A la Búsqueda del Do

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Podríamos apuntar como un aspecto genérico, que el budismo pretende conseguir la felicidad para todos los seres sensibles del universo, entendida ésta como un estado lo más permanente posible de ausencia de todo sufrimiento, ofreciendo al individuo refugio en lo que se denominan las “Tres Joyas”: Buda en sí mismo, el Dharma (el conjunto de enseñanzas budistas) y la Shanga (la comunidad de personas practicantes que pueden en todo momento prestarnos su ayuda y orientación).

El Dharma presenta diferentes vías prácticas o sistemas que permiten a la persona encontrar fórmulas de liberación o al menos de mejora y evolución personales. Son las denominadas “Do”, o “Caminos”. Siguiéndolos, desarrollamos aspectos positivos que conducirán al hombre hacia karmas positivos con consecuencias, por lo tanto, positivas. Estos nos conducen a los fines universales del amor y la compasión , y se nos muestran trabajando diferentes valores, como el respeto propio y hacia los demás, la protección de la vida, el control emocional, el conocimiento físico y su fragilidad, y la incidencia de las diferentes formas sensoriales sobre el ser sensible, entre otros.

Desarrollar los diferentes artes “Do” requeriría un enorme espacio que no supone la finalidad última de este ensayo, por lo que nos centraremos en las características generales de aquellas que nos son más afines por su esencia marcial.

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Artes Budo

Éstas aparecen como una evolución de les técnicas  utilizadas originariamente para la guerra. La introducción del budismo como  base filosófica en la clase Samurai hace que tomen formas donde se buscan finalidades antagónicas con su aparente objetivo inicial, por ejemplo, el respeto a la vida y el amor. ¿Cómo es esto posible? En el Geiko (entrenamiento) el practicante aplicará y desarrollará los aspectos del Dharma budista utilizando conceptos como los que se citan a continuación:

  1. Auto-conocimiento corporal y toma de conciencia de la realidad y fragilidad del cuerpo humano.
  2. Respeto y amor hacia el adversario. Este último aporta sabiduría al practicante, y es indispensable para su evolución mediante la sincera comunicación entre ambos en la aplicación y realización de les técnicas en el randori (combate).
  3. Control físico y emocional.
  4. Auténtica visión sobre la proporción causa – efecto en las incidencias externas sobre el hombre y su actuación racional de respuesta.
  5. Utilización de sistemas de meditación y control respiratorio: Za Zen.
  6. Aplicación de códigos éticos personales: honestidad, respeto, compasión, valor, paciencia, humildad, honestidad, fidelidad (muchos de ellos aparecen reflejados en el Bushido Samurai).
  7. Evolución positiva de la personalidad a partir del conocimiento y aceptación de nuestras carencias y debilidades, así como un espíritu de superación y mejora de éstas.

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 Relación Cuerpo-Mente

El practicante de las Artes Budo intenta desarrollar y aplicar la relación existente entre cuerpo y mente. Desde hace ya muchos años, existen estudios clínicos y científicos donde se pone de manifiesto la efectiva relación entre las actividades cerebrales y neurológicas, y su incidencia orgánica i/o motriz. Por otro lado, es por todos conocido el efecto que la actividad física aporta (aunque sea tan solo utilizada como medio lúdico-deportivo) en los estados de ánimo del individuo para el control de aspectos como la ansiedad, tensión, depresión, u otros desequilibrios emocionales. Esta relación ha de ser recíproca, y el Budoka trabajará un factor buscando incidir positivamente en el otro. Por lo tanto, el trabajo físico mediante el Geiko intentará obtener resultados óptimos en los componentes conducentes a estados mentales de máximo equilibrio (relajación, tensión – distensión, control de la ansiedad y  la compulsión, conducción emocional del miedo, el pánico o el exceso desmesurado de confianza, etc.) así como otros de naturaleza más espiritual o conceptual, como ya he comentado con anterioridad, que sin duda también incidirán en los procesos psíquicos de la persona. El trabajo mental, utilizará entre otros, aspectos como la meditación mediante ejercicios respiratorios y posturales (Za Zen), y también de reflexión conceptual basada en el Dharma budista, buscando así resultados beneficiosos sobre el cuerpo físico a partir de determinados estados de conciencia y espirituales. Ambos procedimientos forman un corpus i deberían ser realizados de forma conjunta, dado que uno interactúa indivisiblemente con el otro, como un Yin – Yang.

Autor: Renshi Joaquim Villalta, 5º Dan Goshindo Sailly System, joaquimvillalta@vodafone.es, Tlf: 607 50 45 81, Dojo Balla Shen Dragon. Ctra de Castellar 220. 08222 Terrassa

Publicado: El Budoka, Editorial Alas

Profesor de Karate: Una labor difícil

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Con este artículo quiero romper una lanza a favor de esos Profesores de karate cuya labor no trasciende a las páginas de las revistas por no ganar sus alumnos grandes campeonatos, pero que día a día en sus clubs realizan una gran misión, educando, entrenando y desarrollando a numerosos niños y adultos a través de este deporte.

La labor de estos hombres y mujeres no es fácil, pues a menudo tienen que hacer que sus clases gusten a gente que busca en el karate un medio de defensa, un medio de mantenimiento físico, un método para relacionarse con nuevos amigos y muchas cosas más, sin permitir que el karate aparezca de forma equivocada y dentro de la disciplina y filosofía de éste. a menudo, todo esto no concuerda del todo con lo que la mayoría busca en este Arte Marcial, pero el profesor tampoco puede traicionarse a sí mismo, ni a su Arte y su labor se hace más difícil.

ANTE TODO EDUCADOR

Un profesor ha de ser ante todo un educador, debe ser un almacén de ideas que sepa transmitirlas alumno. No es necesario, como a menudo se piensa, que sea un gran competidor o que tenga un alto «Dan», esto lo único que le va a producir es una mejor propaganda que llegará más a la gente desconocedora del tema. Lo que debe tener es una gran capacidad para transmitir sus conocimientos, que por supuesto los debe poseer, de manera clara y con la adecuada progresividad, metodología, etc… El profesor ha de demostrar unas cualidades físicas y humanas también, pues el alumnos, a veces involuntariamente tiende a imitar al profesor en muchos aspectos. Este los debe conocer bien y descubrir qué es lo que verdaderamente tiene que dar a cada uno dentro del karate. Bajo mi punto de vista, el profesor debe saber mantener un ambiente agradable en clase que permita al alumno estar relajado y a gusto, pero esto dentro de la disciplina que un arte como éste tiene y debe tener. Un profesor debe idear las clases de forma amena, completa, teniendo en cuenta todos los aspectos del karate y la progresión deseada en relación con las actividades del club. La clase no es un minicursillo aislado, sino que debe guardar relación la anterior, con la posterior, con el ambiente, con la época del año… y siempre manteniendo un margen de improvisación por si hay gente nueva en clase, por si los alumnos piden algo especial o por si, simplemente, el profesor tiene un día desanimado por cualquier cosa.

Un buen profesor nunca dejará en ridículo a ninguno de sus alumnos mareándole con técnicas o preguntas, pero a veces el alumno adelantado sí intentará «cogerlo» en algo que éste no sepa. El profesor no se puede permitir el lujo de no saber algo, ya que a los ojos del alumno debe ser una máquina perfecta, y si en algo falla, el alumno creerá, injustamente, que su profesor es malo. De todas formas, siempre debe salir airoso de esas situaciones con explicaciones anejas que convenzan a su alumno y que hagan parecer que en esa pregunta, como en todas, su profesor lo sabe todo. Es triste a veces que el profesor tenga que recurrir a estos trucos de «zorro viejo» para salir a flote de situaciones que el alumno debería comprender normalmente.

Pero bien es cierto, también, que hay profesores que no merecen tal calificativo, enfocando únicamente el estilo y la forma de la clase a alguna faceta determinada, bien por gusto personal, conveniencia económica, publicidad… Estos no enseñan el karate verdadero, y a menudo esto hace que el espíritu del Budo se vaya perdiendo. Un profesor ha de saber cuándo las críticas que reciben son merecidas y cuándo no, y no cambiar la forma del karate y perder su espíritu simplemente para tener mayor aceptación en número, que es lo que le llenará cada mes el bolsillo. Yamaguchi Gogen, 10.º Dan, enfatiza, según dice, el karate como arma educacional, para él lo más importante es el ser humano y su estabilidad, y ésta la puede ayudar a través de la filosofía del karate.

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CON EL ALUMNO Y NO CONTRA EL

El hecho de tener en los mismos grupos a alumnos interesados en el karate como competición, deporte, gimnasia, arte, filosofía…, así como principiantes, adelantados y superiores, hace la misión del Sensei muy difícil para agradar a todos.

Personalmente siempre he pensado que una clase no debe ser algo con demasiada y exagerada disciplina y dureza de ambiente, sino que al contrario debe ser algo a lo que los alumnos les guste asistir relajadamente y disfrutando, que, en definitiva, es a lo que se tiende y así debe ser. Pero claro tampoco se puede perder la tradicional disciplina del karate, ni se debe, que instituyó el maestro Kentsu Yabu hace muchos años ya. Ligeras bromas, amabilidad… ayudan a que el alumno, que generalmente ha «sufrido» ya ocho horas de trabajo antes de venir al Dojo, disfrute, aprenda y se desarrolle de manera natural, progresiva y voluntaria. Hay que estar con el alumno y no, como sucede a veces, contra el alumno. Se trata de gobernar una clase, no de «mandarla». El verdadero espíritu del Budo no se pierde por esto, dentro de unos límites, claro, pues éste, si es de verdad y profundo, se adapta a las circunstancias de cada individuo y profesor. Pero también debe saber cortar a veces una excesiva confianza que a la postre perjudicaría el normal desarrollo de la clase. Puede ocurrir, como se dice, que «des la mano y te tomen el brazo», y esto puede producir que el profesor retire incluso la mano, con lo que la clase puede hacerse aburrida, tensa e incluso insoportable.

El trabajo del Profesor puede llevarse a cabo de diferentes maneras como vemos, por lo que no estaría de más, a veces, las muestras un poco más cariñosas de los alumnos a los muchos profesores que día a día se esfuerzan por hacer una y otra clase trabajada, amena, distinta… y que se dieran cuenta los pupilos que podría no ser así, y que de hecho en muchas ocasiones no lo es. A veces, algunos profesores quisieran que sus alumnos pasaran una temporada con otros, para que después valoren y vean la diferencia de trato que existe entre muchos. Explicaciones, coloquios, diapositivas, películas…, son organizadas y expuestas a menudo con el deseo de agradar y completar la formación, pero también a menudo, no son valoradas como se debe. Y no es que se busquen palmaditas en la espalda, pero tampoco desea algunas «puñaladas traperas» que a veces recibe por parte de comentarios de sus alumnos.

