contentos, los unos por los ingresos que sus alumnos o atletas les proporcionan y que les permitía vivir y los otros porque había un gran número de licencias que permitían financiar eventos deportivos.

Hoy día y ya desde hace unos años, esta única política en relación a karate do, lo que está consiguiendo es que un gran sector de practicantes, abandone pues no ven satisfechas sus demandas e inquietudes, diferentes éstas de las que puedan tener los grupos que si son competidores y que están en disonancia evidentemente con las directrices marcadas por la federación.  En ese sentido cada profesor dentro de su “dojo” o gimnasio, me imagino que habrá intentado corregir sus planteamientos para evitar la pérdida de alumnos, sobre todo si este pretende vivir del karate do. Si no hay alumnos no es bueno para los profesionales, pero tampoco para las federaciones.

         Creo que algo hay que cambiar dentro del sistema, sino este se autodestruirá.

El uno de julio de 2006  he obtenido por examen, el grado de sexto dan, llevo dedicado a la enseñanza veintiún años y creo que conozco un poco ciertos problemas que hoy día afectan, tanto a federaciones como a profesionales, el más acuciante la gran disminución de licencias con respecto a épocas anteriores. Hablando con compañeros de distintos puntos de nuestra geografía, existe una preocupación generalizada por el problema que supone esto para quienes vivimos profesionalmente de la enseñanza del karate do.

Es frecuente el comentario de compañeros que abandonaron la enseñanza después de un montón de años, gente con muy altos grados (quinto y sexto dan) , gente que lo ha dado todo por el karate do, porque esta no generaba suficientes ingresos para poder vivir. Teniendo que dedicarse por lo tanto a otras actividades.

También he observado sin embargo que gente en ocasiones con menor rango en karate (segundos, terceros y cuartos danes), tienen sus centros a fecha de hoy con mucha gente, cuando digo mucha gente no me refiero a ciento y no se cuantos alumnos, sino a un amplio grupo que permita generar unos ingresos dignos que nos permitan vivir.

Este fenómeno puede ser debido a muy diferentes causas, vamos a exponer algunas de ellas

Culturales

Mala imagen del karate do, los niños y muchos padres lo ven como algo violento, a causa de las películas de artes marciales,  video juegos, etc. Además de esto, las instituciones públicas, los medios y los colectivos de profesionales ofrecen sesgada o nula información que pueda anular la anteriormente citada. Como mucho en estos ámbitos sólo se informa de los campeonatos y de la clasificación de tal o cual club. Esto es necesario y lícito, pero a todas luces insuficiente.

Debemos de “vender” el karate do, además de cómo un deporte, como una disciplina educativa, como proyecto de salud, de integración social, de superación, de autonomía personal, de adquisición de principios y valores, de bienestar, y de “bien ser”. En definitiva de una mayor calidad y cualidad de vida a través de la práctica continuada (karate do para todas las edades). Debemos de proponer la organización de eventos tales como charlas, conferencias, donde intervengan los profesionales y además consigamos involucrar a los medios de comunicación, personalidades de la política local (alcaldes, concejales), médicos, psicólogos, etc. creando así foros de participación donde se valoren desde otros puntos de vista las aportaciones de nuestro arte o disciplina a la sociedad. No yendo a desembocar siempre y como única alternativa al mundo de la competición.

Kim Seng Kyokushin Karate In-House Tournament #03

Personales:

Entre ellas, el desánimo, falta de interés, pérdida del entusiasmo, un enfoque unidireccional erróneo, falta de crecimiento personal (estudio, práctica continua, investigación) paralelo a la obtención de grados, titulaciones varias etc.

Sociales:

Como lo es la competencia desleal, ese grupo de gente para la cual la enseñanza del karate no representa su actividad económica vital principal, ya que tienen otra profesión, obteniendo de la enseñanza del karate unos ingresos extras.

Salvo raras excepciones no pagan impuestos ni cotizan un seguro específico para ejercer dicha actividad. Con lo que por regla general, les da lo mismo hacerlo mejor o peor, ya que tienen asegurado su medio de vida. Resumiendo, no son buenos profesionales, pues solo les mueve el interés económico y no la vocación.

Conceptuales

El karate como deporte es lícito y debe de existir, pues ha ayudado a difundir el karate do a nivel mundial pero debe de convivir con el karate arte o disciplina educativa, las dos ideas deben de coexistir, pero nunca el deporte debe de suplantar al arte o forma de vida.

De integración organizativa

Todos sabemos que hoy en día, numerosos grupos humanos practicantes de karate do, gente que lleva muchos años en esto, se han apartado de la Federación Española de Karate por diferentes motivos, integrándose en otro tipo de organizaciones. No por ello han dejado de tener alumnos, ni de vivir del karate, organizar sus campeonatos, sus exámenes, cursos de formación etc. en el ámbito de sus organizaciones. Me imagino que muchos de ellos se han sentido poco considerados o bien han juzgado que era más lo que daban que lo que recibían. Es un fenómeno difícil de evaluar y más complejo de lo que parece, en cualquier caso no es mi intención hacer una valoración, sino reflejar una realidad innegable.

