Todo el que haya visitado un anfiteatro romano piensa en las peleas de gladiadores que se daban en la arena de estos, pero ¿Qué hay de mito y realidad en las recreaciones hollywoodienses de estas peleas?
El arte de la lucha
La figura del gladiador Romano se remonta a la época etrusca (IV), durante la cual se celebraban combates entre los prisioneros en torno a las tumbas de los héroes para honrar a Saturno.
Estos juegos, pasarían a ser parte de la vida de Roma durante el siglo III a.c., cuando Marco Junio Pera y Decimo Junio Pera organizaron estos juegos en el foro Boario para honrar la muerte de su padre, Junio Bruto Pera, descendiente de los fundadores de la ciudad.
A partir de ahí las peleas de gladiadores dejarían de ser un acto ritual para ser algo lúdico, de hecho pasó a ser el principal divertimiento del imperio, en el que se fundaron numerosos anfiteatros en toda localidad que se preciase.
En la época la figura de un gladiador era una inversión, por lo que la mortalidad en los combates no era tal y como la hemos visto en las películas, sino que en muchas ocasiones se perdonaba la vida de los vencidos, y si se les mataba, era para aliviar su sufrimiento, clavándoles un arma blanca entre la clavícula y el omóplato hasta llegar a su corazón, considerando esta una forma de muerte más digna que dejarle perecer por sus heridas en la arena.
Los gladiadores
El gladiador toma su nombre del arma principal que solían utilizar, llamada gladius, que consiste en una espada corta de hoja recta, similar a las de los legionarios romanos.
Los combatientes podían tener diferentes orígenes:
Los voluntarios en busca de fama y gloria y los esclavos y prisioneros, que, de forma forzada, podían llegar a conseguir su libertad luchando en la arena.
Su formación se daba en las escuelas lanistas, y los maestros, habitualmente empresarios y propietarios de estas, se encargaban de decidir que gladiadores lucharían, sus diferentes categorías y su armamento.
Las escuelas estaban repartidas por la capital y las provincias, llegando a lograr algunas una fama tal, que llegaba a todos los rincones del imperio.
Existían numerosos tipos de gladiadores, en función de sus técnicas de combate y equipación, pero las más comunes eran las siguientes:
Los Samnitas, que tomaban su nombre de la similitud con el armamento del pueblo homónimo, siendo el primer tipo de gladiador en aparecer.
Los Mirmillones, distinguidos por su equipo y armaduras similares a las de los guerreros galos, incluyendo el casco completo con cresta (que les daba aspecto de pez) y la espada corta llamada gladius.
LosSecutores, armados con escudo casco y espada, eran la evolución de los Mirmillones para el combate con los reciarios, una lucha muy de moda durante la época imperial.
Los Reciarios, que carecían de armaduras e iban equipados con una red, un tridente y una daga, es decir, iban equipados de forma similar a los pescadores de la época, y su estrategia de combate, era muy diferente a la de los demás gladiadores, basándose más en mantener la distancia y la velocidad que en el ataque frontal, como el resto de los combatientes.
Mujeres en la arena
Contra todo pronóstico, se han encontrado varias pruebas de que efectivamente, existían mujeres gladiadoras, habiendo sido poco comunes, pero existentes en el imperio.
Parece que las luchas entre gladiadoras eran espectáculos muy poco comunes en Roma, sin embargo, según un nuevo estudio, el análisis de una estatua demuestra que las mujeres luchaban en los antiguos anfiteatros.
La estatua de bronce es la segunda representación conocida de una mujer gladiadora, según el director del estudio Alfonso Manas, de la española Universidad de Granada.
La obra, de 2000 años de antigüedad y que se encuentra en el Museum für Kunst und Gewerbein de Hamburgo, muestra a una mujer con el pecho descubierto blandiendo un objeto que parece ser una espada corta curva.
Manas cree que se trata de una sica, un tipo de espada relacionada con los gladiadores tracios. Estos gladiadores, sin embargo, también llevaban casco, escudo y espinilleras. La espalda, sin armadura, era la parte del cuerpo más vulnerable.
Con anterioridad los expertos pensaron que el objeto curvo era un strigil, una herramienta que los humanos utilizaban para su higiene.
Sin embargo, según Manas, la postura de la mujer no apoya esta teoría.
Postura de victoria
Si se estuviera lavando, «no tendría sentido que levantara la herramienta mirando el suelo», defiende Manas.
Además «tiene cubierta la zona genital. Si se estuviera lavando estaría completamente desnuda».
El brazo levantado y la cabeza hacia abajo representan «un típico gesto de victoria de los gladiadores» en el arte romano.
Manas encuentra también explicación a la ausencia de escudo o casco.
Al final de las luchas, «se quitaban el casco para mostrar a los espectadores la cara del ganador», explica. «Y también tiraban el escudo al suelo».
«Impacto erótico»
En cuanto al pecho desnudo, también se trataba de una norma para los gladiadores. «Tanto las mujeres como los hombres debían luchar a pecho descubierto».
Sin embargo, puesto que la mayoría de los espectadores eran hombres, quizá hubiera otra razón por la que las mujeres luchaban semidesnudas.
En la revista International Journal of the History of Sport, Manas explica: «Sin duda, el aspecto de las mujeres gladiadoras también debía causar un impacto erótico en los espectadores».
La otra representación de mujeres gladiadores es un relieve del siglo I o II d.C. descubierto en Bodrum (Turquía), y que ahora se encuentra en el Museo Británico.
El pequeño número de hallazgos en este sentido sugiere que se organizaban pocos espectáculos de este tipo con mujeres, a pesar de que son mencionados por los escritores romanos.
Hay testimonios de luchas entre mujeres gladiadoras en Roma, y de acuerdo con el historiador del siglo I Suetonio, el Emperador Domiciano hacía luchar a las mujeres de noche, iluminadas por antorchas. En el año 200 d.C, otro emperador, Septimio Severo, prohibió la lucha entre mujeres.
Manas reconoce que se desconoce el origen de la estatua de Hamburgo, aunque «corresponde al estilo de la península itálica del siglo I d.C»
Fuente: nationalgeographic.es