Con frecuencia, los alumnos valoran el aprovechamiento de una clase por la cantidad de sudor que genera y así, las explicaciones, enseñanza de katas nuevos o ejercicios complicados que hay que hacer al principio lentamente, son considerados pérdida de tiempo. ¿No sería mejor que esos alumnos que sólo buscan sudar, hicieran unas sesiones sauna? Así el karate seguiría desarrollándose con todos sus ingredientes de manera normal.

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Lo cierto es que se haga lo que se haga, nunca llueve a gusto de todos, y de eso deben darse cuenta los alumnos. El profesor de karate es una persona con interés, ideas y vocación, pero a veces puede perder parte de ello si el trato que se le da es injusto.

Es indudable que el karate y su clase deben funcionar con una importante dosis de disciplina, como corresponde a un arte conjunto, estructurado, con diferentes categorías. La disciplina ayuda además al progreso e impide que la clase llegue a ser un «caos». Todo el protocolo, saludos, reverencias, permisos para entrar o salir del tatami… ayudan al desarrollo mental a través del respeto, humildad… El alumno debe comprender esto y favorecer la tarea al Profesor. A menudo los «incordios», que siempre hay alguno en todo tatami, son los que luego se quejan de cosas. Pensemos todos un poco en eso.

Para terminar, quiero señalar dos casos generales que pueden darse, que se dan y que a menudo no se justifican en un Arte como el karate. Uno es cuando el alumno llega al nivel técnico de Cinturón Marrón. La cercanía de la barrera psicológica del Negro les crece y a menudo creen que están superando al Profesor, con lo que se vuelven a veces impertinente, maliciosos, arrogantes… incurriendo en los «males del Budo». En ese momento creen estar en un pedestal que les da derecho a «incordiar» al profesor, criticarle o corregirle. Si el profesor sabe tratarle y hablar con él, se dará cuenta el alumno de que el C. Negro es un paso más, y en vez de una llegado lo que es es una nueva salida en una carrera más larga e importante, y en la que su Profesor, a pesar de llevar un Cinturón del mismo color, lleva ya mucha ventaja.

El otro caso, y termino con él, es cuando un alumno aventaja por diferentes motivos a su profesor en grado, trofeos, etc… Esto no quiere decir en absoluto que su desarrollo como karateka sea mejor, pues tras la fase física y técnica, la espiritual es más importante y la que marca el verdadero desarrollo. a menudo los alumnos comentan el poco entrenamiento que su profesor hace en clase. No se dan cuenta, por ejemplo, de que a ciertos niveles algunas prácticas deben ser sustituidas por otras, de que en clase el profesor no debe de entrenar normalmente, porque desatendería la clase, porque su entrenamiento es diferente, no se dan cuenta de que aunque los alumnos de un turno vengan tres horas por semana, el profesor a menudo realiza veinte horas semanales de clase… De todas formas, y a largo plazo, creo que los alumnos deben sobrepasar técnicamente al profesor, por los nuevos métodos, por basarse en él y para que el arte no vaya cada vez a menos.

Espero con este artículo haber explicado un poco algunas cosas que la mayoría de los profesores han sentido alguna vez, y que éstos y sus alumnos lleven a feliz término cada una de las miles de clases de karate que día a día se dan en este país, ayudándose y entendiéndose unos a otros.

Autor: SALVADOR HERRAIZ / Publicado: KARATEKA

Algunas Armas en las Artes Marciales

 

LAS ARMAS EN LAS DISTINTAS ARTES MARCIALES

El uso de las armas en las artes marciales es muy habitual. Hoy vamos a hablar de dos de las artes marciales más representativas en el uso de armas:

Kung-Fu: las armas más utilizadas en Kung-Fu son:

  • Gún shu (bastón): Es el arma básica más utilizada a lo largo de la historia. Este arma fortalece los brazos y las muñecas, además mejora la coordinación entre los pies y los brazos.

Gún shu

  • Dan Dao (espada curva): Es una de las armas más conocidas. Los movimientos más utilizados son básicamente de bloqueo. Se usa muy pegada al cuerpo, tanto que lo roza lo que requiere mucha coordinación entre los miembros del cuerpo.
Dan Dao

 

  • Quian Shu (lanza): Es un arma que require una gran técnica y precisión, además de un avanzada puntería y sentido de la distancia, ya que si no se lanza bien no efectuara el daño esperado porque golpeará con su parte roma.
  • Nunchakus (èr jié gùn): Este arma aún siendo inventada para las armas marciales chinas se popularizo por las artes marciales japonesas. Este arma requiere na gran coordinación ya que se mueve a gran velocidad y hay que evitar darnos a nosotros mismos con nuestra propia arma.

Nunchakus https://soloartesmarciales.com/products/sosetsukon-entrenamiento-cuerda

  • Kwan Tao: La mítica espada del General Kwan. Posee un filo plano y otro dentado para bloquear, desarmar y matar a nuestro adversario. Para el correcto uso de esta arma hacen falta brazos fuertes y gran agilidad.

 Ninjitsu: Las armas más utilizadas en Ninjitsu son:

  • El bokken (espada de madera): se utiliza en entrenamientos a manera de Ninjato o Shinobiken, antiguamente los vértices del bokken solían tener filo.
  • El ninjato: es la espada del ninja, «ninja» que hace referencia al practicante del ninjutsu y «to» hace referencia a que es un arma con filo. El filo del ninjato esta ubicado en los primeros 15 centímetros desde la punta aproximadamente, permitiendo que se maniobre de una forma particular, aunque no posee el mejor de los filos ya que eran espadas muy improvisadas, los ninjas utilizaron movimientos diferentes para compensar su efectividad.
ninjato

 

  • El kaginawa: es un gancho sujeto a una cuerda. Herramienta que el ninja usa para escalar pero que así mismo se podía convertir en un arma esencial en el combate.

 

Las armas en las distintas artes marciales

 

  • Los Tekken: son anillos con variadas puntas metalicas que los ninjas usaban para el combate, el enemigo se sentía confiado al no ver armas y mediante armas de este estilo, el ninja tenia el factor sorpresa a su favor.
  • El Tekkokagi: se convierten en las garras del ninja siendo un arma efectiva en el combate corto ya que era sorpresivo. Se compone de una manopla con 3 o 4 láminas de acero a las cuales se les sacaba filo. No era de extrañar que se usaran venenos en las puntas, los ninjas buscaban la efectividad a todo costo.

La cantidad y tipos de armas en las artes marciales es prácticamente ilimitada pero esto es un escueto ejemplo de algunas de las más representativas en dos artes marciales, a fecha de hoy, muy conocidos.

La velocidad en el Karate

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El presente trabajo tiene como objetivo hacer un estudio que pueda ser aplicado en la práctica para mejorar esta cualidad de suma importancia en el Karate-Do. A su vez que sirva de directriz para aquellos practicantes que precisen el desarrollo de este condicionante en el que hay que insistir una y otra vez (la mejora de la velocidad).

La velocidad aplicada a cada movimiento. Esto constituye la base resolutiva de la potencia de impacto en las técnicas de Karate-Do, por este mismo motivo, la práctica continua  debe fundamentarse más que nada en adquirir velocidad y más velocidad.

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         Está científicamente demostrado que la potencia la constituye, el producto de la masa por la velocidad al cuadrado (P = M · V2). Es por ello que debemos de insistir una y otra vez en la práctica para desarrollar velocidad. Sin velocidad, el dominio técnico y la habilidad no son nada. Si somos veloces, nos sentiremos más seguros, y con mayor poder de resolución.

Cuándo un Karateka se encuentra en bajo nivel, se suele ver con claridad por la forma de moverse, pues éste desarrolla unos patrones de movimiento lento y pesado, esto es claramente apreciable al inicio de las técnicas (explosión de la energía) y en los encadenamientos (El movimiento del cuerpo no suele ir de acorde a las técnicas ni los desplazamientos). Así pues debemos de consagrar una gran parte de nuestro entrenamiento al desarrollo de esta cualidad motriz tan primordial.

La velocidad sufre variaciones importantes y continuas en el curso de un combate, cada acción requiere un patrón distinto de influjo nervioso. Para un mejor entendimiento, podemos analizar este dominio desglosando su aplicación en tres partes fundamentales:

La velocidad de ejecución (Influjo nervioso): Es la manifestación del poder a través del movimiento, el desarrollo de la explosividad que nos permitirá atacar con las mínimas posibilidades de defensa para nuestro adversario, ejecutando nuestras técnicas con un espíritu de decisión desbordante.

Esto está ampliamente relacionado con el concepto “ataque”, dónde la velocidad prima por su importancia, ya que una acción ofensiva ante un contrincante de alto nivel, sin la rapidez de ejecución adecuada, nunca será igual de efectiva que un ataque veloz y explosivo.

Esta cualidad se consigue potenciando el inicio de los movimientos, a modo de arrancada procurando sacar las técnicas de una manera explosiva, sobre todo en la primera fase del recorrido, así el resultado final será demoledor e inatajable.

La velocidad refleja (Reacción): La velocidad de respuesta neuromotriz, después de percibir hay que aplicar en milésimas de segundo la réplica correcta, esto no debe ser confundido con la precipitación desordenada, la auténtica maestría debe llegar por una cierta instrucción del reflejo mecánico e instintivo. Esta cualidad está ampliamente relacionada con la capacidad para aplicar un contraataque, (toma subsiguiente de la iniciativa Go-no-sen).

Esta  aptitud se desarrolla a través de ejercicios de respuesta (Reacción). Tras percibir el ataque (estímulo), éste es anulado con una defensa o esquiva, pasando a la acción ofensiva sin dar tiempo a nuestro oponente a recuperar el control.

La velocidad perceptiva (Intuición y Vivacidad): Quizás sea esta cualidad la más difícil de conseguir. Se trata de descubrir vertiginosamente la intención de nuestro contrincante para poder aplicar instantáneamente la mejor contrapartida, atajando a tiempo la acción adversa. La instrucción sobre esta cualidad,  nos aportará el poder de anticipación, abordando la iniciativa contraria con nuestra iniciativa (Sen-no-sen).

Un trabajo ideal para desarrollar este aspecto, consiste en la aplicación de continuados ataques en anticipación, ante cualquier gesto técnico de nuestro oponente, hasta llegar a conseguir adivinar la intención del mismo, simplemente a través de su actitud, posición del cuerpo (Kamae), distribución del peso, expresión del rostro etc.