Todos estos datos invitan a la reflexión por parte de aquellas personas con responsabilidades y con autoridad dentro de las federaciones y cuyo objetivo es aglutinar o integrar  al mayor número posible de técnicos de prestigio y con experiencia en aras de llevar al karate do por el mejor de los derroteros. Son bastantes los que se han ido y detrás de ellos su grupo, otros quizás ya se lo estén pensando, está muy claro que las federaciones tendrán que “mover ficha”, sino el tema se les irá de las manos.

Conclusión

Los que vivimos exclusivamente del karate do seguimos tirando fuertemente del “carro”, pero sobre todo de “nuestro carro” pues de ello depende nuestra subsistencia. Nuestro prestigio como “maestros”, como formadores de personas o preparadores de atletas, según en que casos, no va a depender de si estamos en una u otra organización, sea esta la federación o cualquier otro grupo. Sólo dependerá de nuestro esfuerzo personal, de nuestro trabajo, de nuestra dedicación, de nuestro empeño en el día a día y de tener una idea muy clara de aquello que consideramos lo mejor para la mayoría de nuestros alumnos y no exclusivamente para un pequeño grupo elitista.

Las federaciones deportivas muchas veces se pasan “tres pueblos” hay que darles un tirón de orejas y recordarles que todos formamos parte de ellas, no sólo aquellos grupos de gente que están ocupando cargos dentro de la misma (seleccionadores, directores de grados, directores de arbitraje, técnicos de las escuelas autonómicas de preparadores, etc.), a los que por supuesto hay que reconocerles y agradecerles la gran labor que están llevando a cabo, pues en la mayoría de los casos lo hacen de forma altruista. Lo que pretendo decir es que no existan “vacas sagradas”. Que todo el mundo se sienta considerado y respetado, hablar con los técnicos, pedir opiniones, comparar puntos de vista, fomentar reuniones donde cada cual pueda expresar sus inquietudes, elaborar proyectos comunes y en definitiva actividades que paralelamente a las competiciones fomenten la “cultura del karate do”, no sólo el deporte del karate.

De no ser así, vamos a pensar que sólo estamos para pagar religiosamente las reafiliaciones, las licencias, las tasas de examen etc. y que la mayoría de componentes de un colectivo está generando un dinero que sólo revierte en una muy pequeña parte del mismo.

Las organizaciones, en teoría, son grupos alternativos cuya búsqueda diferenciadora en cuanto a planteamientos técnicos y al desarrollo del karate do tiene su propia identidad. Estas hacen una propuesta en una línea más romántica de karate do, intentando preservar los principios filosóficos, técnicos, tácticos y la tradición, cada uno dentro de su estilo. Intentando buscar la pureza de la técnica y la esencia del arte como desarrollo de Budo. Esta es la parte positiva, y es la forma y búsqueda de karate do con la que me identifico plena y personalmente.

Dicho esto, también conviene recordar que algunos de estos grupos funcionan como pequeños reinos de taifas, donde nadie se mueve sin permiso del jefe, tienen unas estructuras completamente herméticas, donde como señores feudales no consienten a nadie disentir de las directrices que marcan “los señores de la guerra”.

Aprovechándose e intentando dogmatizar a todo aquel que se acerca de forma sincera, romántica e idealista. A menudo algunos de sus “adeptos” que no es lo mismo que alumno o discípulo “comulgan con ruedas de molino”. Esta es la parte negativa.

Sobre todo lo expuesto con anterioridad, debemos de reflexionar y obtener una conclusión:

Las Federaciones controlan, dirigen y gestionan una parte del karate (el deporte), dándole un rango de oficialidad y de seriedad, a través de la obtención de grados y demás titulaciones (monitor, entrenador, etc.). En el ejercicio de esa gestión cometen fallos, muchas veces estamos en manos de burócratas que solo escuchan y obedecen a quienes les han puesto en el “sillón”, haciendo caso omiso de cualquier propuesta que aún siendo de interés para el colectivo del karate do, no provenga de quienes “cortan el bacalao” por miedo a perder el puesto.

Recordémoselo y hagamos grupos de presión para que de forma seria y responsable se intenten corregir los mismos si no quieren que más grupos se bajen del barco.

Las organizaciones ofrecen estructuras organizativas con muy buenas expectativas a nivel técnico debido al gran prestigio, el carisma y a los conocimientos de los maestros que las dirigen, respetémosles, aprendamos de ellos todo lo que podamos, mostrémosles nuestro agradecimiento, nuestra humildad, pero siempre desde una posición de libertad de acción y de pensamiento.

Actualmente y cada vez más vivimos en un mundo abierto, donde hay plena libertad para asociarse a cualquier tipo de organización. Donde las tecnologías y la comunicación (Internet) hacen que la información no tenga barreras y llegue a cualquier punto del mundo. Esto propicia que la gente con inquietudes en karate do, se relacione con grupos afines a sus expectativas y donde cada vez es más difícil engañar o poner cortapisas a instructores y practicantes, pues estos están mucho más preparados e informados.