Los ejercicios para conseguir velocidad pueden ser específicos, es decir utilizando movimientos y acciones propias de Karate o bien trabajando de una forma general utilizando los principios básicos del atletismo.

Evidentemente la velocidad es una función del estado físico general, pero está sujeta además y aun más a medida que avanza la edad, de las cualidades de orden psíquico.

Cuando ejecutamos cualquier técnica decisiva, debe existir una potencia repentina y portentosa. Todas las técnicas básicas del Karate-Do, están influenciadas fuertemente por la velocidad aplicada. Al entrenarlas, la rapidez aplicada debe acaparar casi toda la importancia. Se puede afirmar que el objetivo de la enseñanza se asienta fundamentalmente en la adquisición del máximo de velocidad.

Teniendo claro que la potencia golpeadora proviene del incremento de la rapidez en la ejecución de los movimientos, la utilización de los músculos implicados debe de ser acertada, ya que la velocidad depende ante todo del control muscular, cuando unos músculos se contraen otros se relajan para que la energía que llegue al golpe o defensa alcance su más alto nivel, si no existe una coordinación entre uno y otro estado, el desplazamiento del brazo o la pierna no será uniforme, incapacitándonos para ejecutar una técnica efectiva.

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         Suele ser un fallo común entre los principiantes, tender utilizar músculos innecesarios, que solo actúan como freno al desarrollo del movimiento, con el consiguiente desgaste de energía.

Es esencial acatar los consejos de los expertos y aprender a controlar el conjunto con exactitud absoluta, siempre en concordancia con el nivel de instrucción adquirido.

La velocidad se consigue a través del trabajo de Ki-hon (altas repeticiones de una determinada técnica), pero luego hay que aprender a aplicar esta velocidad adquirida, al combate, para ello el trabajo de técnicas para desarrollar la capacidad de anticipación, reacción y ejecución son de una importancia fundamental.

Existen muchos y variados ejercicios para desarrollar estas cualidades, nuestra propia inventiva nos ayudará a encontrar los más apropiados a nuestras necesidades, si tenemos claro que tipo de velocidad nos precisa adquirir y cuales son sus condicionantes.

El entrenamiento de la velocidad debe acentuarse sobre estímulos cortos de máxima intensidad, suponiendo un trabajo totalmente anaeróbico con un gran desgaste de energía, por lo que se hace necesario respetar los periodos de recuperación entre las series de ejercicios.

Los ejercicios para adquirir velocidad son conveniente realizarlos cuando los músculos están descansados.

El trabajo de “Pasillos” (tramos largos de técnicas encadenadas, repetidas de manera lineal o quebrada), enfatizando sobre la ejecución veloz, es también un método eficaz para conseguir velocidad. Consiste pues en la realización de series de acciones en el menor tiempo posible, la fuerza y la rapidez de la contracción muscular es aquí muy superior a la de cualquier otro tipo de trabajo, por lo que es sumamente importante hacer siempre un buen pre-calentamiento para disminuir un posible riesgo de lesiones musculares y articulares (Tirones musculares, desgarros y roturas de fibras).

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         Está demostrado que la velocidad mejora a través de la automatización del gesto, existiendo una perfecta armonía y coordinación muscular (cuando unos músculos se contraen otros se relajan) para facilitar el movimiento. La automatización del gesto se consigue, provocando éste, siempre con el mismo estímulo, llegando a convertirse en una respuesta del sistema nervioso central.

Aunque la respuesta motriz transige a una función mental, cuando la conducta motora ha sido adquirida, la acción se desarrolla casi sin participación cerebral (Acto reflejo).

Para adquirir velocidad en la ejecución de los Katas, es conveniente hacer un desglose de los mismos por partes de dificultad, separar las acciones dando prioridad a las partes que se trabajan continuadas y sin pausas, intentando realizarlas cada vez más rápidas sin perder la forma (técnica adquirida).

Un aspecto que hace que el Kata resulte lento es la falta de coordinación entre los desplazamientos y la ejecución de las técnicas. Para mejorar esta descompensación conviene practicar los Katas o las acciones de estas, sólo con desplazamientos, insistiendo en realizarlos rápidos y explosivos.

El nivel de forma física se aprecia con facilidad en la realización de los Katas. Cuando un Karateka está en bajo nivel suele acelerar el ritmo del Kata y disminuir en la ejecución de las técnicas. De esta manera el Kata da una sensación de pesadez. En cambio cuándo el nivel de forma es optimo el Kata se realiza con el ritmo adecuado y la ejecución de las técnicas son de una manera enérgica y explosiva. Así el Kata está vivo y da una sensación de poder.

Tengamos siempre en cuenta al programar un entrenamiento para velocidad, la duración del mismo, la intensidad del esfuerzo, frecuencia y número de repeticiones, esfuerzo en fase aeróbica y anaeróbica y los tiempos de recuperación.

Por Fernando Rivera Román /Miembro de: J.K.A.(WF), E.S.K.A., W.S.K.A.
Fuente: Hemeroteca de las Artes Marciales web.

¿Conoce a tu enemigo? Apuntes sobre defensa personal…

Si llevas un tiempo practicando Artes Marciales, seguro que habrás escuchado esta cita: si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no temas el resultado de cien batallas; si te conoces a ti mismo, pero no conoces al enemigo, por cada batalla ganada perderás otra; si no conoces al enemigo ni a ti mismo, perderás cada batalla. Pertenece al libro de Sun Tzu El arte de la guerra, escrito hace dos mil quinientos años.

Para mí, la cita significa que es muy importante entender las fortalezas y debilidades de tu oponente, así como las tuyas propias. Así puedes idear una estrategia que evite las fortalezas del oponente al mismo tiempo que ataque sus debilidades con tus propias fortalezas. Para tomar la decisión de cuál de nuestras fortalezas usar, debemos “conocer a nuestro enemigo”. Y me atrevería a sugerir que muchos artistas marciales no tienen claro ­­–a veces sin siquiera ser conscientes de ello­– quién es realmente su enemigo.

1. INFORMACIÓN SOBRE NUESTRO ‘ENEMIGO’

Si eres un boxeador profesional, sabrás con meses de antelación quién es tu oponente. Como parte de tu preparación, estudiarás qué sabe hacer bien y cómo defenderte de ello. También estudiarás las debilidades de su estilo y cómo explotarlas a tu favor. Sin embargo, en una situación de defensa personal, seguramente no podrás saber quién es tu oponente hasta instantes antes del encuentro, además, muy probablemente será la primera vez que te topes con ese individuo. La pregunta es entonces: ¿es posible “conocer a tu enemigo” en una situación de defensa personal?

Cuando hace tiempo participaba en competiciones de Karate (antes de que mis estudios sobre el Karate me llevaran en otra dirección), no tenía ni idea de los rivales que estaban en mi categoría hasta que llegaba al torneo. Se podría decir que, en esas ocasiones, yo no “conocía a mi enemigo”. Ciertamente, no los conocía como individuos. No tenía ni idea de cuáles eran sus habilidades individuales, pero en el fondo sí que sabía mucho sobre ellos. Sabía que todos eran karatekas y estarían entrenados de forma similar. Sabía bastante sobre su estilo (era el mismo que el mío) y por ello qué tipo de técnicas esperar. Conocía las reglas (bueno, la mayoría de ellas) y qué esperar de cómo iban a luchar. Conocía su tamaño (estaban en mi categoría de peso) y sus grados. Sabía que estarían llenos de adrenalina y que tenían el deseo de ganar, o por lo menos de darlo todo. Y así con muchas otras cosas. Toda esta información conocida, se podía utilizar para formular un plan de acción que funcionara. Así que aunque no los conociera individualmente, los conocía como grupo. En ausencia de información más detallada, este conocimiento me permitía idear un plan y estrategia de cara a los campeonatos.

Podemos sacar mucha información de nuestro oponente simplemente por el entorno donde lo encontramos. Por ejemplo, si estoy en un campeonato de Judo, con toda probabilidad mi oponente será un Judoka. Sabiendo eso, entrenaré de un modo que me permita derrotar a judokas. Sin embargo, cuando los artistas marciales analizan o hablan sobre el entrenamiento de defensa personal, a menudo hacen evaluaciones incorrectas sobre los atributos potenciales del oponente. No “conocen a su enemigo” y por lo tanto su entrenamiento no está bien enfocado.

 

Estrategias de defensa personal

2. el ‘enemigo’ en la defensa personal

Si monto un curso de defensa personal y la primera técnica que enseño es una defensa contra una patada circular en giro, ¿cómo te quedarías? Como artista marcial entrenado, creo que pensarías: “esté tío no tiene ni idea de lo que habla. ¡Una pelea real no es como una peli de kung fu! O sea, ¿cuántas probabilidades hay de que alguien me haga eso en una pelea real? ¿No deberíamos estar haciendo algo más práctico?” Todos esos son comentarios válidos. Si me concentro en defenderme contra ese tipo de patadas tan hábiles, significa que estoy asumiendo que mi “enemigo” es un gran pateador y que va a utilizar las piernas como primera opción. Creo que coincidiréis conmigo en que eso es muy poco probable que pase en una situación de defensa persona. Si me centro en ese tipo de posibilidades remotas, sería correcto asumir que no “conozco a mi enemigo”. En defensa personal generalmente no lucharemos contra un practicante avanzado de Taekwondo, lo que nos encontraremos con más frecuencia es gente con experiencia en reyertas. Matones.

Como en la situación del torneo de Karate que mencionábamos antes, el hecho de que el oponente esté buscando una pelea real nos dice dos cosas: A) es un peleador callejero hábil, o B) cree que es un peleador callejero hábil. ¿Por qué sino estaría buscando pelea? Si se da el caso B, quizá acabe teniendo un duro “despertar”, y ya pensará diferente la próxima vez. Si en cambio estamos en el caso A, tenemos un problema. Aquí viene el mensaje principal del artículo: cuando los practicantes de artes marciales entrenan para defensa personal, muchas veces asumen incorrectamente que un “peleador callejero hábil” actuará como un “practicante hábil” de su propia disciplina. No “conocen a su enemigo” y por lo tanto su entrenamiento está mal enfocado. Esto no se aplica a todos los artistas marciales, pero sí a muchos más de lo que a priori se piensa. El peligro real viene cuando la gente no se da cuenta de que se puede aplicar a ellos. Recuerda que también debemos “conocernos a nosotros mismos”.

Un buen amigo mío, en su juventud, siempre se estaba metiendo en peleas. Nunca perdió ninguna. Su sistema de combate consistía en “Le voy a hacer picadillo con mi derecha. Si se mantiene en pie, cabezazo. Y si sigue de pie, me doy piro”. Parece un sistema demasiado simple, ¡pero funcionaba! Funcionaba precisamente por su simplicidad y porque acumulaba experiencia haciéndolo funcionar. Pulió ese sistema a base de confrontaciones reales. Mi amigo era un “peleador callejero hábil”; el tipo que te encontrarás con más probabilidad en una situación de defensa personal. No tenía ningún entrenamiento formal, pero su nivel de efectividad estaba por encima del de muchos artistas marciales. Su experiencia y feroz aplicación de una simple estrategia lo convertían en un contendiente muy serio para alguien incluso con años de entrenamiento. Y como artistas marciales no nos gusta nada esa idea. Por eso preferimos asumir incorrectamente que un “peleador callejero hábil” actuará como un “practicante hábil” de nuestra propia disciplina.

Un ejemplo obvio es el de practicantes de Karate o Taekwondo entrenando “técnicas de defensa personal” contra golpes típicos de Karate o Taekwondo. Esta práctica ha sido criticada por su poco pragmatismo, como lo sería plantear defenderse de una patada circular en giro en el contexto que presentábamos antes. El “peleador callejero hábil” no hace técnicas de ese tipo, ya que no ha recibido entrenamiento.

 

El enemigo del Taekwondo no es el enemigo de la defensa personal

3. UN CONTEXTO, UN ‘ENEMIGO’

En tiempos recientes, muchos artistas marciales se han dado cuenta de que muchos de sus métodos no son prácticos. Y lo que han hecho simplemente es cambiar de estilo. Por supuesto, el “peleador callejero hábil” seguramente no te atacará con patadas de Taekwondo o con puños a distancia de Karate, pero también es poco probable que te haga una entrada, te proyecte al suelo y te finalice con una llave de brazo. Es tan probable que el “peleador callejero hábil” no sea competidor de UFC (o similar) como tampoco un alto Dan de Karate. Aunque ahora que lo pienso, hay muchos más cinturones negros de Karate que competidores de MMA, así que sí es más probable que te ataquen con un golpe de Karate que con una llave de brazo u otra sumisión. A lo que quiero llegar es que muchos practicantes de Artes Marciales Mixtas cometen el mismo error que muchos artistas marciales tradicionales: asumen que un “peleador callejero hábil” actuará como un “practicante hábil” de su propio estilo. Y también como los artistas marciales tradicionales, muchos no se dan cuenta de ello.

Hay muchos métodos tradicionales y modernos que son muy efectivos para protegerse, pero existen los mismos, o incluso más, que no tienen claro quién es el “enemigo”. ¿Cuántos clubs que venden artes marciales “reales” conoces que se pasan la mayor parte del tiempo entrenando para luchas en el suelo? Asumen que en un contexto de defensa personal, el enemigo será un grappler experimentado como los que se ven en UFC (los cuales no pueden morder o atacar a los genitales, etc.). Esto está tan equivocado como el practicante de Taekwondo que enfoca la defensa personal como un intercambio de patadas a distancia, o el Karateka que cree que una pelea real va de golpes con el dorso lanzados desde lejos. Una vez más, no tienen claro quién es el “enemigo”.

En defensa personal, el “enemigo” utilizará métodos simples y feroces. Es en esos métodos en los que debemos centrarnos durante nuestro entrenamiento de defensa personal. Desde luego hay otras muchas razones para entrenar: disfrutar, hacer deporte, mejorar nuestra condición física, etc. Pero de cara a los aspectos de defensa personal de nuestro arte, el foco debería estar en la simplicidad y en la ferocidad. Técnicas que quizá no serán adecuadas para enfrentarnos al “enemigo” de las competiciones, pues estarán prohibidas o serán fácilmente contrarrestadas por los más experimentados. Hay que recordar el consejo de Sun Tzu y “conocer a nuestro enemigo” en cada situación. De esta manera aplicaremos la estrategia más adecuada para asegurar nuestra victoria en cada caso. Lo que funciona bien contra un “enemigo” no funcionará bien contra otro.

Los artistas marciales del pasado entendían muy bien este asunto. Como karateka que soy, una de mis citas favoritas es de Choki Motobu (tuvo centenares de peleas reales, y raramente perdió), quien dijo: “Las técnicas de los kata nunca se concibieron para utilizarse contra un luchador profesional, en una arena o en un campo de batalla. Se concibieron para ser efectivo contra alguien que no tiene idea de luchar o de la estrategia utilizada para contrarrestar su comportamiento agresivo”. Motobu conocía a “su enemigo” (matones sin entrenamiento), y conocía para qué entorno sus técnicas eran válidas. Por eso él era tan efectivo. Cabe señalar que Motobu se refiere a las técnicas originales de los Kata, no a las aplicaciones descafeinadas e inefectivas que mayormente se enseñan hoy en día. Pero su punto es válido. También vale la pena mencionar que Motobu perdió contra un wrestler en un combate amistoso. Aunque sabía cómo gestionar la situación frente a los matones de los peores distritos de Okinaewa, no sabía cómo enfrentar las refinadas habilidades de grappling de un wrestler. Él tenía el entrenamiento y la experiencia para lidiar con un tipo de enemigo, pero no para otro tipo. Esto también ocurre a la inversa en las historias que escuchamos donde un campeón de artes marciales acaba knockeado por un borracho en un pub. Siendo capaces de derrotar a cualquier “enemigo” de un tipo concreto, perdieron por completo frente a otro tipo.

Top Artes Marciales - Choki Motobu

CONCLUSIONES

El camino hacia la victoria es distinto en una competición de Karate y en un torneo de Judo. También es diferente a lo que necesita un boxeador o lo que necesita un competidor de artes marciales mixtas. Y todo ello es diferente de lo que se necesita para la defensa personal. Existe un terreno común, pero hay demasiadas diferencias clave (de la misma manera que el tenis, bádminton y squash usan todos raquetas, pero ser campeón en tenis no te garantiza ser bueno en squash). La razón a estas necesidades distintas es que el “enemigo” es distinto.

Necesitamos “conocer a nuestro enemigo”. Solo entonces podremos determinar qué métodos y estrategias son los más válidos para cada situación. Es muy fácil perder de vista el balón y empezar a entrenar para el “enemigo” incorrecto. Fallamos en reconocer cuál de nuestras habilidades y atributos son los válidos para cada situación. Como Sun Tzu dijo hace aproximadamente dos mil quinientos años, eso significa que “hay peligro en todo conflicto”.

Fuente: Marc Campos Mula / fight-time. com

Koryu Uchinadi: tradición clásica, comprensión moderna

1. ORIGEN E INTERPRETACIÓN

Koryu Uchinadi Kenpo-jutsu (古流沖縄手拳法術) es una interpretación moderna de las disciplinas de lucha históricas de Okinawa. Representa la visión del karate de Patrick McCarthy, Hanshi 9Dan, alumno directo de Kinjo Hiroshi, reconocido mundialmente en su labor de historiador del karate y autoridad en las tradiciones civiles de lucha de Okinawa.

Koryu Uchinadi es una forma de entender el karate fuertemente anclada en la tradición y basado en un contexto de defensa personal sin reglas. Esto se compagina con una evolución constante mediante la cual se incorporan grupos técnicos necesarios en la actualidad. Solamente hay un criterio por el que se añaden o quitan técnicas, ya sean antiguas o modernas: la funcionalidad. Lo que funciona se queda. Lo que no, se descarta.

Esquema de Koryu Uchinadi

2. LA FORMA DEL KARATE

El karate es un arte marcial muy popular, cuya forma más conocida por el público general es la que nos ha legado la tradición japonesa. En su traspaso de Okinawa a Japón a principios del s.XX se optó por modelar el karate para convertirlo en un sistema homologable a otros budo japoneses ya existentes, como el judo y el kendo.

Para cumplir con este objetivo se priorizaron algunos aspectos, como por ejemplo las posiciones muy abiertas y físicamente exigentes, subordinando la función a la forma. Se puso énfasis en la idea de acabar con el adversario de un solo golpe y en la uniformidad de la práctica. Las técnicas de golpeo tomaron un gran protagonismo, hasta prácticamente hacer desaparecer cualquier otro grupo técnico. También se incluyó en su práctica una gran cantidad de estética y ritualización.

En contraste, Koryu Uchinadi expresa un karate de tradición china. Los frecuentes intercambios culturales entre China y Okinawa facilitaron la transmisión de distintas formas de Quan-Fa que los uchinanchu, los habitantes de Okinawa, incorporaron a sus eclécticas tradiciones de combate.

Estas tradiciones históricas de combate de Okinawa estaban enfocadas a la defensa personal a mano vacía y en el uno contra uno, en un contexto de agresiones físicas sin restricciones ni reglas. El objetivo de Koryu Uchinadi es continuar esta tradición y su forma de práctica, ampliándola y actualizándola sin renunciar a sus principios.

Entrenamiento de Koryu Uchinadi

3. KORYU UCHINADI. ALCANCE DEL ESTUDIO

Como resultado de esta tradición china, en Koryu Uchinadi los movimientos se ejecutan de forma flexible, fluida y continua, con un uso bastante particular de la cadera para la generación de potencia, coordinación de los golpes, continuidad de movimientos y entreno del núcleo corporal, tan importante en las artes marciales.

La aproximación a la resolución de la agresión es totalmente pragmática, incorporando el trabajo de todas las distancias y grupos técnicos. La lógica es hasta cierto punto inapelable: más vale conocer algo y no necesitarlo que necesitar algo y no conocerlo.

De este modo, el alcance del estudio en Koryu Uchinadi incluye (pero no se limita a):

  • Negociación de la distancia.
  • Dar y recibir impactos percusivos.
  • Gestión del clinch.
  • Contacto permanente y control del agarre.
  • Desplazamiento del equilibrio.
  • Lucha en el suelo.
  • Manipulación de las articulaciones.
  • Ataque a estructuras anatómicamente vulnerables.
  • Restricción de circulación sanguínea y respiratoria.
  • Escapes y contraataques.
  • Aumentación (tirones de pelo, morder, atacar a los ojos, atrapar los testículos, etc.).

Estos grupos técnicos se estudian exhaustivamente. Todos tienen su lugar en la resolución de la agresión y, por lo tanto, no se considera que ninguno tenga una importancia secundaria. Para hacerlos funcionar en conjunción se trabajan bajo unos principios tácticos homogéneos y una forma coherente y consistente de movimiento.

El sustrato de la práctica se basa en hechos inalterables: 1) la anatomía humana es la misma en cualquier momento y lugar, por lo que los métodos para impedir la función motora y las reacciones predeterminadas son universales, 2) los principios mecánicos de aplicación están regidos por la física y 3) los motivos defensivos son finitos, se pueden sistematizar y estudiar (estrangulaciones, agarres, golpes, derribos, etc).