Mejoremos karate do entre todos, no nos dejemos engañar por “cantos de sirenas” sigamos trabajando fuerte en el día a día, eso nos dará la fuerza, expresemos nuestras opiniones con respeto, pero sin miedo, sin el seremos más libres, si somos más libres seremos más felices y este es un derecho irrenunciable del ser humano.

José Ramón Álvarez Ruiz-Huidobro

Instructor, 6º dan de karate do

Fuente: jlgarcia.galeon.com

El sensei Fumio Demura inspiró a Bruce Lee y a Miyagi (Karate Kid)

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Hace tiempo que quería hacer una columna sobre artes marciales, que es un tema bastante apreciado en muchos países de habla hispana. Planeaba hacerlo con una reseña sobre Bruce Lee (el actor de artes marciales más popular del sétimo arte), pero una revisada al documental biográfico The Real Miyagi (que se puede ubicar en Netflix) me llevó a abordar la vida del sensei Fumio Demura.

El gran aporte de Fumio Demura al mundo de las artes marciales, y más específicamente al karate, fueron dos: sus escuelas que llevaron a miles de niños de distintos países a perfeccionarse en dicha disciplina y la aplicación demostrativa del karate en sesiones que inspiraron a un público occidental. Un público que aún percibía a los japoneses como enemigos, tras la Segunda Guerra Mundial.

Fumio Demura nació, justamente, a puertas del fragor de ese episodio bélico que hizo tambalear al mundo: en Yokohama (Japón), en el año 1938. Por lo que Demura sufrió las consecuencias de la guerra, hambre, pobreza, necesidad de salir a trabajar siendo aún un niño. Ya en su país y bajo la tutela de los maestros Shakagami Ryusho y Taira Shiken, ganó el título japonés de Kumite.

Su situación económica le llevó a sumarse a la aventura de conocer Estados Unidos, de la mano de Don Draeger y Dan Ivan (el primero ligado a la CIA, y el segundo un iniciado en el karate). Fumio Demura rompió los obstáculos que se le presentaron en el “País del Tío Sam” (como la desaprobación por ser japonés, el idioma y su innata timidez) al empezar a realizar demostraciones bastante gráficas de karate y el uso de armas orientales (como el chako).

¿Qué sucedía? ¿En los Estados Unidos no se conocía ya el karate? Sí, pero las sesiones de exhibición eran planas, consistían en katas (conjunto de movimientos practicados solo o en pareja) donde el contacto físico no era evidente. Esto resultaba soso para la perspectiva occidental, siempre acostumbrados a las peleas de Hollywood donde uno podía sentir que estaba frente a una confrontación real.

La habilidad de Fumio Demura le permitía dar la impresión de un combate real, pero sin dañar al oponente, incluso usando armas propias de las artes marciales como la tonfa, el bo, los sais y los chakos. El uso de estos últimos captó la atención incluso de Bruce Lee, quién buscó aprender de Demura el uso de estos maderos conectados por una cadena, que a la postre es hoy el arma más popular de las películas de artes marciales, sólo detrás de las espadas samuráis.

El cine no fue ajeno a Fumio Demura, que participó en filmes como Shootfighter (1993) y Sol naciente (1993, junto a Sean Connery y Wesley Snipes). Pero fue en la saga de Karate Kid (protagonizada por Ralph Macchio y Pat Morita) donde realmente se popularizó. Resulta que Demura fue electo originalmente para el rol del Señor Miyagi, el maestro de Daniel LaRusso (Macchio), pero no se sentía preparado para actuar en tantas escenas exigidas para ese personaje.

Por lo que bajo la supervisión de Demura se seleccionó a Pat Morita (norteamericano de raíces japonesas) que hasta ese entonces era más conocido por su hilarante rol en la serie cómica Días Felices (Happy Days, al lado de Fonzie y Richard Cunningham). El sensei Demura incluso actuó la clásica escena donde los matones de la secundaria le dan una paliza a Daniel San, tras una fiesta de Halloween. Miyagi debía defender a golpes y patadas a su joven discípulo, pero a Morita no le salía bien la escena, el sensei Fumio la concluyó.

Uno podría pensar que Fumio Demura sentía alguna suerte de celos o resentimiento ante Pat Morita (cuya interpretación de Miyagi fomentó tres secuelas, un dibujo animado, un remake/esta vez con Jackie Chan y en China, y fama mundial). Pero el carácter generoso de este sensei japonés lo llevó a entablar una duradera y cercana amistad con Morita, que se prolongó hasta la muerte del actor en 1996.

Otros momentos exitosos de Demura son su gran presencia en la revista de culto especializada en artes marciales Black Belt (Cinturón negro), donde ha sido portada en múltiples ocasiones. La fundación que lidera y le ha permitido viajar y fundar escuelas de karate en distintos países y continentes (incluida Latinoamérica). Haber logrado sendos premios y reconocimientos, como estar en el Salón de la Fama, o llevar una larga temporada en Las Vegas con su exhibición y fomento del karate.

Su labor como maestro es apreciada por todos sus alumnos, privilegiando a los niños. Como nunca tuvo familia propia ha sido adoptado por cientos de familias estadounidenses que lo rodearon y apoyaron en sus crisis médicas, una que incluso estuvo a punto de llevárselo de este mundo hace un par de años. Su recuperación se considera un “milagro médico”. Fumio Demura es mucho más que un gran karateca, es una inspiración de grandes tradiciones.

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 Fuente: manuelsalazarlima.com

EL MÉTODO DE BILL WALLACE PARA VENCER EN KARATE

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Debido a un hándicap importante, Bill «Superfoot» Wallace llegó a ser el peleador de Full Contact más grande de la historia. Aquí nos cuenta cómo lo hizo.
 
– Cómo Bill Wallace se lo contó a Dave Carter –
 
Fue al principio de su carrera profesional cuando Bill Wallace tomó un descanso de su entrenamiento para ir a ver un partido de baloncesto de los Ángeles Lakers. Le acompañaba su manager Don Quine. Wallace se podía permitir el lujo de disfrutar del partido pues acababa de dejar fuera de combate a su oponente con una soberbia patada circular a la cabeza.
 
Durante el partido, Quine se levantó a comprar algo de comer. Exactamente encima de la comida había un cartel que decía: «Perritos calientes largos como un super-pie» (Super foot Hot Dogs).
 
«Wow» dijo Quine cuando volvió a ocupar su sitio, «ése podría ser un apodo para ti». Wallace no estuvo enamorado de su nuevo mote instantáneamente. Y aunque no le agradaba en principio afirmó: «en lo que toca a apodos y motes… me gusta».
 
La tarea más fácil era editar una publicidad que encajara con el hombre en cuestión. La parte más difícil era demostrar que el peleador era algo más que un producto del esquema de pormoción de un manager.
 
La mayoría de los observadores se preguntaban si podría en realidad Bill Wallace mantener el crédito de «Superfoot». Lo que no sabían era que Wallace se había probado reiteradamente a sí mismo durante los años pasados, desde que sufrió una seria lesión. En el año 1966, Wallace sufrió una lesión en los ligamentos de su rodilla derecha mientras que practicaba Judo. Cuando empezó su entrenamiento en Karate unos meses más tarde, se dio cuenta de que aquella lesión le impedía utilizar su pierna derecha. Cualquier movimiento, técnica de pateo, etc… que proviniera de su pierna derecha era completamente inútil.
 
Debido a esto, Wallace empleó un método de combatir con el lado izquierdo al frente. Era una técnica que muchos observadores calificaron de suicida. Todo lo que el oponente tenía que hacer era provocar el cambio de lado de Wallace para hacerle combatir desde un ángulo extraño y… ya se encontraría perdido.
 
Pero Wallace probó que los «expertos» estaban equivocados. A través de su experimentación comprobó que por medio de un duro entrenamiento podría aprender a eludir los ataques a su lado débil. Cuando peleaba, lo hacía con el lado izquierdo delante, cuando era derribado ( raramente ) se levantaba con el lado izquierdo adelante. Lo que otros podían hacer con los dos lados, Wallace podía conseguirlo con tan sólo su lado izquierdo.
 
Y así ganó 23 combates como profesional sin tan sólo una derrota (dos victorias obtenidas en combates de exhibición no se cuentan).
 
En la actualidad, retirado del mundo del Full Contact a nivel de competidor, Wallace es uno de los instructores con más seminarios en el circuito de Artes Marciales por todo el mundo. Los practicantes más jóvenes se maravillan de su flexibilidad, de la forma que aún todavía puede lanzar su pierna izquierda al cielo. Les encanta escuchar en los seminarios cómo él cuenta la historia de su carrera; convertir una lesión definitiva en una fuerza imbatible.
 
Pero la mayoría de ellos, vienen para tomar prestado, para «robar», para copiar un poco la mística de Wallace que le ha mantenido allí arriba por tantos años.
 
El método de Wallace para vencer en Karate es algo más que una patada circular bien colocada o un buen «jab» para desequilibrar al oponente. Es una filosofía total de combate, una forma de sobrevivir, dentro y fuera del ring. es lo mejor de Bill Wallace, sin secretos.
 
Mi filosofía con las patadas
 
Yo utilizo tan sólo tres patadas – la patada lateral, la patada circular y la patada de gancho – pero llegan al oponente desde ángulos tan diferentes que podrías pensar que utilizo 20 patadas en mi arsenal.
 
La patada lateral se puede transformar, igualmente, en una de gancho. Recuerda: debido a que todas vienen por el mismo camino, no puedes saber exactamente cuál es hasta que la pierna no está estirada. Y afortunadamente, cuando te das cuenta qué tipo de patada es, ya es demasiado tarde para reaccionar.
 