Visto de este modo, en su versión más pura y aprendido correctamente, Koryu Uchinadi puede mejorar la profundidad y valor del currículum de cualquier dojo sin afectar negativamente su aspecto externo ni eliminar nada de su herencia cultural.

4. KORYU UCHINADI. EL MÉTODO DE ESTUDIO

El grueso del estudio técnico se organiza alrededor del kata. En Koryu Uchinadi el kata no es una repetición sin sentido del movimiento (o con un sentido esencialmente físico, estético o ritual), sino que representa la culminación del aprendizaje.

El alumno empieza trabajando en pareja una acción: una agresión y su respuesta. Cuando ha entendido el funcionamiento de ambas se unen diversas acciones, formando un kata en pareja o drill. Estos drills permiten al alumno trabajar progresivamente en un contexto cada vez menos colaborativo y con más resistencia, hasta acercarse a la realidad de la agresión. Los drills suelen ser circulares, es decir, que el final del drill para un alumno enlaza con el principio del mismo drill para el otro alumno, lo que permite una práctica sin interrupciones.

Finalmente, cuando el alumno ha estudiado y comprendido todas las acciones y sus repercusiones se consolida el trabajo mediante una versión del drill en solitario, lo que comúnmente se entiende como kata. Mediante este proceso, el kata en solitario se ejercita contando con el conocimiento adquirido durante la práctica previa, lo que le otorga vida y pleno sentido a la ejecución.

Es obvio que este escenario de aprendizaje da pie a la creación de infinitas variedades de kata. En vez de eso, en Koryu Uchinadi existen ya una serie de kata y drills sintetizados por Hanshi McCarthy que sirven como método de aprendizaje y entreno. Estos ejercicios se pueden dividir básicamente en dos grupos:

Por un lado tenemos el nyumon, la introducción a Koryu Uchinadi, que representa aproximadamente el programa hasta 1er Dan. En él se encuentran técnicas de golpeo, de pierna, posiciones, desplazamientos, defensas, ataques a mano abierta y mano cerrada, defensas, etc. Cada grupo técnico contiene alrededor de 10 a 20 técnicas distintas, y cuenta con su drill y kata solitario correspondiente.

Por otro lado tenemos los llamados kata contextuales. Estos kata son en pareja solamente y permiten el estudio pormenorizado de un grupo técnico concreto. Algunos de ellos son:

  • Uke waza: dar y recibir impacto percusivo/contusiones (29 técnicas).
  • Tegumi: chequear, desviar, atrapar, puentear y acondicionamiento de brazos (36 técnicas).
  • Kansetsu/Tuite waza: luxaciones, inmovilizaciones y puntos de dolor (72 técnicas).
  • Shime waza: estrangulaciones, privación de aire y sangre (36 técnicas).
  • Nage waza: desplazamiento del equilibrio y gestión del clinch (55 técnicas).
  • Ne waza: lucha en el suelo y sumisión (72 técnicas).
  • Gyaku waza: escapes y contraataques (36 técnicas).

También se incluyen en el programa los kata clásicos heredados de la tradición del karate: bassai, happoren, hakutsuru, seisan, nepai, naifanchi, etc. Recordemos que los kata en solitario se consideran la consolidación del aprendizaje, de modo que los movimientos y el sentido de cada uno de estos kata tradicionales se ha estudiado previamente a través del nyumon y los kata contextuales.

Ésto representa una parte del programa de estudio, que se ha querido exponer a modo de ejemplo para ayudar a comprender el enfoque de la práctica.

Patrick McCarthy entrenamiento

5. Y TODO LO DEMÁS

Por razones de espacio en este artículo hemos puesto el foco en describir someramente el trabajo a mano vacía, pero el universo de Koryu Uchinadi ofrece mucho más material para explorar y estudiar.

Desde el punto de vista técnico, el tratamiento de las armas (kobudo) siempre ha sido una parte integral del karate, y no es diferente en Koryu Uchinadi. Así, en el programa se incluye el estudio de distintas armas como, por ejemplo, sai, nunchaku, eku, tambo o tanto.

El trabajo con el bo merece una mención distintiva por la gran relevancia que tiene en la práctica y aprendizaje de Koryu Uchinadi, contando con diversas kata en solitario y en pareja.

En estrecha relación con Koryu Uchinadi, la International Ryukyu Karate Research Society se encarga del estudio académico del karate: su historia, pioneros, influencias culturales, evolución, etc. A través esta organización se puede acceder a una extensa bibliografía y repositorio de documentación para el estudio teórico e intelectual del karate.

Patrick McCarthy reflexivo

CONCLUSIÓN

Hemos explicado superficialmente el origen y objetivos de Koryu Uchinadi. Sobre todo, hemos querido trasladar el carácter holístico de su práctica, su coherencia teórica y práctica, y su pragmatismo a la hora de abordar el complejo mundo de la defensa personal.

Es imposible abordar en un solo artículo todos los aspectos interesantes que ofrece, ya sean históricos, teóricos o prácticos. Esperamos, sin embargo, haber podido ayudar a que el lector pueda aproximarse a la disciplina, ya sea mediante la práctica o el estudio de los múltiples recursos que se encuentran disponibles.

 

Fuente: Marc Galer/fight-time. com

El Espíritu Marcial en la práctica del Taekwondo.

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El practicante llega a una academia o escuela de artes marciales con diferentes objetivos, primero que todo casi en la totalidad de los casos no ha tenido un contacto previo con el arte marcial y mucho menos conoce la diferencia entre Taekwondo, karate, kung fu o judo, en su mayoría sólo llegan porque alguien les recomendó la academia, viven cerca, o se sintió algún interés en ponerse a practicar.

La idiosincrasia en nuestros países latinoamericanos nos ha instituido el estándar del fútbol soccer como deporte del pueblo, el deporte nacional de masas, el practicante novato llega con miles de expectativas, si ha visto alguna película pretenderá ser como Bruce Lee con dos o tres sesiones de entrenamiento, pero el camino no es tan fácil como un anuncio publicitario.

En la práctica el estudiante habrá pagado su mensualidad al matricularse, seguramente estará estrenando dobok desconociendo básicamente todo sobre la disciplina, luce orgulloso su cinturón blanco, la primera pregunta que le pasa por la mente al principiante cuando ve a un cinturón negro es ¿Cuándo seré como él?

El practicante de acuerdo a la probabilidad y estadística básica tiene la posibilidad de seguir en la disciplina o abandonar la práctica, pero independientemente de cual sea la actitud que tome el nuevo practicante es claro que se habrá conceptualizado con una división de grados la cual en el mejor de los casos se dedicará a ir obteniendo grados con la finalidad de llegar a la preciada cinta negra que le dará  respeto entre los practicantes y una satisfacción por ser el portador de un buen rango.

What a kick!

Muchos practicantes se ven atraídos por la competición, en la cual logran vencer a otros rivales y demuestran lo aprendido en el dochang para lo que se requiere una buena técnica, un gran espíritu de lucha y sobretodo un entrenamiento a conciencia.

En muchas «escuelas» o «centros» de práctica se prepara al estudiante para que cada dos o tres meses presente su examen de grado, lo cual es muy llamativo, el lograr convertirse como por arte de magia en un «experto» del Taekwondo en dos años y medio aumenta la proyección de currículo para cualquier aspirante, pero es un arma de doble filo pues la preparación no ha sido desarrollada a plenitud cayendo desgraciadamente en el refrán de «El Maestro ciruela que no sabía leer y puso escuela»,  que zahiere a los que con poca instrucción se meten a enseñar.

Las razones de esta práctica son variadas entre otras se encuentra «mantener el interés de los alumnos», «que la academia no baje la cantidad de los alumnos matriculados», » o simplemente para que la academia pueda subsistir» dejando de lado “el impartir clases para enseñar, no para sobresalir”.

La explosión de las competencias deportivas ha dado origen al renacimiento de una gran cantidad de entrenadores de la competencia deportiva del Taekwondo, de los cuales muy pocos han logrado alcanzar el nivel de instructor y mucho menos el de profesor; sin embargo, la misma idiosincrasia del ser humano tiende a otorgar los títulos de profesor o maestro a personas que ni siquiera han recibido una preparación para esto, lo cual no escapa a nuestro amado arte marcial, de ahí la necesidad de hacer un llamado a mantener el espíritu marcial en la práctica del Taekwondo.

            El reconocer los grados existentes en el Taekwondo, valorar al instructor y denunciar al farsante también es parte de la marcialidad que hay que rescatar en estos días, de marcada comercialización del arte que ha venido a dar al traste con los más altos valores de la sociedad.

El Master Jesús Adilio López Castillo se dio a la tarea de corregir varios conceptos tanto de una forma global como a lo que concierne a la práctica del Taekwondo, a continuación se trascribe parte de la terminología dada en el boletín  «MDK, News» (Escuela de Taekwondo Moo Duk Kwan Costa Rica).

Que bonito en morrito

De acuerdo con la Real Academia Española, valga la oportunidad para referirnos a los siguientes términos:

Entrenador: m. El que entrena.

Entrenar: v. y t. Ejercitar, preparar para un deporte. Ciclista mal entrenado.

Instructor(ra): adj y s. Que instruye. -m. y f. Persona encargada de hacer la instrucción militar en un cuartel o gimnástica de un colegio. Juez instructor, Juez encargado de instruir a un preso.

Profesor(ra): m y f. (Lat. professor) Persona que enseña o ejerce una ciencia o arte cualquiera (SINON. v. Maestro)

Maestro(tra): adj. (Lat. Magíster) Muy principal o perfecto. El que enseña un arte o ciencia. maestro de armas. (SINON. Profesor, catedrático, preceptor, ayo, dominé, regente, pedagogo, pasante)

En los tiempos modernos y tomando en cuenta los avances científico-tecnológicos, el que instruye, debe ser una persona preparada no solo en el ámbito de la especialidad que pretenda enseñar, sino en el campo de la comunicación y comportamiento. Un instructor capacitado es creíble y por ende logrará la confianza y respeto de sus educandos, además de lograr la efectividad en los objetivos que han sido propuestos.

Así las cosas, es importante hacer énfasis especial en las diferentes nominaciones que mantiene el Taekwondo para evitar caer en errores a los estudiantes y con más razón no cometerlos uno.

Evaluaciones, calificaciones y nominaciones especiales.

1.KUP:  El kup es un grado de evaluación directa por parte del instructor o escuela correspondiente.

2.PUM: El pum es un grado de cinturón negro que se otorga a aquellos estudiantes menores de 15 años mediante convocatoria de organizaciones reconocidas y autorizadas por la WTF.