El único camino de obtener una buena capacidad de reacción es a través del «sparring» (combate). Yo soy un tipo con suerte, me encanta entrenar y pelear. Me gusta pelear con cinturones negros, con peleadores callejeros y con Campeones del Mundo. La única forma verdadera de aprender, la única manera correcta de saber si tus técnicas de pateo son buenas es a través del combate. Eso es algo definitivo. Puedes practicar todas las formas que quieras, aprender todas las técnicas y dominar los movimientos la defensa personal, pero cuando peleas es cuando necesitas, timing, distancia, velocidad, potencia, etc… Esta es la razón por la cual el Karate es para mí un Arte Marcial, y «marcial» significa un arte de tipo guerrero.
 
Debido al problema en mi pierna, me tuve que convertir en lo que podemos denominar «listillo». Todo el mundo sabía que la patada circular les iba a llegar, y lo mismo pasaba con la lateral y la de gancho. Pero el problema era saber cuál de ellas lanzaba y dónde iba a golpear.
 
Por ejemplo, la mayoría de la gente gira la cadera cuando va a lanzar la patada lateral, gira su cadera porque no puede levantar su rodilla lo suficiente. yo no. Cuando la mayoría de la gente lanza una patada circular apuntan con la rodilla al oponente. Una vez que tu rodilla apunte al oponente, él ya sabe qué patada va a venir.
 
Mis tres patadas vienen desde la misma posición, desde la misma colocación de las rodillas. Nunca sabes cuál de ellas va a salir disparada… ni yo tampoco. Todo lo que hago es dar un paso hacia adelante y observar tu reacción o lo que crees que yo voy a hacer. Luego, tan sólo tengo que reaccionar a tu movimiento.
 
Extracto del libro: «The Ultimate Kick. The Wallace Method to Winning Karate». Publicado por Unique Publications.
Fuente: DAVE CARTER./Publicado: SENSEI-Hemeroteca de las Artes Marciales-jlgarcia.galeon.com

Nobuyoshi Murata

Resultado de imagen para Nobuyoshi Murata

El 5 de marzo de 1932 nace en Osaka Japón el Sensei Nobuyoshi Murata. Su aprendizaje del Karatedo Shitoryu comenzó a los 21 años de edad en la escuela del Sensei Kenei Mabuni, el SOKE del Estilo Shito Ryu en Osaka, Japón en 1953.

 En 1958 fue enviado a México como director de la Compañía de Exportación de Takeda, en aquel momento era segundo Dan de Shitoryu. En enero 1959, el Club japonés de la Asociación mexicano japonés se fundó en la Ciudad de Aguilas. Subsiguientemente, la Embajada de Japón pidió al Sensei Murata que diera una demostración de karate en el Club japonés. Después de la demostración, tres jóvenes mexicanos (Manuel Mondragon, Carlos Vila y Juan Farias) pidieron al Sensei Murata que les enseñara Karate Shitoryu, y así empezó el karate Shitoryu en México en noviembre 1959.

 La primera Asociación mexicana de Karate de Shitoryu se estableció en 1960, y Sensei Jorge Sosa invitó a Sensei Nobuyoshi Murata a dar numerosos seminarios de Shitoryu sobre los próximos 20 años. Como resultado, el estilo de Shitoryu comenzó a aparecer por todas partes de América Central, donde hoy es muy popular.

Falleció el 26 de Abril de 2005

 

Remembranza del Shihan Nobuyoshi Murata

 

El 5 de marzo de 1932 nace en Osaka, Japón el Sensei Nobuyoshi Murata. Fue el hijo menor de 7 hermanos, y su papá fue Kinjiro Murata y su mamá fue Tsuta Morishita.  Durante su formación de educación primaria recibió bases de Kendo y Judo.

De joven vivió uno de los conflictos y horrores más tristes de la humanidad, la segunda guerra mundial (1939-1945). Su niñez fue muy diferente a la de muchos niños actuales, dado que parte de su educación primaria era la de armar hélices, bombas, aviones, etc., para la guerra. No termino la secundaria por motivos de la guerra. Fue muy tímido y tranquilo, le chocaba ir a la escuela, porque sus compañeros se burlaban mucho de él, por tener una constitución débil y una actitud demasiado calmada. Se salvó de formar parte del grupo de Kamikases, por no tener la edad reglamentaria. Durante la guerra bombardearon su casa y sufrió mucho la escasez de alimentos.

Después de la segunda guerra mundial, el desprecio de algunos militares de Estados Unidos a los japoneses, fue muy dura. Por ejemplo, el Sensei Murata nos relataba que cuando era joven, la escasez de alimentos fue todavía más mayor, los militares en muchas ocasiones enfrente de los jóvenes japoneses hambrientos, sacaban tabletas de chocolate y plátanos, para comerlos en frente de ellos, con el fin de humillarlos y pisotearlos emocionalmente. En ocasiones, lo único que comían al día, era un triángulo de arroz. En aquella época, el Sensei Murata se prometió que él, algún día, tendría acceso a esos alimentos y nunca haría lo que algunos militares de Estados Unidos hacían con ellos.