3.DAN: El Dan debe cumplir los mismos requisitos que el pum, pero se otorga a mayores de 16 años y deberá ser conducido por un cinturón negro 6º Dan o mayor. Los grados de cinturón negro hasta el 5º Dan pueden ser entregados por organizaciones reconocidas y autorizadas por la WTF. Cualquier grado del 6º Dan o superior, sólo podrá ser otorgado por el Kukkiwon en convocatorias previamente anunciadas.

4.COMPETICIÓN DEPORTIVA: En las competiciones deportivas organizadas por la WTF, solo se aceptan aquellos grados del 1º al 3º Dan.

5.SONSEGNIM: son quienes ostentan el grado de 1º a 3º Dan y han recibido el curso de instructor en el ámbito nacional, pueden desempeñar la función de INSTRUCTOR-ASISTENTE en las escuelas de Taekwondo.

6.SABOMNIM: La WTF denomina INSTRUCTORES DE TAEKWONDO a quienes ostentan del 4º al 6º Dan, y han recibido el curso de instructor internacional de la WTF y además ostentan diversos cursos de instructor nacional, arbitraje, entrenador y administración del deporte.

7.MASTER o MAESTRO: quienes ostentan el grado de 7º y 8º Dan, reciben la calificación de Master o Maestro y deben ostentar diversos cursos internacionales avalados por la WTF como: instructor internacional, referee internacional, coach internacional, administración y organización deportiva entre otros. En el ámbito nacional deben ser líderes en la disciplina del Taekwondo y tener como mínimo 20 años de experiencia en eventos como lo es la dirección de Escuelas de Taekwondo, organización de eventos de renombre internacional, haber competido en eventos internacionales, tener dominio de al menos dos idiomas, gran habilidad para el manejo de la terminología del Taekwondo, gran capacidad para resolver situaciones de alto grado de dificultad liderativa.

8.KWAN YANG NIM: Representa al director de Taekwondo de más alto grado en una organización.

9.GRAN MASTER O GRAN MAESTRO: Es el mayor rango que otorga la WTF a quienes ostentan el 9º Dan y son distinguidos dirigentes y líderes mundiales de la disciplina del Taekwondo.

Entonces retomando el hilo temático de la marcialidad conviene preguntarse de donde surgió toda esta clasificación de los cinturones, los grados, el tiempo en el que comercialmente se debe ser un cinturón negro, así como si los orientales hubieran alcanzado semejante nivel de desarrollo en artes marciales si hubiesen estado condicionados al pago de una mensualidad con la esperanza de graduarse en dos años y medio, tal vez menos.

Las practicas originales de Arte Marcial se ejercían en la familia,  cuya dirección estaba a cargo de la persona con mayor edad, no se contaba con cinturones de colores, solamente se ponía una cinta a los niños cuando comenzaban a practicar para amarrar el pantalón, la cual era de color blanca, a lo largo de muchos años se empezaban a adquirir ciertas destrezas en la práctica, a medida que el cinturón se iba ensuciando, de este modo los jefes de las familias poseían un cinturón tan oscuro que de ahí surgió el término de cinta negra para la persona de mayor experiencia en la disciplina.

El pretender que un estudiante domine cierta cantidad de técnicas en un lapso establecido, que se sepa los nombres de las posiciones en coreano como si estuviera recitando el padre nuestro y maneje las poomses con presencia de arte pareciera muy prometedor si lo comparamos los objetivos de la evaluación en el tiempo de práctica.

Para el arte marcial no hay tiempo, lo cual no significa que nos vamos a sentar a esperar la prodigiosa venida de un hecho celestial para comenzar a practicar, el color de un cinturón no te va a hacer patear más alto, más bonito, con más fuerza, o de una forma más precisa, vistosa o elegante, en teoría el surgimiento de los cinturones se da como un estímulo al esfuerzo realizado por el practicante.

Un concepto occidental se contrapone a la filosofía  oriental, esta es «para que entrenar sino hay ningún objetivo tangible por ello, entiéndase un título o cinturón»,  la creación del sistema de rangos y evaluación se da precisamente por esa falta de interés del occidental, está claro que  si alguien entrena durante tres años buscando un objetivo va a adquirir ciertas destrezas mayores a las que tendría si no entrenase del todo, pero querer llamarse maestro del arte con dos años de práctica resulta contradictorio con la sabiduría popular de «el hábito no hace al monje».

Occidente ha hecho de las artes marciales solo producciones cinematográficas, donde patadas voladoras y movimientos acrobáticos marcan la valía de un practicante marcial, la creación del “superman de importación” ha sido la pauta de dichas producciones, dejando de lado, el momento para meditar, y en sí toda la estructura marcial del arte.

Asimismo conviene hacer un llamado de atención a quienes con reconocimiento oficial o careciendo de este se valen de la portación de un cinturón negro y entregan cinturones sin considerar el daño que un ascenso a destiempo puede provocar.

Se le hace un daño al practicante si se le engaña dándole un grado que no está preparado para defender, sea por cuestiones de estímulo, economía, o tiempo, el fin de las evaluaciones es medir el avance, si algo no se domina lo malo no está en no dominarlo sino en querer simular lo contrario para la obtención de determinado cinturón, es más adecuado que se reconozca cuando el alumno no está en condiciones de presentar para la posesión de un determinado grado.

Es preferible que un estudiante este varios años en cinto blanco, si las bases que ha obtenido han sido bien asimiladas, a que pase dos cintas por año en las que mostrará deficiencias en su marcialidad.

El Master Ricardo Cruz Sauma mencionó en una ocasión que en realidad «sólo existe dos clasificaciones para el cinturón el blanco y el negro, se sabe o no se sabe”, la cinta blanca es la más importante de todas, pues sin ella no hay cimientos en la edificación marcial del estudiante, tener un grado “superior” puede considerarse análogamente a una bomba de tiempo que más allá de lucir un trofeo podría acarrear una lesión o un daño mayor.

El considerarse un cinturón blanco es de mayor provecho que lucir grados superiores en el entrenamiento, el cinturón de color o el negro deberían usarse en competiciones, para nivelar los participantes en los encuentros, un entrenamiento donde el practicante entrena con el cinturón blanco aumenta las ganas de trabajar y como mencionó en una ocasión el Master Ricardo Cruz Sauma al respecto «…no consiste en humillarse, sino en mostrar humildad…» siendo esto un motivo de superación, no de exhibicionismo.

Del mismo modo el adquirir el nivel de cinturón negro podría ser considerado como alguien experto en el Taekwondo, pero es solamente el comienzo del camino si se compara con la vida misma, de hecho, algunos maestros manejan el concepto que el cinturón negro es solo el principio de la práctica, donde lo anterior fueron las bases formadoras del espíritu de lucha y el no doblegarse ante los obstáculos de la vida.

El Taekwondo tristemente se encuentra dividido por una cuestión de cúpulas, inclinaciones políticas metieron al arte de por medio, desafortunadamente esta división continua aún después de la muerte del general Choi Hong Hi padre del Taekwondo Moderno.

Los colores en los cinturones que maneja la ITF (International Taekwondo Federation)son el amarillo, verde, azul, rojo y negro. Mientras que la WTF (World Taekwondo Federation) maneja un sistema de rangos un tanto distinto, en teoría los cinturones son blanco, amarillo, azul, rojo (en algunos países se toma como marrón) y negro, pero en la práctica el cinto verde se ha incluido en muchas escuelas sea por desconocimiento del estatuto de la WTF o por el seguimiento del sistema tradicional.

De la misma manera se incluyen cinturones intermedios que son dejados a criterio del instructor, ya sea mediante la combinación de dos colores en la cinta (horizontalmente) o agregando el kup (grado para cinto de color) correspondiente en los extremos del cinturón. La existencia de estos cinturones se da en principio como mérito especial al esfuerzo hecho por el practicante, aunque en otros casos su clasificación obedece a patrones como el Po-Dan (rojo-negro) se establece para los grados Poom(cinturones negros menores de 15 años) o competidores Amateurs.

Taekwondo drill in Korea we need to do this at our club with our demo team.....#taekwondodrills #taewondokicks

Con lo anterior se manifiesta que dicha división únicamente ha sido producto del manejo de cúpulas y que el Taekwondo debería ser motivo de unión entre los practicantes como ocurrió en las olimpiadas de Sydney 2000 donde el comité olímpico y el Taekwondo hicieron grandes avances para la unificación de las dos Coreas.

La marcialidad debe marcar la pauta en la reestructuración del Arte, si bien la competición ha traído grandes beneficios al Taekwondo y sobre todo mayor difusión que cualquier otra arte marcial, también es cierto que se han olvidado los más importantes valores que hicieron grande este noble arte.

En la mayoría de escuelas hay que recurrir a las llamadas Biblias del Taekwondo para encontrar algunos tratados sobre los principios del Taekwondo, a saber “Cortesía, Modestia, Honor, Paciencia, Autocontrol y Coraje son solo seis estructuras actualmente desconocidas que enumera Aquiles Wong Kung Yang en su libro “Taekwondo” editado por la Universidad de Costa Rica en 1973.

Taekwondo Demonstration - This Taekwondo demonstration allows visitors to take part in the national sport of Korea. Visitors can try on the traditional dress of Taekwondo and compete in matches.

En las escuelas hay excelente material de competición prueba de ello es que por primera vez nuestro país contará con un representante en las justas olímpicas de Atenas en este año, sin embargo, muchos de estos practicantes no tienen la mínima noción de respeto, atropellan a las demás personas dentro y fuera del dochang, valiéndose de un grado cuyo significado ignoran para pasar por encima del que tenga la osadía de estar cerca de ellos. El Taekwondo no se trata de mostrar poderío ni atropellar a alguien, pues siempre habrá alguno mejor sino de formar los principios básicos para triunfar en la vida y ser ciudadanos de valor para la sociedad, ese es el verdadero enfoque de competir, la lucha diaria en la vida.

Es donde se debe hacer hincapié en que no se puede pretender ser una persona distinta dentro y fuera del dochang, si no se tiene la cortesía de ceder el asiento a una persona mayor en el colectivo, no se es un buen practicante de Taekwondo y aunque se sea capaz de saltar a tres metros de altura se es una basura como persona.

El Master Ricardo Cruz Sauma hace énfasis especial en ser un testimonio con las obras, en la vida y los entrenamientos, de otro modo la práctica de Taekwondo no sirve para más que para calistenia y enfatiza también en que estamos practicando “defensa personal” no “agresión personal”, es así como el practicante de Taekwondo deberá mostrar una forma de ser alegre y jovial tal como se aprende con los entrenamientos, de modo que le permita desarrollarse efectivamente en la sociedad, ya que no estamos para ser prepotentes ni para crear bravucones pues como decía el Master Jesús Adilio López el Taekwondo mal empleado puede ser letal.