 En aquella época, tuvo la oportunidad de escuchar la música de los Tríos Mexicanos como los Panchos, los Dandy, etc., así como, aprender a bailar el Tango Argentino. Tal era su interés en la música y el baile latino, que decidió estudiar en la Universidad “Osaka Gaikokugo Daigaku” en 1950, con el objetivo de entender las letras de las canciones de los Tríos y claro del Tango. En los comienzos de la universidad tuvo varios altercados con algunos grupos de beisbolistas que lo envidiaban a él, por su habilidad en los idiomas y por qué una muchacha, novia de uno de los beisbolistas le pidió, que le ayudara en su aprendizaje del idioma inglés. Lo que propicio que un cierto día, lo llevaran al techo de la universidad y le preguntaran muy enojados del porque aprendía inglés y por qué andaba con su novia. Posteriormente varios de los beisbolistas por envidia y odio, se fueron sobre él, para golpearlo y patearlo en el piso. Después llego a su casa muy mal herido, su hermano Ryochi Murata, lo vio muy ensangrentado y golpeado, y le pregunto que quien le había hecho eso, sensei Murata le contesto temeroso que se había caído y su hermano le dijo, “no me mientas dime realmente quien te hizo esto”. El sensei Murata, le contó posteriormente la verdad a su hermano, el cual le recomendó, lo siguiente, “busca una escuela de Karatedo, para que aprendas a defenderse” y nunca te dejes de una injusticia.

 Así es, como en 1950 a la edad de 19 años, Sensei Nobuyoshi Murata comenzó su aprendizaje del Karatedo Shito Ryu bajo la instrucción del 2do. Soke (Familia Fundadora) del Shito Ryu, el Gran maestro Kenei Mabuni, con el fin de aprender a defenderse de los que lo habían golpeado despiadadamente. Las clases en aquella época eran muy intensas y duraban de tres a cuatro horas de lunes a viernes.

 Entre 1950 y 1952 tuvo la fortuna de recibir las enseñanzas del 1er. Soke del Shito Ryu, el gran maestro Kenwa Mabuni.

 Continúo entrenando, sin descanso y sin faltar ningún día a clases, y gracias a la influencia de sus maestros Kenei Mabuni y Yoshio Umezawa, comprendió que el odio y el rencor no llevan a nada bueno. Así, él vislumbró, que la filosofía y el arte no era simplemente dar patadas y golpes.

En 1954 se graduó de la Universidad, obteniendo la licenciatura en filosofía y lengua en español y ese mismo año entro a trabajar a las Industrias Químicas Takeda, Ltd.

Años después, el Sensei Mabuni lo recomienda para que enseñara Karatedo a los policías de su localidad.

 En julio de 1958 llegó a México el Sensei Nobuyoshi Murata como Gerente de Exportación de Takeda de México, S.A. de C.V. Fue enviado a México por su compañía, por su habilidad de hablar en español, con lo que se hizo realidad el sueño que tenía de vivir en un país de habla hispana. En esta fecha ya ostentaba el grado de 2o. Dan Cinta Negra.

El 31 de enero de 1959 se inauguró el Club Japonés (Nichiboku Kaikan) de la Asociación México – japonesa en la colonia las Águilas y para ese acto, la Embajada de Japón pidió a Sensei Murata que diera una demostración de Karatedo. En aquella demostración los espectadores se interesaron mucho y varios de ellos le pidieron al Sensei Murata que les enseñara, pero inicialmente no tenía la intención de enseñar Karate do en México, sino cumplir con su trabajo, pero fue convencido por quienes tenían la inquietud de practicarlo y a partir de aquí empezó a dar instrucción en su hogar a tres alumnos mexicanos seleccionados en Noviembre de 1959.

En octubre de 1959, el Sensei Nobuyoshi Murata con 27 años de edad, dio su primera clase de Karatedo a tres jóvenes mexicanos Manuel Mondragón y Kalb (25 años), Carlos Vila (27 años) y Juan Jorge Farías (23 años). Este es el comienzo de la historia del Karatedo en México, constituyéndose en el primer país fuera de Japón en enseñarse el Karatedo Shito Ryu, convirtiéndose el Sensei Nobuyoshi Murata en el Padre y Fundador del Karatedo en México, así como el primer japonés en venir a México a enseñar el primer estilo en Karatedo.

En 1960, Sensei Nobuyoshi Murata, ayudo a establecer la primer Asociación Mexicana de Karatedo y Artes afines, A. C. con la valiosa ayuda del padre del Dr. Mondragón.

 El 11 de enero de 1961 se casó con Yukiko Ohmura en Japón y tuvo tres hijas. Yoshie, Makiko y Kazumi. Actualmente Yoshie se casó con un japonés y vive en Japón, Makiko y Kazumi se casaron con mexicanos y viven en la Ciudad de México.

En 1963 el Soke, Kenei Mabuni con apenas 45 años de edad inicia su enseñanza a nivel internacional visitando México por primera vez para apoyar y enseñar al Sensei Murata dando seminarios con él, además el Soke Kenei Mabuni enseño a todos los miembros de la Asociación Mexicana de Karatedo, A.C. quedándose cuatro meses.

De 1963 a 1965 el Soke, Kenei Mabuni, junto con otros instructores vino en varias ocasiones a México para enseñar, haciendo una buena base para el desarrollo de la asociación. Naturalmente, para ese punto había varios estudiantes mexicanos cinta negra, que podrían asistir a la enseñanza.

En noviembre de 1965, el Sensei Murata asciende al Grado de 5o. Dan y a finales de julio de 1967 regresa a Japón por motivo de trabajo.

En 1971, se ascendió a 6º Dan al Sensei Nobuyoshi Murata.

 

 Actividades del maestro Nobuyoshi Murata relacionadas con Karatedo, Economía y Relaciones Comerciales Internacionales

 

En 1972, Sensei Murata regresa a México para ocupar el Cargo de Director General de Takeda de México, S.A. de C. V., y en ese mismo año es establecida la Federación Mexicana de Karatedo y artes a fines, A.C., el maestro Murata trabajo como un miembro fundador (Su último puesto fue consejero ejecutivo de la Federación).

En 1973, Sensei Murata recibe el RECONOCIMIENTO de Televisa como “Padre y Fundador del Karatedo en México”.

En 1977, Sensei Murata recibe un premio de la industria y del comercio del ministerio de Japón, por sus esfuerzos al desarrollo económico y comercial en México y América Latina.

En octubre de 1978, Sensei Murata asciende al grado de 7o. Dan, y es nombrado juez Oficial de la WUKO (The World Union of Karatedo Organization), en Tokyo Japón.

En 1979, fue nombrado maestro oficial de Karatedo de la Dirección Federal de la Seguridad de la Secretaria de Gobernación de México en el campo militar del No. 1 de la Secretaria de la Defensa Nacional de México.

En 1984, Sensei Murata recibe un reconocimiento de promoción de la cultura de Secretaría de Educación Pública en México. En este mismo año también, recibe el reconocimiento de la CODEME como “Fundador del Karate do en México”.

En 1985 nace la organización Seikikai (Asociación en busca del origen), la cual asumió la función de retornar a los practicantes del Shito Ryu a la práctica seria y profesional del Shito Ryu, y fue liderado por el Shihan Nobuyoshi Murata.

Entre 1988 y 1992, Sensei Murata ocupa el cargo de “Coordinador Académico en Karatedo” del Centro de Educación Superior en el Deporte de la UNAM.

En noviembre de 1989, Sensei Murata es ascendido a 8o. Dan (Grand Master) Cinta Negra.

En 1994, durante el gobierno del presidente Ernesto Zedillo, el secretario del de la SECOFI (Secretaría de Comercio y Fomento Industrial), el Dr. Herminio Blanco nombró al maestro Nobuyoshi Murata como uno de sus consejeros, a cargo del «consejo mexicano de inversiones», eventualmente el maestro Murata asistió al Dr. Blanco para aumentar las inversiones japonesas en México, y hacer el FTA (Tratado de Libre Comercio) entre ambos países. El maestro Murata viajó más de 15 veces a Japón con el Dr. Herminio Blanco como su consejero con el fin de alcanzar los objetivos mencionados.

En 1995, se funda la Federación Mundial de Karatedo Shito Ryu, donde el maestro Murata ocupa el cargo de Vicepresidente Ejecutivo. Para dicho evento, el sensei Murata fue acompañado por 3 mexicanos. Entre los que destaca el Shihan German Mendoza.

En 1996 se disuelve la organización Seikikai y otras organizaciones para formar el 24 de marzo de del mismo año a la Organización más grande de México, denominada “UNIÓN MURATA KARATEDO SHITO RYU”, la cual tiene el fin de preservar el verdadero Karatedo Shito Ryu. Así como, promover la diversidad de conocimiento en Shito Ryu (Kata, y Kumite de competencia, Defensa Personal, filosofía aplicada a los negocios y a la vida cotidiana, manejo de conflictos, etc.) y es liderado por el Shihan Nobuyoshi Murata. Dicha organización está compuesta por más de 15 organizaciones mexicanas y dos internacionales.

 La UNIÓN MURATA promueve la enseñanza de técnicas del combate de Karate do como un deporte y como Defensa Personal, pero se da mucha importancia a las técnicas básicas del Karatedo e Ippon-Kumite. La filosofía que se promueve es «gozar la vida con Karatedo», esto se da porqué en cada entrenamiento evitamos lesiones y preservamos la salud física, mental y espiritual de los estudiantes.