        La marcialidad está a nuestro alrededor, solo hay que saber identificarla.

Fernando Alejandro León Avelar / Hemeroteca de las Artes Marciales.

La importancia de la Kata

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La cosa mas importante en el Karate son las Katas. Dentro de ellas todas las técnicas de defensa y ataque son juntamente entrelazadas. Por esta razón, nosotros debemos conocer perfectamente su significado analítico y debemos practicarlas correctamente.

Aunque por ahí debe haber aquellos que piensan que esta bien ignorar las Katas mismas y practicar solamente el combate libre, un producto analítico de las Katas, esta actitud nunca conducirá al progreso verdadero del Karate.

Esto se debe a que los golpes y bloqueos, las técnicas ofensivas y defensivas, tienen miles de variaciones, todas las cuales serian imposibles de usarse en simples prácticas de combate.

La abundancia de entrenamiento apropiado en Katas será una buena función para acciones efectivas en cualquier situación.

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No obstante el entrenamiento solamente de Katas, no basta como acción suficiente. Una variedad de entrenamientos es necesaria para hacer los movimientos de pies y manos fuerte y vivaces. Por añadidura, uno debe aprender a cambiar posiciones y hacerlo rápido o quedará corto en una situación real.

Dos o tres Katas es todo lo que una persona necesita si las practica apropiadamente y hasta el punto en que pasen a ser parte de el mismo. Las otras Katas servirán entonces para estudio o referencia. Por muy amplia que sea la experiencia de una persona, de nada le servirá sin profundidad.

Haciendo caso omiso de cuantas Katas debe conocer y saber una persona, si su entrenamiento en ellas es insuficiente, serán inútiles. Aprende apropiadamente y profundiza enteramente en dos o tres Katas y cuando llegue el momento de hacer uso de ellas, sin que tu estés consciente de ello, estas Katas serán mas efectivas de lo que tú podrías haber imaginado.

Otro punto en el cual debemos hacer hincapié y poner especial énfasis es en un entrenamiento apropiado y formal. Si tus métodos de entrenamiento son incorrectos no hace ninguna diferencia en cuantas prácticas de pelea tu participes o cuantas piedras o maderas intentes romper porque tus malos hábitos te traerán fracaso.

Aun cuando es cierto que las Katas son la parte más importante del Karate, esto no debe hacer que se descuide o abandone la practica de la pelea y el entrenamiento en rompimiento de piedras y madera, etc. El camino al verdaderamente efectivo Karate es el evitar la ociosidad e inutilidad y practicar seriamente con la idea de que las Katas son el cincuenta por ciento y lo restante de tu entrenamiento es el otro cincuenta por ciento.

Autor: Kenwa Mabuni.

Editado: Shitokai Murayama

Historia de Tang Soo Do / Moo Duk Kwan

Tang Soo Do

En los pasados 1000 años de historia de Corea, el ejército había amenazado a la familia real por el control del gobierno, les exigían que mantuvieran el código de ética de las enseñanzas taoísta y budista.  El ejército y el gobierno civil se mantenían unidos a diferencia del gobierno occidental, provocando una inestabilidad en los civiles que eran controlados por el gobierno, situación que provoca un ejército débil y la invasión de Japón de una manera triunfal.

En 1876 Japón conquista Corea trayendo consigo el fin de la dinastía YI (1392-1910) pero antes de su derrota los leales militares viendo que su fin se acercaba deseaban dar a conocer sus tantos logros de un ejército coreano poderoso y fuerte.

   En 1910 Japón anuncia al mundo que Corea es anexada a Japón, siendo parte de su cultura con el nombre de Chosan.

   El 9 de noviembre de 1914 nació el gran maestro Hwang Kee en la época de la ocupación japonesa en un lugar llamado Kiong Ki/ZDM de Corea, su padre fue un erudito llamado Hwang Hong Hwan del siglo XIX, fue un sabio quien logro un alto nivel académico.

   En 1921 a la edad de 7 años le despertó a Hwang Kee el interés por las artes marciales, ingresando a la primaria a la edad de 11 años, graduado en secundaria en 1935, fecha en que trabajaba en Manchuria en la vía ferroviaria.

   Hwang Kee a la edad de 15 años practicó Tae Kyun y a los 22 era considerado como un master.  En ese tiempo de su juventud el país estaba en ruinas y sus paisanos mantenidos como analfabetas por el gobierno japonés, sus hijos eran enviados a Japón como esclavos, así como sus pertenencias de valor como pago a la maquina guerrera nipona.

   En mayo de 1936 Hwang Kee Viajó a China y tuvo la oportunidad de conocer a un Maestro Chino llamado Yang Kuk Yin y fue su discípulo desde 1936 hasta 1941, en ese mismo año los japoneses no querían que los coreanos fueran auto independientes.

   En agosto de 1937 deja al maestro Yang regresando a Seul por razones personales, en 1941 regresa a Manchuria por corto tiempo y visita al maestro Yang para que le diera instrucción.

   En agosto de 1945 se firma el tratado de paz y se retira el gobierno japonés de Corea, este año fue de vital importancia para Corea, se forma el Gobierno Coreano al igual que para Hwang Kee ya que ese mismo año se creó Moo Duk Kwan dando a conocer el arte marcial de Hwa Soo Do al gobierno Coreano.

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Hwang Kee como artista marcial tuvo muchas experiencias en las disciplinas marciales, él fundo Moo Duk Kwan (Instituto de Virtud Marcial) el 9 de noviembre de 1945 y estableció su primera escuela en Seul, Corea, frente a una estación de ferrocarril para que tuviera mayor visibilidad.  En 1946 China se vuelve un país comunista, motivo por el cual Kwan Ja Nim (Fundador de Escuela) deja de visitar a su maestro.

   Kwan Jang Nim Hwang Kee empezó a enseñar Tang Soo Do combinado con Hwa Soo Do en 1947.

1950-1953 Guerra de Corea. – Fue entonces cuando se dividió el país en Corea del Norte (Comunista) y Corea del Sur (Libre).  Debido a esto las artes marciales se interrumpieron, en septiembre de 1953 al obtener Corea su independencia un grupo de individuos envueltos en las artes marciales vuelven a casa procedentes de Japón y China.  Estos maestros se mezclaron con aquellos que habían continuado entrenando en Corea y eventualmente abrieron escuelas de artes marciales, algunos de los Kwan Ja Nims Originales se dividieron en muchos otros Kwans por sus estudiantes, por su parte «Moo Duk Kwan» estaba dirigido por Kwan Ja Nim Hwang Kee y continuo como su representante.

   En esa misma época 5 escuelas se establecieron para difundir el arte de pateo y golpeo en Corea (se desconoce el tiempo exacto). Los siguientes se conocen como los cinco estilos originales de llaves en artes marciales coreanas, que han sido de gran influencia contemporánea en las artes marciales.  Estas escuelas se llamaban «O Geh Khan Dojang» (1945-1950) antes de la guerra coreana.

Moo Duk Kwan fue el arte de mayor influencia, la organización más grande de este tipo en Corea y Estados Unidos de Norteamérica.  La fortaleza de MDK se debe a que está basada en el aspecto científico del arte y desarrollo, la ciencia de MOO DO y su aplicación del uso correcto de la cadera.

   En 1953 nuevamente se crearon las condiciones para el florecimiento de las artes marciales coreanas ya que en 1957 se publica una convocatoria por órdenes del General Choi Hong Hee, para dar un nombre al arte marcial practicado en Corea.

Ese mismo año (1957) fue el más significativo para Kwan Ja Nim Hwang Kee en su carrera de artes marciales, en ese entonces el descubre el MOO YEI DOBO TONG JI, que es la documentación histórica más importante y valiosa de las técnicas de artes marciales, el Moo Dobo Tong Ji fue publicado aproximadamente hace 300 años, es el único libro antiguo de artes marciales que conocemos hoy en día, el cual incluye técnicas antiguas coreanas de hace más de 2000 años.

   En mayo de 1961 hubo un conflicto político que duro 30 años marginando Moo Duk Kwan.   La revolución militar tuvo un inmediato impacto negativo en KJN Hwang Kee y Moo Duk Kwan, este presidente deseaba reducir la influencia de MDK , TSD y SBD porque amenazaba la popularidad del Tae Soo Do el cual era apoyado por el gobierno.

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   En enero de 1964 se formó la Asociación Coreana de Tae Soo Do bajo el nombre de «Asociación Inc. Coreana del Atleta».  El año siguiente la asociación de Tae Soo Do cambio su nombre a «Asociación Coreana de Tae Kwon Do».

Durante ese tiempo (1964) hubo algunas discusiones y movimientos hacia la unificación de «Tang Soo Do» y “Tae Kwon Do» los cuales comienzan por el grupo de TKD dirigidos por el General Chi Hong Hee.

   KJN Hwang Kee acepto discutir posible unificación siempre y cuando se cumplieran con el criterio de justicia para ambos grupos, después de un numero de discusiones y juntas, él decidió no estar de acuerdo con la unificación, sus razones eran porque Tang Soo Do era el verdadero y tradicional arte Marcial Coreano.

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KJN Hwang Kee creía que su responsabilidad eran mantener su herencia y pasarla a generaciones Moo Duk Kwan que vinieran y para que estuvieran orgullosos de ella.

   Como resultado en el intento fallo en la unificación, un movimiento de oficiales de Tae Kwon Do bajo la dirección del general Hee, estuvo reuniendo ventajas políticas, presiones, utilizando muchas tácticas injustas para confundir a muchos instructores de Moo Duk Kwan.   Poco a poco la disciplina de MDK se fue debilitando por la influencia política, miembros se fueron cambiando a Tae Kwon Do y empezaron llamar su grupo: «Tae Kwon Do  Moo Duk Kwan».

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   KJN Hwang Kee mantuvo la organización y su nombre durante esta privación política por lo que sabía la importancia extrema y el futuro valor que obtendrían las artes marciales coreanas.   Hubo un incidente en el cual alguien intento destruir el KWAN YEOK BU (Libro de registro de Dan) para borrar los archivos de la disciplina de Moo Duk Kwan pero no lo pudo lograr. Este libro fue creado por KJN Hwang Kee cuando graduó su primer alumno Dan; Mr. Kim Un Chong quien fuera asignado como Dan Numero 1 de Moo Duk Kwan.