 En Julio de 1996 se funda el Gimnasio Central (Hombu Dojo) “SEISHUU-KAN”, que está localizado en la parte central de la Ciudad de México, este Dojyoo fue establecido con la grandiosa participación y cooperación del Arq. Kimihide Taquimura, amigo cercano del maestro Murata. El Arq. Kimihide es 3er. Dan Cinta Negra en Karatedo Shito Ryu. Así como también se reconstituye, el grupo colegiado de cintas negras de la Unión Murata teniendo como base SEISHUU-KAN, donde el Maestro Murata tiene el puesto de Saiko Shihan, es decir, Jefe de maestros Shihan. Dicho grupo esta compuesto de 3 sexto Dan, 30 quinto Dan y demás grados de cuarto, tercer, segundo y primer Dan. La filosofía del SEISHUU-KAN es aprender a obtener sentido de agradecimiento, cortesía y respecto a nuestros semejantes, ese es el espíritu de los artes marciales japoneses y después enseñar KIHON (técnicas básicas).

 Aunque en SEISHUU-KAN se tiene altos grados, la práctica diaria del KIHON es necesaria. Después del entrenamiento del KIHON, se aprenden y practican las Katas tradicionales del Shito Ryu junto con su Bunkai (análisis y explicación) varias veces; aquí es donde se encuentra el conocimiento profundo del combate.

La organización Unión Murata, ha viajado a diversos países a impartir instrucción por medio de seminarios y cursos, de entre los cuales destacan, seminarios realizados en Canadá, Cuba, EU, España, Venezuela, Guatemala, Francia y Japón.

 A partir de 1998, se tiene la misión de realizar cada año o cada dos intercambios en México, de 50 Karatedokas japonés, estudiantes de la Universidad de Tecnológica de Osaka Japón (Osaka Koogyoo Daigaku) liderados por el Sensei de Hiroshi Tani, 8º Dan, amigo íntimo del maestro Murata, durante sus visitas, se realizan varios entrenamientos y torneos de amistad entre ellos, y la Unión Murata.

 En 1998, se realiza una exhibición oficial de la UNIÓN MURATA KARATEDO SHITO RYU, al secretario de la SECOFI, el Dr. Herminio Blanco, al honorable Sr. Tanaka, embajador de Japón en México, al secretario de la SEP (Secretaría de Educación Pública), Lic. Limón Rojas y se edita el video por parte de la SEP, Los Valores y el Karatedo.

En el año 2000, se realiza una exhibición oficial al honorable Sr. Horimura, embajador de Japón en México.

 En el 2000, después de la administración de presidente Zedillo, el Dr. Herminio Blanco se retiró de su cargo en la SECOFI pero sigue siendo consejero internacional, para muchas de las compañías de Japón, los EU., Europa y las instituciones en México y el maestro Murata continuo siendo uno de sus consejeros, trabajando y viajando junto con él, a Japón. Además, siendo ellos una autoridad del mundo en el tratado de libre comercio, el Dr. Herminio Banco es al mismo tiempo un amigo de Japón, él ama el Karatedo, especialmente la filosofía de las artes marciales japonesas. Actualmente él es un estudiante del maestro Murata y tiene el 4to. Dan en Karatedo Shito Ryu.

En 2003, el Sensei Murata realizó una visita oficial a la Unión Murata España, para instruir en Karatedo Shito Ryu.

 En marzo del 2003, se realizó uno de los viajes más representativos de la Unión Murata Karatedo Shito Ryu, que comando el gran Maestro Nobuyoshi Murata, el cual fue un viaje de 20 días, donde el grupo colegiado de cintas negras de la Unión Murata compuesto en su mayoría por maestros Shihan, triunfa en Japón. Dicha delegación entreno en el Dojyoo del periódico NIKKEI de Tokyo, liderado por el gran maestro Yoshio Umezawa, 9º Dan alumno directo de Kenwa Mabuni. Además, dicha delegación entreno con el gran maestro Soke Kenei Mabuni, en el Dojyoo central “Yooshuu-Kan” en Osaka y el 26 de marzo del mismo año se tuvo la gran experiencia y honor de ser invitados por la honorable Guardia Imperial de Policía de Japón, para demostrar el Karatedo en el Dojyoo SAINEI-KAN, el cual tiene 120 años de historia en el Palacio Imperial en Tokyo. Lo más importante de este majestuoso lugar, desde que se fundo es que nunca un Karatedoka había puesto un pie en dicho lugar y para fortuna de nosotros, los primeros en entrar fueron en su mayoría mexicanos. El resultado de este viaje produjo la anexión del grupo del Shihan Masahiko Yokohama, 5º Dan y a partir de ese año, existe Unión Murata Japón. Por dicho motivo, el Karatedo ahora se exporta de México a Japón.

 En el 2004, se realizó una visita oficial a Japón, para ayudar en el crecimiento de la filial de Unión Murata Japón, por medio de seminarios, con el Sensei Murata y el Sensei German Mendoza (6º Dan), Coordinador Técnico de la Unión Murata.

En febrero del 2005, se realiza una exhibición oficial de la UNIÓN MURATA KARATEDO SHITO RYU, al honorable Sr. Mitsuyoshi Nishimura, embajador de Japón en México.

 El 26 de abril del 2005, falleció el Sensei Murata, a las 8:30 a.m. Su excelentísimo el Sr. Mitsuyoshi Nishimura, embajador de Japón brindó sus respetos a la familia Murata y a la Unión Murata.

Fuente: redmarcial.com.ar