  En noviembre de 1965 KJN Hwang Kee gana el pleito legal y salva a la asociación después de larga y difícil batalla.  En 1966 al obtiene el resultado a su favor de la corte suprema para difundir este arte marcial en otros países como ahora lo son: Estados Unidos de Norteamérica, Grecia, Gran Bretaña, Francia, Belgica, Alemania, Italia, Suiza, Holanda, Puerto Rico, Argentina, Malasia, Australia, Brunei y México. Tang Soo Do sigue cruzando fronteras y fortaleciéndose cada día más.

  Para el Gran Maestro Hwang Kee no es problema que otras organizaciones tengan su conexión con MDK porque a pesar de todo solo existe un Verdadero Moo Duk Kwan.

*Información tomada del libro: Historia de Moo Duk Kwan de KJN Hwang Kee.

 

 

 

 

10 mejores libros sobre samuráis

Portada de Historia de los SamuraisHistoria de los samuráis

Descubre la verdadera historia de los samuráis. Más allá de la leyenda y más allá del mito aguarda una realidad apasionante. Durante siete siglos, los samuráis constituyeron la élite social y política de Japón y forjaron en torno a sí el mito del guerrero noble de espíritu, valiente, honorable y fiel. Pero, ¿qué hay de cierto en aquello que sabemos —o creemos saber— acerca de los samuráis? ¿Cuál es su verdadera historia? A lo largo de los doce capítulos que conforman este libro, recorreremos más de mil años de la historia de esta casta de guerreros, desde su paulatino surgimiento durante la segunda mitad del primer milenio hasta su desaparición oficial a finales del siglo XIX. Un relato veraz y ameno, basado en hechos, bibliografía y documentos históricos, que describe también la parte legendaria y mítica pero sin confundirla con la realidad, pues esta resulta suficientemente apasionante por sí misma.

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Portada de Los samuráis historia y leyenda de una casta guerreraLos samuráis: historia y leyenda de una casta guerrera

La historia de los samuráis ocupa cerca de mil años de la vida de Japón. Nacieron como una casta militar que seguía el código de honor del “bushido”, al servicio de los emperadores y de la nobleza, hasta que adquirieron tanto poder que llegaron a eclipsar el de los propios emperadores y gobernaron Japón durante siete siglos. La recuperación del poder imperial en la segunda mitad del siglo XIX significó su decadencia; pero su filosofía, su estética y su leyenda siguen teniendo una considerable influencia en el mundo actual. Jonathan Clements, el autor de Wu, gran conocedor de la historia y de la literatura japonesas, recupera en estas páginas no sólo las certezas históricas que nos ofrece la investigación, sino también las leyendas épicas del “Heike Monogatari” o de la “Historia de Genji”, que nos hablan de las luchas entre los grandes clanes y de las hazañas heroicas de los samuráis más famosos.

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Portada de El libro de los Cinco AnillosEl libro de los Cinco Anillos

La obra maestra de la filosofía samurái, por primera vez en edición íntegra y traducida del japonés. Un clásico imprescindible en formato de lujo. «El libro de los cinco anillos» es uno de los textos fundamentales del pensamiento marcial japonés. Escrito por Miyamoto Musashi en el siglo XVI como manual para instruir a los discípulos de su escuela, esta obra acabó convirtiéndose en la piedra angular de la filosofía de los samuráis. Haciendo uso de un estilo sencillo y claro, Musashi revela los secretos de su técnica marcial, adquirida a lo largo de una vida consagrada a recorrer la Vía del Guerrero, y desvela las claves espirituales, éticas y psicológicas para trascender la práctica y alcanzar el Vacío. Las enseñanzas de «El libro de los cinco anillos», lejos de quedar obsoletas, continúan despertando interés en todos aquellos que desean emprender un camino de mejora, liderazgo y autoconocimiento.

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Portada de SamuráisSamuráis

Presentamos 22 retratos de samuráis pertenecientes a la serie Taiheiki Eiyūden (o Héroes de la Gran Pacificación), de 1867. Estos 22 hombres representados con maestría por Yoshiiku son algunos de los guerreros más célebres de la historia japonesa, y ejemplifican como pocos la figura del samurái. Dignos de admiración tanto en la victoria como en la derrota, todos ellos se erigieron en principales protagonistas del periodo Sengoku (finales del s.XV – finales del s.XVI), un agitado periodo de guerras civiles, sangrientas batallas y presencia constante de la muerte. Utagawa Yoshiiku fue uno de los últimos grandes nombres de la última época del grabado japonés clásico. Sus numerosas series de estampas de samuráis, de impecable factura técnica, le procuraron muy pronto la fama y el éxito.

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Portada de HagakureHagakure

Hagakure («oculto bajo las hojas», «en la sombra de las hojas») es el más célebre tratado sobre la vida y la conducta de los samuráis. Terminado de recopilar en 1716, transmite pensamientos y sentencias que aportan gran conocimiento acerca de la filosofía y el código de comportamiento del espíritu Bushido: el camino del guerrero, la aceptación total de la vida sabiendo morir en cada instante, el desafío de la vida prefiriendo la muerte a una vida indigna o impura, o el estar presto y deseoso de morir en cualquier momento para ser totalmente fiel a su señor, entre otra amplia variedad de preceptos. Mantenido en secreto durante más de siglo y medio, celosamente guardado por el clan Nabeshima, de Hizen (al que Yamamoto pertenecía), y cada vez más alejado del pragmatismo y el materialismo que impregna nuestra sociedad actual, el HAGAKURE se mantiene, no obstante, como una de las obras más sublimes y representativas de la cultura japonesa tradicional.

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Portada de Bushido, el código del SamuraiBushido, el código del Samurái

El Bushido es el código de los principios morales enseñados a los caballeros en el Japón antiguo. Este código no ha sido fundamentado en ningún personaje, por renombrado que haya podido ser, ni por ninguna individualidad humana, por brillante que fuera. Es el desenvolvimiento orgánico de conductas militares de los Samurai, durante siglos, apoyado en una ética profunda influenciada por las ideas de Confucio y Mencio. Lo que fue Japón en su antigüedad, se lo debió a los Samurai. No sólo fueron la flor de la nación, sino también su raíz. Aunque socialmente se mantenían apartados de la masa popular, representaban para ella un modelo de honor, moralidad y respetabilidad y la guiaban con su ejemplo.

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Portada de Los samuráisLos Samuráis

Casta legendaria de guerreros, los samuráis constituyeron durante varios cientos de años la elite social y política de Japón, y aún hoy, pasado largo tiempo desde su supresión formal en 1868, su imagen y su código de conducta (el “bushidô” o «camino del guerrero») ejercen una poderosa atracción que se revela principalmente en los campos de la literatura y el cine, e incluso en su pretendida aplicación a los ámbitos político y económico. Reputado conocedor de la historia japonesa, Wolfgang Schwentker traza en este volumen la trayectoria de los samuráis durante un período de más de mil años, describiendo su origen, su auge y, por fin, su ocaso tras la restauración imperial Meiji, sin perder nunca de vista su relación con los acontecimientos culturales, sociales y políticos del país.

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Portada de El samurái solitarioEl samurái solitario: la vida de Miyamoto Musashi

William Scott Wilson, partiendo de una visión crítica e histórica, desvela el desarrollo mental que siguió Musashi cuando este samurái inconformista fue asimilando unas ideas filosóficas y espirituales que tienen tanta validez en nuestro tiempo como la tuvieron en su época. EL SAMURÁI SOLITARIO es algo más que una relación vívida de un periodo apasionante de la historia del Japón feudal. Es, sobre todo, la historia de un hombre que busca el correcto camino en la vida, y del fruto que arroja esa búsqueda; es el retrato singular de un hombre de notable valor y determinación. Musashi sigue despertando el interés de los japoneses y los occidentales que han descubierto nuevos ideales del samurái y del budismo zen. El samurái solitario es la primera biografía que aparece en castellano de este espadachín y buscador espiritual del siglo XVII, de su personalidad compleja y rica en matices, cuyo legado ha traspasado su época y su propio país.

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Portada de Breve historia de los samuráisBreve historia de los samuráis

Si existe una historia bélica por antonomasia esa es la del Japón medieval. Dominado por unos soldados legendarios, los samuráis, la unificación de Japón es una de las etapas más violentas y épicas de la historia universal. Soldados con una formación militar basada en la filosofía zen, en las máximas de Confucio y de Lao-Tse, y en el bushido (el camino del guerrero) que mezclaba artes marciales con el manejo de innumerables armas. Breve historia de los samuráis no es una historia de Japón ni una descripción geográfica del violento proceso de unificación del país, sino que nos muestra la vida de estos luchadores y sus heroicos combates en un estilo ágil y vibrante. Los autores nos desvelan sus ceremonias antes de las batallas, nos describen las armas que portaban los samuráis en la guerra y en la paz e incluso su formación y alimentación. Descubriremos el curioso ritual por el que la katana (espada del samurai) elegía al soldado que debía portarla toda la vida y conoceremos a personalidades tan importantes como Minamoto Yorimoto, el primer shogun; Oda Nobunga, un guerrero de origen humilde que llegó a gobernar 30 de las 68 provincias japonesas; los 47 ronin, samuráis que no servían a ningún señor; o Takeda Shingen, un soldado tan temido que su muerte se ocultó un año para evitar las revueltas de los clanes. Todos ellos lucharán en batallas tan terribles como la de Kawanaka Jima, Nagashino o el sitio del Castillo de Osaka. Una historia apasionante subrayada con numerosas imágenes, un glosario final y varios apéndices en los que se enumera a los regentes del Japón de la época.

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Portada de La mente del samuráiLa mente del samurái

A través de los tiempos, los samuráis han sido asociados con los conceptos de honor, ausencia de temor, calma, acción decisiva, pensamiento estratégico y capacidad militar. Su código ético se conoce como Bushido o el camino del caballero guerrero. En esta obra, un especialista de la talla de Thomas Cleary presenta una rica colección de escritos sobre Bushido que abarcan desde el siglo XIV hasta el XIX. Escritos por guerreros, sabios, políticos y educadores aportan valiosos puntos de vista de la vida y filosofía de los samuráis a través de la historia. Estos textos proporcionan una visión de su mundo desde el interior: el desarrollo moral y psicológico del guerrero, los códigos éticos que defendían, su entrenamiento en artes marciales y estrategia, y el enorme influencia de las tradiciones sintoístas, budistas, confucionistas y taoístas en sus ideales. Los textos abordan diversos temas que van desde la estrategia militar a la ciencia política o desde la disciplina personal hasta el desarrollo y el temple del carácter. Cleary introduce cada texto situándolo en su entorno histórico y presenta una información biográfica de cada autor. La mente del samurái es una lectura obligada para todo lector interesado en los míticos samuráis, en la historia militar, el arte de la estrategia y las artes marciales.

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